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Los galardones, entregados por el British Council, reunieron la noche del lunes en Londres a influyentes nombres de la industria: de modelos a diseñadores o activistas. Tocaba celebrar los hitos del último año, plantear los retos que azuzan al sector y disfrutar. "La moda toca cada país, continente y zona horaria. Necesitamos usar nuestro poder para el bien", dijo en el discurso de apertura Jodie Turner-Smith, la presentadora de la velada, "¿Podéis imaginar una industria de la moda sin la comunidad LGTBQIA+? La moda está contigo y te apoya en lo que ha sido un momento difícil y jodido". La actriz no fue la única en utilizar el atril para lanzar mensajes. El evento estuvo cargado de alusiones al clima político en Reino Unido, a la imperiosa necesidad de actualización de la moda hacia un modelo más sostenible o de repulsa contra la ola reaccionaria que recorre el mundo.
El director creativo de Valentino, Pier Paolo Piccioli, se alzó con el galardón más jugoso, a mejor diseñador del año, tras la retirada de la carrera de Demna (Balenciaga), inmerso en la polémica estas semanas. Bella Hadid se impuso como modelo del año y S.S.Daley, como talento emergente. También recibieron premio Yvon Chouinard, fundador de Patagonia y, en la categoría Leaders of Change (líderes del cambio), nombres como Bethany Williams, Connor Ives, Gabriela Hearst, Marine Serre o Harry Lambert. Jefferson Hack recogió el premio honorífico de la moda británica por su influencia en la cultura contemporánea.