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Kendall Jenner, cómo triunfar huyendo del apellido Kardashian

La hermana de Kim, Khloé y Kourtney despunta como modelo lejos de Harry Styles y apartada del clan más famoso y rentable de la televisión americana.

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Ethan Miller (Getty Images for Clear Channel)

Hace un año Kendall Jenner pisaba por primera vez la pasarela neoyorquina. Lo hacía acompañada de su hermana Kylie y su madre Kris en sendos desfiles de segunda fila y ninguna publicación especializada le echaba cuentas a su incursión. Por aquel entonces toda la atención mediática la acaparaba Kim Kardashian, que acababa de anunciar su embarazo, y estaba en pleno proceso de transición de estrella de reality y carne de tabloide a celebrado personaje del mundo de la moda. Empezaba a ganarse los favores de los supertacañones de la industria protagonizando portadas en cabeceras de renombre y comenzaba su andadura en desfiles y eventos de primera línea, incluida la gala del Metropolitan. Su temerario estilo premamá acababa de consagrarla. Hasta entonces, más concretamente hasta que Kanye West se metió en su armario, todo el contacto de Kim con la moda pasaba por su cadena de tiendas multimarca DASH y una línea de ropa, lencería y cosmética distribuida en grandes almacenes que en breve ampliará su repertorio con propuestas para niños. Un lucrativo negocio que comparte con sus hermanas Kourtney (la mayor de las tres) y Khloé (la menor, todavía casada con el exjugador de la NBA Lamar Odon, fichado estos días por el Baskonia). 

Kendall, portada de Miss Vogue y en sú última portada para ‘Marie Claire’ México junto a su hermana Kylie.

Teen Vogue/ Marie Claire

Las más pequeñas de la saga, Kendall y Kylie Jenner, tenían reservado en un principio un papel secundario tanto en el formato de telerrealidad que narra cada domingo el día a día de la tribu, como fuera de él.  Son hijas de Kris, la matriarca y cerebro detrás de la millonaria factoría Kardashian, y Bruce Jenner, un medallista olímpico reconvertido en orador y estrella mediática del que acaba de separarse. Tenían, porque ambas llevan tiempo allanando el terreno para dar el salto de la televisión y revistas de cotilleos, a las publicaciones exclusivamente de moda. Tanto que hace un año abandonaron el instituto y empezaron a estudiar a distancia para poder explotar al máximo su filón comercial. Su corta edad (Kendall acaba de cumplir 18 y Kylie tiene 16) y físicos acordes a los cánones imperantes en este campo (son altas y espigadas, especialmente Kendall) les han ayudado casi tanto en esta empresa como ser 'hermanas de'.

Publicaciones como Teen Vogue o Seventeen, para la que llegaron a ser editoras invitadas, llevan tiempo detrás de su sobrevenido y productivo perfil mediático, y a estas alturas han protagonizado innumerables editoriales, portadas (la última en Marie Claire México) y campañas de publicidad para marcas enfocadas a un público adolescente que las sigue en masa en las redes sociales. Tienen una línea de ropa, su propia gama de pintauñas para OPI, por la que cobraron casi 100.000 euros cada una tan solo por ceder su nombres, y hace unos días se estrenaban como diseñadoras de complementos y lanzaban su primera colección de zapatos en colaboración con Steve Madden. El verano que viene debutarán además como autoras de ficción con una novela seudoautobiográfica sobre dos chicas con superpoderes.

Kendall Jenner desfilando para Marc Jacobs en la pasada Semana de la Moda de Nueva York.

Getty Images

Kendall y Kylie habían trabajando hasta el momento siempre juntas, pero la primera ha empezado a despuntar profesionalmente una vez ha decidido desmarcarse del núcleo familiar y aparcar sus relaciones amorosas, para dedicarse a tiempo completo, y en exclusiva, a ser modelo. A pesar de llevar apuntada en una agencia desde los 15 años, la primera gran oportunidad de Kendall le ha llegado a la par que su mayoría de edad. Se la brindaba Marc Jacobs, a propuesta de su gran amiga y editora jefe de Love Magazine, Katie Grand, en la Semana de la Moda de Nueva York. Su aparición sobre la pasarela enfundada en un top completamente transparente causaba casi tanto revuelo como su sonado y ya finalizado romance con Harry Styles. Días después, Kendall, de la que ya hemos disfrutado en solitario en las páginas de Miss Vogue, Harper's Bazaar, V, o Lovecat, viajaba a Londres para participar en el desfile de Giles Deacon y sentarse junto a Anna Wintour en el desfile de TopShop Unique. Aunque no se las vio interaccionar en ningún momento, los rumores sobre la posibilidad real de una portada para Kendall en Vogue se disparaban tras publicarse en el Instagram de la cabecera una serie de fotos de la modelo con una selección de diseños vistos durante los días anteriores. El morbo de ver a Kendall en la revista antes que a Kim, quien lleva intentando camelar a Wintour desde que la invitara formalmente al MET aunque luego la borrara de sus galerías de fotos, han animado a los fans a jugarse el dinero con el tema en diversas casas de apuestas online (a juicio de los internautas, de momento tiene más posbilidades Kim). Kendall ha estado además esta semana en París desfilando para Givenchy (Riccardo Tisci es gran amigo de Kim y Kanye) y, atención: Chanel. 

Kim Kardashian and sister Kendall Jenner leaving the children's hospital on Christmas Day in Los Angeles***NO DAILY MAIL SALES****
Splash News (Splash News /Cordon Press)

Con Kim Kardashian, el pasado mes de diciembre.

Cordon Press

En el último episodio emitido en Estados Unidos de "Keeping Up With The Kardashians", Kendall amenaza con independizarse y volar libre lejos de ese nido monitorizado que es ahora su hogar. Una voluntad individual que entra peligrosamente en conflicto con los intereses familiares en un momento en el que el peso de las tramas del reality recae sobre las pequeñas del clan. Y es que Kim ha aprovechado su maternidad y la gira de Kanye West para ausentarse del programa, y Kourtney y Khloé no le resultan tan atractivas a la audiencia como se esperaba a pesar de contar con sus propios spin-offs. Así, tanto la joven, que cobra alrededor de 5.000 euros por episodio, como el resto de sus hermanas y demás Kardashian-Jenner, están obligadas a aparecer regularmente, y al menos tres temporadas más, en el show que lava semanalmente sus guionizados trapos sucios en casa. Todo ello a tenor de un contrato por valor de casi 30 millones de euros, el más alto actualmente en la televisión americana, firmado este mismo mes por su madre y manager. Eso sin contar los acuerdos comerciales derivados de este formato que obligan a los miembros de la familia, tanto a promocionar en pack todo tipo de productos, como a acudir regularmente a entregas de premios, fiestas e inauguraciones, en grupo.

Aquí rodando escenas de «Keeping Up with The Kardashians» en los alrededores de E!, el canal de entretenimiento que emite el reality familiar los domingos por la noche.

Getty Images

Kendall desfilando para Givenchy en la Semana de la moda de París.

Getty Images

Jenner desfilando para Chanel. El último signo de que la moda se rinde a la pequeña de las Kardashian.

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