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La hija de Estefanía de Mónaco que se empeña (sin éxito) en ser influencer

Pauline Ducruet quiere triunfar en el sector de la moda: ha estudiado diseño, creado unos premios para influencers y no se pierde los front rows de París o Milán. Su madre ya fracasó como diseñadora, ¿conseguirá ella triunfar en esta profesión?

Pauline Ducruet.
Pauline Ducruet.Getty

Hay ocasiones, como le ocurre a algunos de los miembros de la familia Grimaldi, en las que el cliché de tal palo tal astilla se cumple con mucha precisión. Este es el caso de las hijas de Estefanía de Mónaco, Pauline Ducruet y Camille Gottlieb, que en nada se parecen a Carlota Casiraghi y Alessandra de Hannover, fruto de los matrimonios de Carolina de Mónaco con el infortunado Stefano Casiraghi y Ernesto de Hannover, respectivamente. Las dos primeras tienen una gran presencia en redes sociales, se han visto involucradas en algún rifirrafe con sus haters y posan como pin-ups, como si su ideario estuviera basado en  el A quién le importa de Alaska. Por el contrario, sus primas parecen guiadas por la discreción con la que se ha manejado su madre por el a veces intrincado mundo de la realeza, la aristocracia y las élites empresariales con las que están emparentadas.

Estefanía de Mónaco siempre ha sido mucho más expansiva y se ha mostrado más proclive a mostrar sus opiniones que su hermana, que vive rodeada de un halo de misterio impenetrable. La menor de las Grimaldi, ahora mucho más reposada, haciendo honor al título que ostenta, alteza serenísima, tuvo también un pasado vertebrado por escándalos sentimentales y aventuras profesionales un tanto erráticas. Quizás como justicia poética o queriendo enmendar los traspiés de su madre, Pauline Ducruet quiere completar con éxito un camino por el que su su progenitora transitó sin fortuna, el de la moda. Una aventura aún más efímera que su carera como estrella del pop.

Por eso, para entender mejor a Pauline Ducruet vamos a hacer un ejercicio de memoria con este flash back… En 1986, la más díscola de las hijas del príncipe Rainiero debutaba como cantante con la canción Ouragan (Huracán), con la que logró ser número 1 en ventas durante diez semanas en Francia y cuya versión inglesa vino a promocionar a TVE en el programa Esta noche Pedro, presentado por Pedro Ruiz. Un éxito brutal que se vio refrendado por Flash, el segundo sencillo de su primer álbum, Besoin. Sin embargo, su carrera se diluyó tras el fracaso de su siguiente disco Stephanie, que lanzó cinco años más tarde, y una colaboración secreta con Michael Jackson en la canción In the closet, incluido en su álbum Dangerous, donde  aparecía acreditada como Mistery Girl (chica misteriosa). En el videoclip que sirvió de soporte promocional para el tema aparecía Naomi Campbell, así que todo el mundo dio por hecho que la susurrante y aniñada voz que aparecía al principio era la de la top model, hasta que dos años más tarde el intérprete de Thriller le dio su lugar a la princesa al desvelar su identidad.

Estefanía de Mönaco, que en los años 80 aparecía en portadas de cabeceras de gran relevancia como Vogue o Vanity Fair, lanzó en 1985 su primera colección como diseñadora de bañadores: Beach Water de su recién creada firma Pool Position (un juego de palabras, con ‘pool’, piscina en inglés, y ‘pole position’, la expresión que se utiliza para la primera posición en las carreras de automovilismo), inspirados en cierta medida las carreras de Fórmula 1 de Montecarlo a las que ella había asistido por primera vez en su adolescencia. Una apuesta en la que se había embarcado con su amiga Alix de la Comble, a quien había conocido cuando era becaria en Dior bajo la dirección creativa de Marc Bohan. La puesta de largo de ese proyecto tenía lugar ese verano en Montecarlo y asistió gran parte de la familia. “Mi padre llevaba sus gafas oscuras para disimular su emoción”, manifestaba la menor de las Grimaldi a la revista Hola después del evento, que fue, sin embargo, el canto del cisne de esta andadura.

