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MONICA LEWINSKY Y EL ESCÁNDALO DEL PRESIDENTE.
El conocido mundialmente como “caso Lewinsky” no tuvo las mismas consecuencias para Bill Clinton que para Monica Lewinsky. El machismo de la época, la situación desigual de poder frente al presidente, el escarnio público y el acoso al que fue sometida la ex becaria merecen un aparte.
"A los 22 años, me enamoré de mi jefe. A los 24, aprendí las consecuencias devastadoras. Me tildaron de zorra, puta, ramera, tonta. Perdí mi reputación, mi dignidad y casi pierdo mi vida. Me conocía mucha gente, pero en el fondo sólo me conocían de verdad unos pocos. Lo entiendo. Fue fácil olvidarse de que 'esa mujer' (como la llamó Clinton), tenía alma”, contó Lewinsky en una charla TED.
Al contrario que Clinton, que continuó siendo presidente y apoyó la carrera política de su esposa Hilary Clinton –aunque sea en un discreto segundo plano–, Monica Lewinsky se convirtió para siempre en la mujer que le hizo una felación al presidente y pasó a ser, de la noche a la mañana, en el modelo de mujer que ninguna mujer querría ser. No solo se juzgaron sus actos con mayor vehemencia que los del presidente, sino que su persona se convirtió en broma y burla pública. Mientras en televisión se hacían chistes a su costa, Lewinsky pensaba en quitarse la vida. Tuvo que alejarse de todo aquello y desaparecer para sobrevivir.
Pero Lewinsky retornó de aquellos infiernos convertida en una mujer fuerte y con un gran discurso: desde que se publicase su charla TED, Lewinsky se ha convertido en una firma defensora de los derechos de las mujeres y ha hecho campañas en contra del acoso online. Ha dado charlas en colegios e institutos, para explicar a las niñas de futuras generaciones que el juicio público es siempre peor si eres mujer, pero que todo se supera. A fin de cuentas, si ella no lo hizo, ¿cómo no van a poder las demás?
Hannah Gatsby resumió a la perfección la problemática de haberse centrado en Lewinsky y no en Clinton cuando el escándalo se destapó en 1998: “¿Sabéis quién solía ser un blanco fácil? Monica Lewinsky. Quizá, si los cómicos hubieran hecho bien su trabajo y se hubieran burlado del hombre que abusó de su poder, a lo mejor hoy tendríamos a una mujer de mediana edad con suficiente experiencia en la Casa Blanca, en lugar de un hombre que ha admitido sin problemas agredir sexualmente a mujeres jóvenes vulnerables porque podía”.