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Estrella Morente brilla de nuevo

Estrena etapa en su vida. Con un renovado entusiasmo que lo inunda todo, en 2014, la que sigue autocalificándose a sí misma como «trabajadora del arte» se estrenará como actriz.

Estrella Morente
Rita Abundancia y Franchesca Rinciari (Realización)

Pocas veces un entrevistado llama al día siguiente para decir que le gustaría seguir con su entrevista, ya que el periodista es ese mal menor – a veces hasta mayor– que hay que soportar en época de promoción. Pero así es la cantaora: su agente me envía un correo preguntándome si quiero contactarla de nuevo y continuar la conversación, como si la estrella fuera yo y Morente la que va en busca de declaraciones más sustanciosas.

Mientras espero la nueva conferencia recuerdo detalles de la sesión de fotos del día anterior. Fue larga y la artista tenía que coger el AVE. Pero lo hubiera perdido de no ser por su representante, ese ángel de la guarda que irrumpió para informar de que habíamos apurado todo el tiempo que quedaba para la charla. Entonces Estrella se marchó dando abrazos de oso y agradeciendo a todo el equipo el trabajo realizado. Una pequeña muestra de su generosidad que, junto a la humildad, son dos de sus valiosas virtudes. De hecho, por su reacción de sorpresa y entusiasmo ante el despliegue de trajes, joyas y accesorios que trajo la estilista –«No sé de cuánto tiempo disponemos, pero yo no me voy de aquí sin probarme todos estos sombreros», aseguró–, nadie diría que esta mujer ha pisado algunos de los mejores teatros del mundo, ni que ha crecido compartiendo el gazpacho de su madre con Leonard Cohen, Camaron, Michael Nyman, Caballero Bonald o Fernando Trueba.

«No soy nada diva», comenta cuando le entra la risa intentando poner una pose glamurosa. La prueba es que ni siquiera se acerca a ver cómo han quedado sus fotos recién tomadas. Ella, obediente, continúa en el escenario sin moverse, como una modelo en su primer día de trabajo. Algo inusual en las artistas con solera, a las que les encanta comprobar que la cámara las ha tratado todo lo bien que ellas se merecen.

Americana con flores bordadas de Giorgio Armani, body de Pedro del Hierro y sombrero de ala ancha de Mariana Barturen.

Sergi Pons

¿Cómo se celebran las fiestas navideñas en un hogar flamenco?Usted sabrá que en el imaginario colectivo se les presupone todo el día arrancándose por seguidillas o haciendo ‘zapateaos’…

Yo he tenido la suerte de nacer en una casa muy vinculada al arte, a la cultura y al amor por la vida. Y todo eso te lleva a cantar y a bailar. Como mejor me siento es en familia y haciendo lo que me gusta, pero te aseguro que lo del cante y el baile sale de forma natural, no forzado, aunque tampoco estamos las 24 horas en danza. En mi familia, la Navidad siempre se ha vivido entre guitarras y olés. Pero eso le pasa a la gente que está vinculada al pueblo, a las raíces, a la tradición.

¿Recuerda el momento en que cantó en público por primera vez? ¿Qué sintió?

Es como si se me preguntara cuándo fue la primera vez que me lavé la cara sola. No lo recuerdo. Siempre ha ido conmigo.

Empieza 2014 con varios trabajos bajo el brazo: el disco Falla, en el que canta junto a la Orquesta Nacional de España; el documental de naturaleza Guadalquivir, en el que, además de actuar como narradora, canta un poema de Antonio Machado, y la película Caen piedras del cielo, en la que es protagonista, y que se estrenará en el Festival de Cine de Málaga el próximo mes de marzo. Da la sensación de que está naciendo una nueva Estrella.

Me encuentro en un momento de mucha ilusión, recogiendo el fruto de las enseñanzas familiares, haciendo muchas cosas distintas. Es muy importante diversificarse, pero hay que hacerlo con mucho cariño y respeto.

Capa con volantes y body, todo de Pedro del Hierro, falda larga de AA de Amaya Arzuaga y tocado de flores de Mariana Barturen.

Sergi Pons

Siempre se ha sentido atraída por el cine, pero hasta ahora decía que no se sentía preparada para dar el paso. ¿Quién le dio el empujón?

