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El Evangelio, según Oprah

Un libro analiza el culto a la presentadora como una mezcla perfecta de religión, capitalismo y cultura popular.

oprah cover
Getty

"Vive tu mejor vida". Como máxima no tiene el punch de, pongamos, "honrarás a tu padre y a tu madre" pero al parecer genera efectos similares.

Es uno de los lemas, quizá el principal, con los que Oprah Winfrey da forma a su marca y que repite machaconamente a través de los programas de su canal de televisión, OWN (iniciales de Oprah Winfrey Network pero también "poseer" y "propio" en inglés), su revista O, su muy concurrida web y el resto de los canales que utiliza para extender la oprahlosofía. Un nuevo libro, titulado Oprah: el Evangelio de un icono, de la profesora de Religión de la Universidad de Yale Kathryn Lofton asegura que existe algo parecido a la Iglesia de Oprah. Según Lofon, la gurú  mediática ha ido moldeando a lo largo de los años un código de creencias que se podria bautizar como El Evangelio de Ti. "Evangelio (gospel) significa buenas noticias y lo que Oprah está diciendo es que la buena noticia eres tú", explica la profesora, que para escribir su libro asegura haber visionado todas y cada una de las miles de horas de programación que Winfrey ha emitido.

La propia Oprah, que sería a la vez diosa y papisa del movimiento, semiabandonó sus raíces cristianas hace décadas para abrazar una espiritualidad difusa de origen new age. Y, por lo tanto sus seguidores no tienen que adscribirse a una rigidez formal. "Podemos escoger si ir o no a la Iglesia, podemos rendir culto como queramos o podemos quedarnos el domingo por la mañana holgazaneando en la cama con la lencería más mona que hay". Lenceria previamente recomendada y homologada por Oprah, por ejemplo en uno de sus legendarios programas temáticos titulados "Las cosas preferidas de Oprah". Tradición inveterada de cuando presentaba el Oprah Wifnrey Show, la periodista acaba de recuperarla en su propio canal por cable, que empieza a recuperarse de lo que parecía una crisis insalvable. En esos programas, escoge productos de todo tipo y les da su respaldo personal. Lo que sucede después es casi un milagro del capitalismo: pequeñas empresas de, por ejemplo, jabones artesanos que estaban a punto de cerrar por bancarrota de pronto se encuentran inundadas de peticiones (cabe imaginarlo con un montaje en celuloide tipo Frank Capra), con los dólares amontonándose en su cuenta corriente y contratando nuevos empleados para satisfacer la demanda. Sucedió con el Spanx, la ropa interior moldeadora, que Oprah recomendó en el año 2000, con el Kindle en 2008 (Amazon ofreció un cupón del 50% de descuento a sus espectadores), con la pequeña pastelería We Take the Cake, que ahora factura más de un millón de dólares al año enviando pasteles a todo Estados Unidos, y con otros centenares de productos. La lista de 2012, que se dio a conocer hace apenas unas semanas, incluye las pulseras de la marca Bouganvillea ("me recuerdan a mi viaje a la India"), los anoraks acolchados de Coach, los jerseis de ochos de Ralph Lauren y los pijamas de la marca P.Jamas. El consumo de los productos aprobados-por-Oprah funcionaría como unritual de conversión al culto. Y en todas sus recomendaciones "existe la posibilidad de salvar tu alma", asegura la autora del ensayo.

Los creyentes en la Iglesia de Oprah no tendrán obligaciones  (más allá de comprar) pero sí mandamientos. "Ella le dice a su público qué decir, qué pensar, qué escuchar, con quién salir, con quién cortar, cuándo comprar, qué comprar, cómo mejorar", enumera la profesora Lofton en su libro. Por supuesto, se aplica el mecanismo de la redención: un autor que "mintió" en sus memorias (Oprah no está para licencias poéticas) como James Frey acude al sofá del programa para admitirlo y disculparse; el gobernador de Nueva Jersey va a confesar sus tendencias homosexuales; un espectador anónimo le llora a Oprah sus problemas con la obesidad. Y todos salen como nuevos. 

Pero el ídolo también tiene pies de barro. El canal OWN debutó en 2010 con unos ratings decepcionantes y Winfrey tuvo que salir al rescate de sí misma dando más la cara en antena, y no delegando tanto en sus apóstoles, personalidades televisivas como el Dr. Oz o Gayle King, la mano derecha del imperio Winfrey, una mujer con la que en ocasiones se ha rumoreado infundadamente que la empresaria manternía una relación sentimental. Desde que estrenó su propio programa, Opra's Next Chapter, las cosas han mejorado. A veces, para creer hay que ver.

Oprah arengando a las masas.

Getty

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