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Aciertos y errores en Eurovisión: lecciones antes de elegir a nuestro próximo representante

A punto de cumplirse 40 años de la última victoria de España en el festival, se ha puesto en marcha la maquinaria para elegir canción. Un mecanismo en el que necesitamos mejorar si queremos conseguir el premio por tercera vez.

Desde la izda., Raphael (1967), Amaia y Alfred (2018) y Las Ketchup (2006).
Desde la izda., Raphael (1967), Amaia y Alfred (2018) y Las Ketchup (2006).CORDON / GETTY

Dare to dream (Atrévete a soñar) es el lema de la edición 64º del festival de Eurovisión, que se celebrará en la ciudad israelí de Tel Aviv los días 14, 16 y 18 de mayo de 2019. Los dos primeros tendrán lugar las semifinales y el último la gran final, para la que España está clasificada directamente, al formar parte de los Big five, junto a Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido: los países que más dinero aportan para la organización del certamen.

El año que viene se cumplen 40 años del último triunfo de nuestro país con Vivo cantando, interpretado por Salomé, en un cuádruple empate con Lulú, que representaba al Reino Unido, Lenny Kuhr de Holanda y Frida Boccara de Francia. Un hecho insólito, pues no había establecidas reglas para el desempate, como en la actualidad. 2019 sería, sin duda, un buen momento para volver a lograr el primer premio, por lo que ya se están calentando motores, eso sí, no sin polémica, para seguir la tradición de los últimos años.

En esta ocasión la controversia ha surgido por el reparto de los temas asignados a los concursantes de Operación Triunfo, entre los que se elegirá a quién nos representará en esta edición del festival. Aunque estaba previsto que se podían seleccionar hasta 20 canciones, finalmente han sido 17, pero lo que hizo estallar la furia de los seguidores del programa de TVE y a los eurofans fue que tres de los expulsados, África, Dave y Alfonso, han sido dejados fuera del proceso. Hasta la noche del 19 al 20 de diciembre, que se colgará en la web de TVE una demo de un minuto de cada uno de los temas, tan solo han trascendido los títulos y quiénes los interpretarán. En el mes de enero habrá una gala en la que competirán las tres más votadas por el público y las siete elegidas por un comité formado por Gestmusic, productora del talent show, y la cadena pública. Y ya se sabe: solo puede quedar una…

Hemos seleccionado diez ejemplos, ahora que aún estamos a tiempo, para copiar lo que puede ayudar y evitar lo que puede perjudicar para conseguir ese añorado triunfo desde hace cuatro décadas:

1- Alfred y Amaia (2018)

Título: Tu canción

Clasificación: 23 (de 26)

Aciertos:

– La espectacular voz de Amaia Romero, la candidez de Alfred y el toque Disney para dos intérpretes que rezumaban juventud y ternura.

– El espectacular vestido de Teresa Helbig de Amaia (aunque ya lo había lucido unos meses antes Eugenia Martínez de Irujo).

– El fenómeno fans: consiguieron los mejores datos de la última década, con casi 7,2 millones de espectadores y un 43,5 de share.

Errores:

– Apostar por una fórmula similar a la que había hecho ganar a Salvador Sobral con ‘Amar pelos dois’ el año anterior.

– Una realización muy plana que desdibujaba la presencia de los artistas en el escenario.

– La sensación de una puesta en escena muy amateur en la que se les veía forzados y nada naturales.

2-Edurne (2015)

Título: Amanecer

Clasificación: 21 (de 27)

Aciertos:

– Justicia poética: el momentazo coreografía con el italiano Giuseppe di Bella, que le permitía a Edurne demostrar por qué era la ganadora moral de Más que baile, en la edición de 2010, que acabó ganando Belén Esteban porque así lo decidió el público.

– El efecto ventilador: un homenaje implícito e involuntario a Paulina Rubio, que le permitía lucir su melenón en todo su esplendor.

– El parecido razonable con Shakira: tanto en su apuesta estética como en la ejecución de la canción.

Errores:

– Un inoportuno gallo final y la voz un tanto vaciliante en algunos tramos de la interpretación.

– La capa roja, que parecía una versión low cost de la que había lucido Madonna de Armani en los Brits Awards, en los que acabó rodando por las escaleras. Al menos Edurne salió indemne de su a ratos vertiginoso número musical.

– Se le abrió el vestido-capa unas fracciones de segundo antes de lo que estaba previsto, por lo que el efecto sorpresa de mostrar su segundo look quedó un poco deslucido.

3- Pastora Soler (2012)

Título: Quédate conmigo

Clasificación: 10 (de 25)

Aciertos:

– La impresionante ejecución vocal de la cantante de Coria Del Río, una de las mejores de la historia de Eurovisión.

– La canción, que cumple con los requisitos de las ‘baladones’ festivaleros, con subidas y bajadas espectaculares para que se luzcan intérpretes con gargantas privilegiadas.

– El vestido de Cañavate, de inspiración griega. Quizás no era el epítome de la elegancia, pero conseguía el efecto de teatralidad pretendida y no hubiera desentonado en Rocío Jurado, uno de los referentes de Pastora.

Errores:

– La falta de riesgo: la propuesta era impecable, pero nada novedosa.

– La canción, compuesta por Thomas G: son, Tony Sánchez-Ohlsson y Erik Bernholm, más que curtidos en componer para artistas eurovisivos, no se sale en ningún momento de los cauces más convencionales.

4- Soraya (2009)

Título: La noche es para mí

Clasificación: 24 (de 25)

Aciertos:

– El aplomo y la versatilidad de la ex-concursante de Operación Triunfo, como está demostrando una vez más como concursante de Tu cara me suena, en Antena 3.