La valentía, que es muy importante. Yo vengo de una casa de valientes. El renovarse, el crecer, el resurgir como el ave fénix. Todo eso es muy de la casa Morente. También influyó el hecho de que admiro mucho al director, Rafael Robles, y que la película contaba con esa monstrua de la interpretación que es Terele Pávez.

¿Y qué tal se ve como actriz sin método? Billy Wilder siempre sostuvo que Marilyn Monroe se estropeó cuando estudió interpretación.

No me resultó muy difícil, ¡para que te voy a engañar! Fue algo natural, muy del alma. Interpreto a una madre soltera en los años 70, a la que engañaron y manipularon para robarle un hijo. Y aunque no he vivido una experiencia similar puedo imaginarme el dolor que eso supone.

¿Qué le hizo participar en Guadalquivir? Dígame una razón por la que hay que ir a ver el documental.

Porque cuando sales del cine eres mejor persona. La naturaleza tiene esa habilidad de hacerte sentir cosas auténticas. La primavera, por ejemplo, llega todos los años, pero todavía seguimos experimentando las mismas sensaciones: la luz del sol entrando por la ventana, los atardeceres, un campo cuajado de flores…

De pequeña, ¿era consciente de que Leonard Cohen no era el vecino de enfrente? ¿Se sabía usted privilegiada al poder conocer a todos esos personajes que pasaban por su casa?

Siempre hemos sido muy conscientes, pero quizás llegó un punto en el que nos acostumbramos, porque mi padre abría la puerta a todo el mundo, a importantes figuras pero también a personas anónimas. Él nos hacía participar de ello. No le molestaba que nos colásemos en los ensayos: es más, le enfadaba que no lo hiciéramos.

Body de mangas transparentes de Pedro del Hierro, capa de plumas de marabú de Roberto Torretta, medias de Calzedonia y stilettos de Christian Louboutin.

Sergi Pons

Peter Gabriel es uno de sus admiradores, lo mismo que Hugh Grant y Adriana Lima, la modelo brasileña, que ha dicho que aprende español con sus discos. ¿No debería ser usted la imagen de la marca España?

De momento me han nombrado embajadora de Andalucía a nivel turístico. No me interesa que solo se conozca España por los toros y el flamenco, pero necesito que también se siga divulgando por eso. En el estreno de Guadalquivir algunos comentaban que estaba tan bien hecho que no parecía español. Que la gente siga pensando así me da mucha tristeza.

En la película Zorba el griego, el protagonista dice: «Usted lo tiene todo pero le falta la locura. Un hombre necesita algo de locura para cortar la cuerda y ser libre». Siempre he echado de menos que no se desmelene un poco más. ¿La veremos algún día cantando con rockeros y vestida con tachuelas, por ejemplo?

Bueno, ya las llevo –enseña los botines con clavos dorados–. Soy una mujer actual y me gusta intentar hacer algo constructivo. En cierta manera sigo buscando mi camino, no tengo seguridad. La seguridad no es una buena aliada; sí lo es la naturalidad.

¿Qué puede hacer la música por la gente en estos tiempos convulsos?

Los artistas somos los médicos del alma, pero debemos tener claro que somos obreros, que trabajamos en la cultura. No estamos ni por encima ni por debajo de nadie. Igual que un albañil pone ladrillos, yo hago canciones.

En una entrevista decía que tras esa etapa tan dura que vivió tras la muerte de su padre había aprendido a domar al dragón de siete cabezas. Cuénteme, ¿cómo se hace?

A los dragones hay que peinarlos y acariciarlos. Supongo que con los peines del alma, no se puede hacer de otra manera. El dragón es el miedo y al miedo hay que poderle, y lo único que lo quita es la conciencia tranquila, la verdad y la honestidad.

¿Cómo mantiene, tras el tiempo, esa relación envidiable con su marido?

He tenido la suerte de coincidir con mi pasión. Él tiene todo lo que se puede desear en un ser humano. De los pies a la cabeza, pasando por el cuerpo, claro.

¿Qué escucha en su iPad?

De todo. A mis primas les encanta el reggaeton y montan coreografías en casa. Me gusta lo clásico, pero también el heavy metal, el rock, Pink Floyd… ¿A quién no le gusta Pink Floyd?

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