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Un breve romance con Kanye West y el objetivo claro de ser viral: así se convirtió Julia Fox en la gran estrella del año

«Fenómeno estilístico», «obsesión de Internet», «la it girl de 2022″… Aunque su relación con el controvertido rapero no superó los dos meses de vida, la modelo y actriz ha conseguido explotar y rentabilizar el foco mediático para convertirse en una de las figuras más omnipresentes, admiradas y polarizantes de la actualidad.

En apenas unos meses, Fox ha pasado del anonimato mediático a erigirse en la gran 'it girl' de 2022.
En apenas unos meses, Fox ha pasado del anonimato mediático a erigirse en la gran 'it girl' de 2022.Getty (WireImage)

Parece imposible encontrar a alguien más viral que ella. Julia Fox, la actriz, modelo e improbable influencer que popularizó su nombre tras su brevísimo romance con Kanye West a principios de este año, se ha convertido en una de las mayores revelaciones de la cultura pop de 2022 y una máquina inagotable de generar titulares. Solo en las últimas semanas, la socialité ha confesado que está decidida a explorar su “hueso homosexual” y comenzar a salir con mujeres porque todos los hombres son “horribles”, que cree que “la infancia es un concepto que se inventó para que los padres se gastaran dinero”, que no hay nada “más atractivo que envejecer”, que “no soporta el sexo” o que su relación con West “perjudicó” su carrera en Hollywood. En las extensas hectáreas de tierra quemada que el rapero y ex de Kim Kardashian está dejando a su paso durante los últimos meses, en los que se ha sumergido en una espiral autodestructiva imparable, el auge mediático de Julia Fox supone un inesperado brote verde que no deberíamos menospreciar.

Sus comentados posados junto a West en la semana de la alta costura parisina catapultaron su proyección pública.
Sus comentados posados junto a West en la semana de la alta costura parisina catapultaron su proyección pública.Getty (Getty Images)

“Yo no quería comenzar a salir con un famoso, pero pensé que quizá podía quitárselo de encima a Kim y conseguir gustarle”. Como si de una bienaventurada samaritana se tratara, la última declaración que ha situado a Fox en la primera línea de la actualidad es su revelación de que su affaire con West no fue sino una obra de caridad, una pura “distracción” a beneficio de su admirada Kim Kardashian. Con su cuenta de TikTok como altavoz y su espontánea verborrea como herramienta, la artista salió al paso de quienes la criticaban en la red social –donde acumula más de un millón de seguidores– por haber salido con un personaje tachado de “violento, misógino y antisemita”. “Durante el mes que estuvimos juntos él no estaba en Twitter (…) En el momento en el que empezó a tuitear yo ya estaba fuera”, se excusó la joven de 32 años, que dota de un sentido de ironía, autoconsciencia y diversión cada uno de sus testimonios. Cuando un seguidor le acusó de seguir el dictado de su equipo de marketing por expresar su “respeto” por la obra de Kanye, ella respondió con una réplica sintomática de su éxito: “Mi publicista dimitió hace mucho tiempo, querido”.

Antes de que su popularidad se hipertrofiara por su relación con el músico ahora conocido como Ye, Julia Fox era una figura de sobra conocida en el ámbito artístico neoyorquino, aunque bastante anónima a nivel global. Modelo, diseñadora –de la extinta marca de moda Franziska Fox–, pintora, fotógrafa, chica Playboy, presentadora del podcast, actriz performática, próxima escritora, directora y hasta dominatrix en su adolescencia solo son algunas de las facetas encarnadas por esta italoamericana, madre de un niño –Valentino, de un año– fruto de su matrimonio de dos años con el piloto Peter Artemiev. Su papel más reseñable en Hollywood hasta la fecha fue el de la dependienta de una joyería en la película de culto Diamantes en bruto, protagonizada por Adam Sandler.

Fox ha sido tildada de «fenómeno estilístico» por las revistas especializadas.
Fox ha sido tildada de «fenómeno estilístico» por las revistas especializadas.Getty

Pero no hay alfombra roja o galardón que pudiera igualar el salto meteórico de popularidad que supusieron para Fox las apenas seis semanas de romance con el exmarido de Kim Kardashian. Un lapso corto de tiempo, pero suficiente para que los estilismos conjuntados que lucieron durante la semana de la moda de Paris –tan virales como el total look denim del desfile de Kenzo o el de cuero negro en la presentación de Schiaparelli– otorgaran a la pareja una notoriedad que Fox ha sabido prorrogar en el tiempo y rentabilizar económicamente. Erigida en un subversivo y polarizante icono de estilo, cada una de sus apariciones han reafirmado su estatus como matriarca heterodoxa y extravagante, de maquillaje hiperbólico y desprovista de complejos o limitaciones contractuales. A medio camino entre el fetichismo y el bondage, sus looks de aspecto casi inacabado dejan al descubierto toda la piel posible y apuesta por tejidos como el vaquero, el cuero y el látex en sus bodys, cut outs extremos, corsés, balaclavas o pantalones de tiro bajo que no en pocas ocasiones dejan al descubierto el tanga. No hay riesgo que no se atreva a tomar para captar la atención e iniciar un debate, convirtiendo incluso el parking del supermercado en un escenario idóneo para sublimar el street-style con un conjunto de ropa interior de Alexander Wang.

La artista e influencer ha convertido cualquier escena de su rutina, por muy mundana que sea, en una improvisada pasarela.
La artista e influencer ha convertido cualquier escena de su rutina, por muy mundana que sea, en una improvisada pasarela.Getty (GC Images)

Una actitud que la socialité natural de Milán también despliega en sus interacciones de TikTok, donde suma más de 20 millones de ‘Me gusta’ y que le ha servido como mejor trampolín para su emancipación mediática de Kanye. Los 36.000 seguidores de una cuenta de Twitter que informa sobre cada uno de sus pasos, o las decenas de artículos que tratan de explicar “por qué internet se ha obsesionado con ella” evidencian la fascinación que sigue despertando. “Es un fenómeno estilístico”, corrobora la edición francesa de Vogue. La provocación que abandera, según manifestó en The Cut, es deliberada y fruto de la lucha con su equipo de estilistas: “Que si esto es muy sexy, o muy sugerente, o está muy visto… Y yo pensaba, ‘De acuerdo, supongo que tendré que ser más Hollywood y más anodina’. Pero que le jodan a esa narrativa: lo que quiero vestir de verdad son mierdas locas”.

A pesar de que Fox sostiene que su relación con West perjudicó seriamente su proyección como intérprete en la meca del cine, lo cierto es que su omnipresencia en saraos de todo cuño, su regreso a las pasarelas de moda, sus nuevos contratos como embajadora de firmas como Diesel o KNWLS y las diferentes colaboraciones publicitarias que pueblan sus perfiles digitales sugieren lo contrario. Allá por el mes de febrero, el agente de celebrities Jonathan Shalit auguró que su tarifa por acudir a un evento se habría estirado hasta situarse en unos 100.000 dólares; 50.000 por cada post de Instagram. Teniendo en cuenta que sus números en las redes no han parado de crecer en estos meses, hasta sumar cerca de tres millones de seguidores, su caché se antoja hoy incluso más alto de lo mencionado. Ella no oculta su intención: “Mi único objetivo como celebrity es el dinero”, admitió a la revista People, “¿No es ese el objetivo de todo el mundo?”.

La italoamericana se hizo conocida por su aparición en la película ‘Diamantes en bruto’.
La italoamericana se hizo conocida por su aparición en la película ‘Diamantes en bruto’.A24

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