_
_
_
_
_

Hermanas y ¿rivales?

Las Mara, Knowles, Olsen y Fanning cabalgan como pueden los altibajos de la fama, sin llegar al nivel de enemigas históricas como Olivia de Havilland y Joan Fontaine, hermanas y enemigas juradas.

hermanas cover
Getty

Este tendría que haber sido un buen mes para Kate Mara, la actriz que despuntó hace ya algunos años como la hija de Heath Ledger en Brokeback Mountain. Tras quedarse sin el papel de Catwoman en la saga de Batman, que finalmente fue a parar a manos de Anne Hathaway, Mara encadenaba importantes papeles en la tele de perfil alto: gustó en American Horror Story y acaba de estrenar House of Cards, la imponente serie de Netflix que produce y protagoniza Kevin Spacey y dirige David Fincher. Allí hace el papel de Zoe Barnes, una joven y ambiciosa periodista que se hace un nombre en Washington gracias a sus contactos con una importante garganta profunda. Emily Nussbaum, la prestigiosa crítica televisiva del New Yorker, ha escrito de su interpretación que "tiene un nervio represivo" y "es lo más vivo de la serie". 

Pero…aún no se había secado la tinta de las extáticas críticas que ha recibido la ficción de Fincher, cuando la hermana pequeña de Kate, Rooney, volvía a acaparar el protagonismo, estrenando en Berlín Side Effects, la que Steven Soderbergh asegura que será su testamento en el cine. Las Mara, herederas de la realeza del fútbol americano (uno de sus tatarabuelos fundó los New York Giants, a los que muy atada la familia, y otro inició los Pittsburgh Steelers), son un ejemplo palmario del Síndrome de la Hermana Advenediza. Si bien era Kate, la hermana mayor, que empezó a hacer trabajos en el cine, el teatro y la televisión en la adolescencia, la que parecía tener una prometedora carrera, su hermana pequeña, Rooney terminó por adelantarle por la izquierda cuando se hizo con uno de los papeles más codiciados de la década, el de Lisbeth Salander en la saga Millenium, también dirigida por David Fincher. El papel le sirvió a Rooney para hacerse con una nominación al Oscar, decenas de portadas de revista y, sobre todo, para reinventarse, también fuera de las pantallas, como una especie de heroína emo-gótica alérgica a las sonrisas (y adicta a Givenchy).

Si existe algún resentimiento entre ellas, no ha trascendido. Ambas suelen acudir a los estrenos respectivos y Rooney dijo recientemente de Kate en una entrevista en la revista Allure que "nunca ha existido una rivalidad porque somos muy distintas. Ella es mucho más agradable que yo, es divertida y extrovertida. Yo soy definitivamente la hermana rara". Con declaraciones así, Rooney no puede evitar recordar a esos adolescentes que se pasan el día convenciendo a los de su alrededor de que "ellos son epeciales. ¿vale?".

En materia de estilo a Beyoncé le ha salido una competidora: su hermana pequeña. La cantante nunca ha sido un icono de la moda, en cambio Solange Knowles está considerada una de las mejor vestidas por la revista Vogue.
En materia de estilo a Beyoncé le ha salido una competidora: su hermana pequeña. La cantante nunca ha sido un icono de la moda, en cambio Solange Knowles está considerada una de las mejor vestidas por la revista Vogue.Getty Images

Getty Images

Por casualidad o premeditación, Kate ha hecho bien seguramente en reorientar su carrera en la televisión, ya que en el cine difícilmente optaría a papeles de una envergadura comparable a los de su hermana. Es la estrategia "búscate un nicho" sobre la que puede impartir seminarios otra "hermana de", Solange. La pequeña de las Knowles lleva toda la vida dedicándose a la música pero nunca ha dado la impresión de buscar los mismos objetivos que su estratosférica hermana. Ahora vive seguramente su mejor momento de reconocimiento. Es la imagen de JCrew y se espera que se publique en breve el disco que ha grabado con Pharrell Williams y Devonté Hynes –Hynes es una especie de Zelig de la modernidad londinense, especialista en aparecer en el Instagram de Alexa Chung, hacerse fotos con Florence Welch y en general estar al lado de quien sea que despunte esa semana–. El single anticipatorio de ese vídeo, Losing You, acompañado de un vídeo bien molón de Melina Matsoukas rodado en Suráfrica y con la participación de los sapeurs, los dandies del Congo, enamoró a la crítica y apuntaló a Solange como girl crush del año. "El vídeo de Losing You solidifica a Solange como la chica más cool del mundo", escribía la web Jezebel, sin apariencia de estar exagerando. Así que Solange, que siempre ha sido la "hermana díscola" (se casó y tuvo un hijo, Julez, a los 17 años y no aceptaba tan fácilmente las directrices del padre-svengali que planeó las carreras inicpientes de sus hijas al más puro estilo del padre de las Williams o de los Jackson) es la hipster y Beyoncé la megaestrella, y a ambas les funciona el reparto de papeles.

