En la escala de Suri Cruise y Chábeli Iglesias, la actriz Kiernan Shipka es, a sus doce primaveras, toda una señorita aunque no tenga edad suficiente para ver la serie que la ha hecho famosa. Solamente un año más joven que Elle Fanning, dos que Chloë Moretz y tres que Hailee Steinfeld -lo que en el minutero de Lindsay Lohan correspondería más o menos a un siglo- Sally Draper es, con permiso de la nueva Carrie Bradshaw, una de las actrices más prometedoras y envidiadas de la nueva hornada Hollywoodiense.
Y es que si Britney Spears y Christina Aguilera tuvieron a Mickey Mouse como padrino, ella cuenta con el macho alfa por excelencia como padre protector: John Hamm.

Kiernan con el mismo vestido estilo años sesenta, en diferentes colores y dos actos distintos en 2010 y 2012.
Fue en la cuarta temporada de Mad Men, coincidiendo con el divorcio de sus padres, cuando la mayor de los tres hijos de Don Draper y Betty Francis pasó oficialmente de niña a mujer: empezó a odiar a su madre, se cortó la melena como acto de rebeldía y le subió bruscamente la libido. Todavía corren ríos de tinta sobre su despertar sexual.

Kiernan y su padre en la ficción en los SAG Awards de 2009.
Nada que ver con su triunfal entrada, estilosa (barra) glamurosa, en la adolescencia real.

Shipka vestida de Miu Miu en los pasados Emmy.

Aquí acudiendo como una teenager más al estreno de Glee.

De Oscar de la Renta en el PaleyFest.

Con un vestido de Alice + Olivia en un acto en Los Angeles, ciudad donde reside.

Junto a sus compañeros de reparto abriendo la bolsa de Nueva York el pasado 21 de marzo.

¿Estaremos ante la próxima it-girl?