– Su actitud festiva durante toda la actuación. Contagiaba alegría y buscaba la complicidad de los eurofans y del público.

Errores:

– El número de magia, una versión sin medios del peor de los trucos de David Copperfield.

– El vestido, ideal para un concurso de patinaje artístico, con 10.000 cristales Swarovski le llevó a ocupar la posición 13 entre las peor vestidas de ese año en el festival en los premios Barbara Dex. Ese año, este dudoso honor lo consiguió Zoli Adok, representante de Hungría.

– La canción sonada a oída mil veces. De hecho, había sido compuesta para la griega Helena Paparizou, ganadora de Eurovisión en 2005 con My Number One, pero descartó incluirla en el disco que preparaba.

5- Las Ketchup (2006)

Título: Bloody Mary

Clasificación: 21 (de 24)

Aciertos:

– La fama que les precedía por su hit mundial, Aserejé.

– Recurrir a un compositor solvente como Manuel Ruiz Queco.

Errores:

– La ejecución dejaba bastante que desear: había momentos en los que la música engullía la voz de las cuatro cantantes.

– La coreografía de los dos bailarines que les acompañaban, una extraña mezcla entre ‘hacer la croqueta’, la capoeira y Dirty Dancing.

– Las sillas de oficina giratorias sobre las que las cantantes ejecutaban la primera mitad de la actuación. Daba aún más aspecto amateur a la actuación.

6- Anabel Conde (1995)

Título: Vuelve conmigo

Clasificación: 2 (de 23)

Aciertos:

– La portentosa versatilidad de la cantante, que no ha tenido el éxito que hacían presagiar sus capacidades.

– Una canción de Chema Purón, correcta y efectista para que se luciera la artista.

– La sencilla puesta en escena, la cantante y tres coristas, entre las que se encontraba Andrea Bronston, hija del emblemático productor de cine Samuel Bronston, artífice de 55 días en Pekín, El Cid y Rey de reyes.

Errores:

– Igual que en el caso de Pastora Soler, una canción que no asumía riesgos. Ese año ganó un tema casi instrumental de Noruega.

– Gran perfección técnica, pero tal vez se eche en falta algo de sentimiento en la ejecución.

7- Nina (1989)

Título: Nacida para amar

Clasificación: 6 (de 22)

Aciertos:

– La gran voz de Nina, a quien ese año comparaban con Céline Dion. La gran diva canadiense había ganado en 1988 representando a Suiza con Ne partez pas sans moi.

– El compositor, Juan Carlos Calderón, que también compuso La fiesta terminó para Paloma San Basilio, que concurrió en el certamen en 1995.

– La canción, una balada clásica que también grabó Luis Miguel, con una letra y título distinto, Amante del amor.

Errores:

– El estilismo: uno de los peores que se recuerden junto con el vestido de Ágatha Ruiz de la Prada para Lydia en la edición de 1999 o los leggins, corsé de cuero y fular flúor de Patricia Kraus en 1987.

– Muy estática y rígida: hay momentos que parece tener pegados los tacones al escenario.

8- Remedios Amaya (1983)

Título: ¿Quién maneja mi barca?

Clasificación 20 (de 20)

Aciertos:

– La osadía de la propuesta: una canción flamenca con arreglos guitarreros que podrían haber encajado en cualquier disco de Las Grecas.

– La profunda y personal voz de la cantante, a quien muchos comparan con Camarón de la Isla en versión femenina.

– El vestido, entonces no se entendió, pero ahora se atrevería con él hasta Beyoncé.

Errores:

– Ser muy avant-garde: Azúcar Moreno se presentó con otra propuesta flamenca en 1990 y acabaron en quinto lugar, después de un problema técnico garrafal: les pusieron mal la música pregrabada, tuvieron que salir del escenario y volver a empezar.

– La propia Lola Flores lo explicaba en una entrevista que con los años se ha hecho muy viral: “Remedios canta muy bonito. En vez de por veinte o cuarenta de orquesta, le tenían que haber puesto diez guitarristas y diez palmeros. Tampoco es que la barca sea un número excepcional, pero era como si hubiera salido de la cueva, descalcita, con una orquesta detrás sin ritmo y muy mal preparada”.

9- Julio Iglesias (1970)

Título: Gwendolyne

Clasificación: 4 (de 12)

Aciertos:

– Una de las mejores canciones de Julio Iglesias, compuesta por él, que han verriondo otros artistas como Lola Flores, Rosario o José Mercé.

– El descubrimiento internacional de un timbre de voz único que acabaría convirtiéndole en una leyenda de la música.

– Una interpretación sobria y eficaz.

Errores:

– Cuesta poner peros a una actuación casi perfecta. Quizás la timidez que se le intuye y la parquedad de sus movimientos.

10-Raphael (1966 y 1967)

Títulos: Yo soy aquel y Hablemos del amor

Posiciones: 7 (de 18) y 6 (de 18)

Aciertos:

– Dos de las canciones más emblemáticas de su repertorio, compuestas por uno de los autores que mejor ha escrito sobre el amor en español, Manuel Alejandor.

– Una voz privilegiada: Raphael desplegó un amplio registro interpretativo en dos actuaciones impecables.

– Una personalidad muy marcada y arrolladora, de la que ya dejaba constancia en su manera de pisar el escenario y mirar a cámara.

Errores:

– Al igual que con Julio Iglesias es difícil cuestionar algo. Si en uno intuimos una cierta timidez, podemos decir que el otro no destacaba por su contención gestual, que siempre ha sido una de sus señas de identidad.

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