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Itsaso Arana, sobre ‘Reyes de la noche’: «Siendo mujer periodista solo podías dirigirte a las mujeres»

La serie ‘Reyes de la noche’, que acaba de estrenarse en Movistar +, abre un mundo nuevo de comedia y oscuridad. Hablamos con Itsaso Arana y Miki Esparbé del olor del cambio, del amor, puros, Brummel y verano.

Itsaso Arana y Miki Esparbé son dos de los protagonistas de la nueva serie de Movistar +.
Itsaso Arana y Miki Esparbé son dos de los protagonistas de la nueva serie de Movistar +.Antártica

“Deja abierto. A ver si se ventila este establo”, le dice el personaje que interpreta Celia de Molina al que encarna Itsaso Arana en la serie Reyes de la noche (que se estrenó en Movistar + el 14 de mayo). La primera es psicóloga; la segunda, periodista y presentadora de Juntos en la noche, un programa de testimonios en la peor franja horaria de una radio española a finales de los ochenta, principios de los noventa. Ambas entran al estudio cuando lo abandona la patulea del programa deportivo (es decir, de fútbol), Tiempo de descuento. “Los estudios de radio olían peligrosamente a testosterona y, especialmente, después de esos programas deportivos”, cuenta Arana. “Lo comentaba con otras periodistas que me decían que, después de un programa deportivo, la sala está muy cargada”.

¿A qué huele Reyes de la noche?

Itsaso Arana: Huele a exceso de testosterona y a un mundo que estaba por terminarse, una España un poco con olor de naftalina revenida.

Miki Esparbé: Lo primero que me viene es tabaco. Es verdad que la serie retrata una época en la que mi abuelo me llevaba al Camp Nou –en la serie retransmitimos las alineaciones y son alienaciones que yo vi en el campo–. Y eran tiempos en los que en el campo se podía fumar y me recuerda muchísimo al olor del puro, el personaje de Javi [Gutiérrez, que interpreta a El Cóndor] no deja de fumar puros. Me recuerda muchísimo inevitablemente al perfume de mi abuelo, Farenheit, se bañaba en ese perfume, y para mí ese olor es esa época.

¿Y a qué huelen vuestros personajes?

Itsaso Arana: El programa que presenta Marga, mi personaje, viene a captar una audiencia más femenina que quizá no es la habitual de la emisora. Pero es muy curioso que siendo mujer periodista en ese momento parece que solo podías dirigirte a las mujeres; como aún se dice ahora, la literatura de mujeres, el cine de mujeres, pero entonces era peor y además se decía con normalidad. Cuando le toca hacer publicidad, publicita lencería Blanco satén, había un proceder muy sexista, donde se podían ejercer esas prácticas de poder con mayor impunidad. Entonces, para contrarrestar eso usé un perfume con Marga bastante fuerte, con bien de estrógenos, es un personaje que necesitaba bastante valentía, un aquí estoy yo y el perfume me ayudaba a esa sensación de afirmarte en el mundo. Era un perfume que yo usaba en un momento de mi vida donde estaba como soltándome la melena y aprovechando que es el primer personaje en el que me puedo soltar la melena, pues voy ahí a volver a mis 15 años.

Miki Esparbé: No te sé decir el perfume en concreto, igual que el perfume de El Cóndor es un perfume más duro, más Brummel, Farenheit, quizá un poco más antiguo; el de Jota, mi personaje, al principio es más ligero, con ganas de primavera, de que venga algo más fresco porque Jota retrata las nuevas prácticas del periodismo, la idea de hacer las cosas un poco distintas. Sería el perfume del cambio.

Eso retrata Reyes de la noche, esa España en un conato de cambio en el paso de década a través del microcosmos de poder de la radio deportiva. Esos monarcas nocturnos que dominaban las ondas y también la conversación social. Muchos eventos reconocibles y también personajes identificables, aunque sus creadores, Adolfo Valor y Cristóbal Garrido, insisten: “La época real era tan excesiva que solo podías hacerle justicia con una historia de ficción”. El tono casi de humor negro, de comedia ligera en minutos y suciedad rastrera, en otros, también se lo marcó esa realidad y el dinamismo del periodismo deportivo, ambicioso y urgente. Y les permitió a estos dos protagonista, Miki e Itsaso, descubrir nuevas facetas y nuevas puertas en su arco interpretativo.

“Marga, para mí, ha sido  un cambio porque venía de interpretar personajes muy bondadosos, muy candorosos”, explica Itsaso Arana, que venía de La virgen de agosto, de Dime quién soy. “Y me ha encantado hacer un personaje mucho más ambicioso, que se enfada cuando se tiene que enfadar y que no siempre procede bien. Me ha encantado poder equivocarme, poder ser descarada, poder enfadarme”. Y admite que la primera vez que vio el guion vio en esa Marga a la working girl ochentera como su madre. “Los pelos, las hombreras, los perfumes, los tacones… Me venían imágenes de ella y sensaciones de cómo abrirse paso, de tener que estar un poco alerta. Iba un poco guerrera porque ir a trabajar era un poco una lucha en un mundo que no estaba hecho a su medida”. La actriz que rueda ahora El nieto, de Nelly Reguera, con Carmen Machi, en un campo de refugiados en Grecia, cree que “los perfiles de mujeres por fin están cambiando en pantalla”, ampliándose. “Y ahí me incluyo —dice—, que yo esté en esta serie, por ejemplo, no es nada evidente”.

También ha descubierto su talento cómico en pantalla por primera vez, un género que Miki Esparbé ya tenía más dominado y para él ha sido un poco, al revés, viajar hacia un lado más oscuro. “Jota piensa de verdad que hay posibilidad de hacer las cosas con otro estilo, otra ética profesional y, de pronto, se da cuenta de que la única forma de acabar venciendo a su competidor es poniéndose a su altura y para llegar a ese lugar el personaje tiene que bajar a los infiernos”, cuenta el actor, que este año también estrena El inocente y las películas Donde caben dos y Malnazidos. “Itsaso me dijo que había destapado un lado muy oscuro. Y es verdad que he tenido la oportunidad de hacer algo que no es tan fácil y es jugar un arco tan extremo en solo seis episodios”.

En Reyes de la noche, Itsaso Arana y Miki Esparbé son pareja. Y ese romance entre ondas huele a algo. “Huele a cerrado de estudio, a un amor que ha pasado en salas de estudio y redacciones, teniendo que compartir espacios muy pequeños”, contesta Esparbé, para quien, personalmente, el amor huele a colonias concretas que usaban sus novias y que aún recuerda, incluso el aroma de su primer flechazo platónico de colegio. Para Arana, en cambio, amor es verano, “de piel, sudor y contrastes”, como el estío de La virgen de agosto que protagonizó y coescribió con Jonás Trueba. “A lo mejor es porque nací en verano y porque anhelo esos amores de verano que he visto en las películas”.

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