A Solange no le importa hablar de Beyoncé, a la que está muy unida (ambas han declarado que quieren criar a sus hijos como si fueran hermanos antes que primos), siempre y cuando no se insinúe que vive bajo su sombra o su tutelaje. En una ocasión se enfrentó a un bloguero, Teddy Birmingham, que había escrito algo por el estilo e incluso es autora de una canción, God Given Name, en la que habla del tema: "No soy ella y nunca lo seré". En una ocasión declaró a Rolling Stone: "la gente cree que hay esta gran rivalidad entre nosotras pero nunca ha habido competencia. Hay una gran diferencia de edad y somos muy distintas". 

De cara a la opinión pública, las Knowles obtienen un beneficio mutuo con su reparto de papeles. La presencia de Solange, que se mueve en bicicleta por su barrio en Brooklyn, humaniza a Beyoncé, sobre la que siempre recae la sospecha de ser demasiado perfecta para ser real, y en los últimos tiempos incluso le concede un barniz trendy. En 2009 los asistentes a un concierto de Grizzly Bear en Williamsburg asistieron atónitos a la presencia de Jay Z y Beyoncé entre el barbudo público. Les había llevado Solange, claro. 

Las Fanning, Dakota y Elle, han experimentado varios reequilibrios de fuerza. Ahora, la carrera de la pequeña parece mejor posicionada.

Getty

Otras hermanas que han crecido en el ojo público, las Fanning, toman elementos de ambos prototipos, el "Mara" y el "Knowles": como en el caso de las Mara, aquí la pequeña ha superado de alguna manera a la mayor, que parecía orientada al estrellato. Y, como las segundas, parecen haber optado por rumbos algo diferentes en sus carreras. Ambas han trabajado en el cine desde que llevaban pañales y de hecho los primeros papeles de Elle siempre consistían en hacer versiones más jóvenes de los de su hermana (lo hizo en I am Sam y en la serie Taken). Desde que Sofia Coppola escogió a la hermana pequeña, Elle, para hacer de la hija precozmente madura de Stephen Dorff en Somewhere, ésta ha tenido la oportunidad de trabajar con directores de renombre. Lo hizo con el propio Francis Ford en la fallida Twixt, con J.J. Abrams en Super 8 (su papel estuvo entre lo más destacado del filme) y con la muy arty y festivalera Sally Potter en Ginger&Rosa. Tiene pendiente el estreno de Maléfica, en la que hace de princesa Aurora frente a una malísima Angelina Jolie. La carrera de su hermana mayor, Dakota, seguramente no ha levantado tanta expectación en los últimos años pero se ha afianzado como una presencia en vehículos más comerciales gracias a su presencia en la saga Crepúsculo

Las Fanning, por cierto, han sido alumnas (Elle todavía lo es) de la Campbell Hall High School en Hollywood, el mismo al que han asistido otras hermanas igualmente fashion victims, las Olsen. El caso de estas es aún más complejo puesto que no hay dos hermanas famosas, sino tres. Todo el mundo conoce la historia de las gemelas, Mary-Kate y Ashley, millonarias desde la cuna gracias a Padres forzosos y creadoras de todo un imperio mediático gracias a sus películas directas-a-vídeo que rodaron en su infancia. Cuando ya tenían perfeccionada su reconversión en diseñadoras creíbles, con sus carísimas y respetada firmas The Row y Elizabeth and James, apareció en el panorama mediático su hermana pequeña, Elizabeth (el nombre de su firma se debe a ella y al cuarto hermano Olsen), que tuvo un sorpendente papel en el hit indie Martha Marcy May Marlene. Es muy difícil encontrar evidencia fotográfica de las tres Olsen juntas y hay quien cree que la pequeña, que trata de labrarse una reputación en el cine independiente, evita que la relacionen con sus famosas hermanas. Al parecer, a las hermanas les molesta que desde que Elizabeth es más conocida no siempre luce prendas de sus marcas en sus apariciones públicas. La pequeña se ha preocupado de distanciarse de la imagen de divas caprichosas de sus hermanas. En una entrevista reciente con la revista de la marca ASOS declaraba que su parentesco le ha generado malentendidos en el pasado. Cuando se disponía a estrenar sus dos primeras películas en el festival de Sundance, escribieron a su agente: "el hotel no tiene piscina ¿lo tolerará?". Ella contestó que "deberían ver su apartamento", dando a entender que no mantiene el estilo de vida de sus famosas hermanas. 

Al parecer, las Olsen no llevan bien que su emergente hermana pequeña, Elizabeth, se distancie de su firma y evite fotografiarse con ellas.

Getty

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_