_
_
_
_
_

Claire Danes: «Uno tiene que entregarse al 100% y luego saber decir adiós»

De adolescente en una serie de televisión de culto a protagonista de la aclamadísima Homeland. El regreso a la pequeña pantalla lo ha hecho por la puerta grande

Claire Danes

Como Carrie Mathison, la agente de la CIA con problemas de bipolaridad que interpreta en Homeland, la serie de moda, Claire Danes va ya por su segunda candidatura a los Globos de Oro. Y eso, tras su victoria hace un año y con un Emmy en sus manos por el mismo trabajo. El personaje más intenso de su carrera la obliga a vivir fuera de casa la mitad del año, pero no le importa. Casada con el también actor Hugh Dancy, al que conoció en el rodaje de Evening (2007), está a punto de dar a luz a su primer hijo. Danes, de 33 años, se crio en el Soho de Nueva York pero creció profesionalmente en la televisión. Fue la adolescente torturada de la serie de culto Es mi vida y también la romántica Julieta de un Leonardo DiCaprio convertido en Romeo, en la versión de Shakespeare que imaginó Baz Luhrmann en los 90. Después se tomó un respiro universitario de esta industria que tanto ama, y en la que también vivió capítulos amargos. Entre ellos, su criticado romance con Billy Crudup en 2004, quien abandonó por ella a su entonces embarazada novia, Mary Louise Parker. Su paso por Yale nunca acabó en el título de Psicología, aunque tampoco le hizo falta.

Danes ha vuelto a la televisión con Homeland, cuyo último episodio en versión original se emite en FOX el domingo 23 (la serie doblada continúa en el mismo canal todos los jueves, a las 22:20 horas, hasta el 17 de enero). Y la Universidad de Harvard la ha nombrado Mujer del año 2012. No le faltan razones.

Casada, premiada y esperando su primer hijo. ¿Cómo combina tanta felicidad personal con un personaje bipolar y torturado como el de Carrie Mathison?

Si me llevara el trabajo a casa, sería la persona más miserable del mundo. He aprendido a compartimentar; a trabajar para vivir pero sin vivir para trabajar. No es fácil, pero tampoco lo es actuar. Uno tiene que aprender a entregarse al 100% y luego saber decir adiós.

¿Cómo lo hace?

Me ha llevado tiempo, no creas. Al principio quería sentirlo todo, la honestidad era importante y a la vez tenía muchos temores porque sacrificaba
mi felicidad en aras del personaje. Pero luego me di cuenta de que ser actriz es un trabajo, una disciplina. Y como dice Morena Baccarin, mi compañera en Homeland, si todo falla, siempre nos queda el vino.

¿Cómo lleva el embarazo?

La televisión está siendo mi tabla de salvación. Soy adicta a la ficción televisiva. Me apasionan series como Breaking Bad, Mad Men o The Wire. Y Con C mayúscula, por supuesto, cuando salía Hugh. Era como tenerlo en casa mientras yo estaba en Charlotte (EE UU) rodando. Porque entonces apenas podíamos vernos. Así que todos los días volvía a casa para verlo aunque fuera en la tele.

¿Cómo recibieron en Homeland la noticia de su embarazo?

Nos preocupó a todos y analizamos la situación, pero al final no necesitamos cambiar nada del guion. Carrie seguirá su vida sin necesidad de estar embarazada [risas].
 
¿Y en su caso? ¿Cuánto interfiere en su trabajo?

Hemos aprendido a vivir juntos y así va a ser por una larga temporada. Mi bebé vendrá conmigo donde yo vaya. Si lo he podido hacer hasta con mi perro, un pequeño schnoodle, seguro que también podré hacerlo con el niño. Además, me encanta Israel, el lugar más lejano donde me lleva esta producción. A pesar de que mucha gente se cree que es peligroso, esa no es mi experiencia. ¡Y el humus es fantástico!

¿Qué le enamoró de Carrie para embarcarse con ella en este largo e intenso viaje?

En parte fue el amor que siento por la televisión. La revolución que vive desde hace unos años este medio es lo único que me confirma que nuestra cultura sigue viva. Dicho esto, no estaba muy segura de querer firmar por siete años. Pero Homeland está tan bien escrita que me obsesionó desde el primer guion que leí. Pensé que era una conversación, un diálogo, que no me importaría disfrutar durante los próximos años.

¿Cómo ha cambiado esta conversación en su segundo año juntas?

Aunque Carrie sigue siendo la misma, los que la rodean conocen su enfermedad y ya no tiene que esconderse. Eso cambia mucho las cosas. No siente el mismo pánico a ser descubierta, no está siempre a la defensiva. Aunque su lucha continúa.

¿Se identifica con ella?

Creo que sé leer bastante bien a las personas, soy observadora, igual que ella. Pero también soy muy confiada, supongo que incluso demasiado, y en eso diferimos completamente. Y aunque me he llevado disgustos por eso, sigo viéndolo en positivo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_