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Heidi Kunzil: la mujer que cura a Kit Harington de sus adicciones

Dirige la clínica de desintoxicación en la que ha ingresado el actor de Juego de Tronos y es todo un referente del “boutique rehab” en Estados Unidos.

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Ayer supimos que Kit Harington ha tenido que ingresar en una clínica para centrarse en resolver algunos “problemas personales” después del rodaje de Juego de Tronos. Page Six avanzó la noticia asegurando que el actor ha ingresado en una clínica de rehabilitación ubicada en Connecticut, en la Costa Este de Estados Unidos, llamada Privé-Swiss después del final de la serie para lidiar con el estrés y problemas con el alcohol.

Privé-Swiss ofrece un programa inspirado en las clínicas suizas de retiro que más que caracterizarse por una cobertura médica excelente, se distinguen por una atención personal constante y unas instalaciones lujosas que ofrecen un nivel de confort propio de un hotel de cinco estrellas. Así se describen en su página web oficial: “Nuestro centro cubre las necesidades específicas de individuos altamente funcionales que tienen que lidiar con problemas de salud mental como depresión, ansiedad, desorden bipolar, traumas o adicciones. Nuestros programas son para individuos que no necesitan un internamiento psiquiátrico pero que buscan una atención psicológica que un SPA nunca les ofrecería”. ¿Qué son “individuos altamente funcionales”? Personas como Kit Harington: gente que ha alcanzado un abrumador éxito profesional y financiero pero que está bajo una presión constante tan alta que encuentra problemas para relajarse o simplemente disfrutar de la vida.

La fundadora de la clínica, Heidi Kunzil es una de las pioneras de la industria de la rehabilitación privada en Estados Unidos. Empezó como consejera en un centro de rehabilitación en Massachusetts, donde se especializó en tratar a adolescentes. Después, ya como asesora certificada en problemas de adicciones, pasó por diferentes centros de rehabilitación hasta montar el suyo propio en Laurel Canyon, en California, en 2008. Veinte años después es uno de los nombres de referencia en el campo de la denominada “boutique rehab”, es decir, de rehabilitación personalizada. En 2009 fundó el Centro Beau Monde, una clínica de internamiento de Newport Beach que se hizo muy popular entre las grandes celebrities de Hollywood y que se convirtió en toda una franquicia del “detox”, con sucursales en siete puntos de California, estado donde nunca faltan clientes para este tipo de servicios. El coaching en adicciones es toda una industria allí, donde existen hasta centro propios en formación específica en adicciones y un consorcio de profesionales del sector que son los que conceden las certificaciones.

El corpus teórico de Kunzli es muy particular: ella está convencida de que la manera de superar depresiones, ansiedades, traumas y abusos de sustancias no es la represión, sino muy al contrario, lo que ella llama “la expansión personal”. “Heidi está convencida de que alguien que tiene este tipo de problemas no debe encerrarse y tratarse como si tuviese una enfermedad, sino que debe observar la situación como una oportunidad para mirarse por dentro, descubrir otras debilidades y sobre todo, redescubrir fortalezas, pasiones y nuevas formas de estar en el mundo”, se explica en su página web personal. Es decir, de alguna forma la clínica donde acudió Harington es un lugar donde los clientes van a hacerse las grandes preguntas para después replantearse todo su mapa existencial: después de hacerlo deciden si quieren continuar por el camino que han tomado o desean darle un giro a sus vida. La idea que les vende a los clientes de Privé-Swiss es que todo el mundo tiene la capacidad de auto-curarse de los problemas psicológicos.

Además de actores y personajes del show business, son clientes habituales de esta clínica altos ejecutivos de sectores empresariales en los que el nivel de responsabilidad es altísimo y por tanto el riesgo de “quemarse” es muy elevado también.

La doctora Kunzli promete a sus clientes tratamiento personalizado y atención instantánea individual, cosa que no es habitual ni siquiera en las clínicas más prestigiosas de Estados Unidos. Conseguir este tipo de atención no es fácil en un país con un sistema sanitario privado extremadamente precario en lo médico pero también altamente permeable a propuestas como las de estos centros, donde en realidad los clientes van más en busca de consuelo que de una cura científica. Kunzli defiende que “hay una gran diferencia entre alguien que está pasando por un momento difícil y de mucha presión en la vida y en consecuencia abusa de sustancias y del alcohol y aquellos que realmente son ‘alcohólicos’ o ‘adictos’”. Cuál de las dos etiquetas le corresponde a Kit Harington es algo que está por ver.

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