_
_
_
_
_

January Jones: «Mis preferencias en la moda han cambiado con la maternidad»

Gracias a Betty Draper, su papel de esposa perfecta en la serie Mad Men, la actriz ha marcado tendencia. En junio, Canal+ estrenará la sexta temporada.

January Jones

Hoy no existe diferencia entre January Jones y Betty Draper. La actriz y su papel son una misma persona en el set de Mad Men, la serie que ha devuelto el factor cool a los años 60, la elegancia a la televisión y le ha dado la fama a esta exmodelo de 35 años nacida en Dakota. Pero si hay algo que la defina es su discreción, pues en la era de las redes sociales y los paparazis ella es la madre soltera más popular y enigmática, decidida a no compartir ni el nombre del padre de su hijo Xander, de 18 meses.

¿Es cierto que los caballeros las prefieren rubias?

Eso se lo tienes que preguntar a un hombre, aunque hace poco me teñí el cabello de un tono más oscuro y noté la diferencia. Creo que es un problema de color. El rubio llama más la atención, es más luminoso y quizá se ha convertido en un símbolo de juventud. No sabría qué decirte, solo que he sido rubia toda mi vida y no entiendo la fascinación. A mí me divierte mucho jugar con el color.

¿Y en la moda? ¿También le gusta la variedad?

Mi armario nunca es lo suficientemente grande [ríe]. Siempre me pasa lo mismo. Cuando busco casa, lo primero que miro son los armarios, porque nunca tengo el espacio que necesito.

¿Es tan adicta a la moda?

Bueno, depende. Ahora que soy madre, menos. Obviamente si asisto a algún acto o tengo que promocionar la serie, aprovecho la ocasión para vestirme. Pero desde que he tenido a mi hijo me tiro a por esa camiseta estupenda tan cómoda y suavecita en lugar de inclinarme por un increíble par de zapatos con unos bonitos tacones.

Las preferencias cambian con la maternidad. ¿Y el estilo? ¿Estos años trabajando en una de las series más fashion de la televisión han influido en su gusto personal?

Me quedo con la tendencia actual. Sin duda. Ahora todo vale, puedes jugar mucho más. Porque cuando hablas de cómo se vestía en los años 40, 50 o 60, el molde es mucho más ceñido. En la actualidad la moda es una forma de expresión, de tomar riesgos. Y adoro esa libertad.

¿Alguna vez ha querido quedarse con algo del set de Mad Men?

¡Si hubiera podido, habría robado todo el atrezo! Llegué a pedir un baúl de juguetes que había en la casa de Don, en la habitación de la tele. No sé dónde fue a parar. ¡Probablemente lo vendieron en eBay!

Antes mencionaba los cambios que ha producido su reciente maternidad en su gusto por la moda. ¿Qué otras transformaciones ha notado? ¿Quizá en el trabajo?

Un hijo te hace ver claro cuáles son tus prioridades en la vida, pero mi motivación como actriz sigue siendo la misma. Es cierto que ya ni recuerdo mi vida antes de ser madre, qué es lo que hacía con mi tiempo, pero me sigue haciendo la misma ilusión ir a trabajar. Además, tengo la suerte de contar con un trabajo donde me lo hacen muy fácil, proporcionándome un servicio de guardería para mi hijo y aplacando mi remordimiento de conciencia por tener que dejarlo durante unas horas para grabar.

Hablaba de su vida antes de ser madre, pero ¿qué me dice de su vida antes de Mad Men? ¿La recuerda?

Son seis años y todos hemos cambiado mucho. Incluso mi personaje, lo cual le agradezco enormemente al director [Matt Weiner], porque si no habría sido muy aburrido trabajar en esta serie. Estos años han sido toda una vida para mí. He disfrutado de grandes oportunidades profesionales y, a nivel personal, aunque me gusta dejar a un lado mi vida privada, solo puedo repetir el regalo que ha sido la llegada de mi hijo.

Años de éxito en los que habrá disfrutado de estas mieles, pero ¿cuáles son los puntos negativos de su fulgurante ascensión?

La continua intromisión en mi vida privada. Es difícil mantener algún tipo de intimidad, de misterio, evitar que la gente se harte de mi cara. Además, desde que soy madre, me he vuelto mucho más protectora de mi privacidad, de mi familia.

¿Qué tal lleva el estrés?

Soy una de esas personas que funciona mejor cuando está estresada. Cuantas más cosas tengo que hacer, mejor. Estar parada me pone de los nervios. Claro que desde que soy madre eso no existe, siempre estoy nerviosa por el bienestar de Xander. Sonará raro, pero disfruto con ese sentimiento de estrés que me produce.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_