Ahora Estefanía, que también llegó a lanzar un perfume con su nombre en 1989, observa cómo su hija sigue unas pautas similares a las suyas, aunque aún es pronto para juzgar el resultado. Tras finalizar sus estudios de primaria y secundaria en Mónaco, Pauline estudió Moda en el prestigioso Instituto Marangoni de París, que también tiene sede en Milán, Florencia, Londres, Miami, Shenzhen y Shangai. Un centro que oferta distintas modalidades de estudios, desde cursos breves e intensivos para ejecutivos, a grados y posgrados, que enfocan la moda desde las perspectiva del diseño, las finanzas o el marketing, por lo que podemos inferir que la sobrina de Alberto de Mónaco adquirió una visión global del negocio.

Con la lección aprendida, Pauline hizo las maletas y, como su madre, se fue a buscarse la vida en Estados Unidos, donde, entre 2015 y 2016 fue alumna de Parsons en Nueva York, entre los años 2015 y 2017 (aunque podría haber recurrido a su sede de París, que abrió sus puertas en 2013). Un exclusivo centro educativo que hunde sus raíces en los últimos años del siglo XIX, por cuyas aulas han pasado figuras consagradas como Donna Karan, Marc Jacobs, Narciso Rodriguez o Alexander Wang. Para completar su formación, estuvo durante cinco meses de becaria en Vogue y seis en Louis Vuitton.

En junio de 2017, lanzó junto a su amiga Maria Zuco su primera línea de ropa, Altered Designs, prendas muy casual que comenzaron a comercializar a través de sus redes sociales y que ellas mismas lucían como reclamo publicitario. “Mis padres nunca me dijeron ‘tienes que hacer esto o vestirte de determinada manera’. Me han dejado hacer mis cosas en concordancia con mi personalidad. Siempre he sido un poquito ‘rock n’ Roll’, manifestaba unos meses antes en la revista francesa Point de Vue.

Aunque esta iniciativa no ha revolucionado precisamente el mercado de la moda, Pauline Ducruet no desiste en su empeño y se define a sí misma en la bio. de su perfil de Instagram como “fundadora de los premios Influencer Awards Monaco, diseñadora de moda, fundadora del New Generation Festival, luchadora de grandes causas y amante de los viajes”.

Pauline parece muy decidida a convertirse en alguien relevante en un mundo que le apasiona, pero aún no ha conseguido como su prima Carlota Casiraghi, quien lleva colaborando con Gucci más de seis años, que firmas relevantes se vinculen a ella. De momento, tiene unos discretos 51.000 seguidores en Instagram, una red social que gestiona de una manera un tanto peculiar, pues repite una y otra vez imágenes muy similares, en las que aparece mostrando las últimas tendencias. Es sí, siempre prendas y accesorios de los diseñadores más punteros, en los contextos más glamourosos imaginables.

Este mes de octubre se celebraban en Montecarlo los mencionados premios para influencers que ha organizado con su amiga y experta en moda Lolita Abraham. Sería prematuro aventurarse a presagiar si conseguirán consolidarse como uno de los grandes eventos del Principado o alcanzarán la magnitud del Baile de la Rosa, el de la Cruz Roja o el festival internacional de Televisión de Montecarlo, pero, a juzgar por la repercusión que ha logrado en su debut, solo podemos calificarlo como una iniciativa embrionaria que tal vez crezca con el tiempo. Por cierto que asistir a la cena costaba 450 € y, en su versión Vip 850, un indicativo de la capacidad adquisitiva de los asistentes.

En cuanto a The New Generation Festival, al que también menciona en su perfil de IG, hay que señalar que se trata de su primer proyecto profesional. Se remonta a ocho años atrás y entronca con una de las grandes pasiones de su madre, el circo. Algo que Estefanía dejó patente, además, a través de una larga relación sentimental con Franco Knie, un domador de elefantes (las fotos de Pauline participando en un arriesgado número con un paquidermo siendo una niña fueron criticadísimas) . También con un matrimonio fallido con el acróbata Adans Peres, quien participó en la segunda edición de ‘Gran Hermano Vip’ en 2005. Así que siguiendo la tradición, la nieta de Grace Kelly se convirtió en la artífice de este concurso para artistas circenses menores de 20 años que celebrará su próxima edición los días 2 y 3 de febrero próximos.

En todas estas iniciativas, Pauline cuenta con el apoyo de su novio, el broker y dj. Maxime Giaccardi, que vive a caballo entre Nueva York y Montecarlo. Un noviazgo del que van dejando sus huellas en Instagram, el álbum de fotos más completo de su dolce vita. Triunfe o no profesionalmente, nadie podrá decir que no se está divirtiendo…

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