Aunque el año pasado por estas fechas ya acaparó el grueso de atención mediática, Charlene Wittstock ha ejercido por primera vez, este fin de semana, de anfitriona en el Día Nacional de Mónaco. Una jornada de fastos dividida en dos partes que permitía a la nueva princesa Charlene batirse en duelo con las mujeres alfa de la familia Grimaldi: Carolina, Carlota, Estefanía y apuntado maneras, la princesa Alexandra.
Hace unas semanas nos ofrecía uno de sus mejores looks desde que contrajera matrimonio con el príncipe Alberto. Superarlo ha sido complicado. La que peor se lo ha puesto ha sido su cuñada Carolina, y es que desde que dejó a Ernst de Hannover su nuevo estado de ánimo se plasma, como en tiempos de Casiraghi, en su guardarropa.
