Aymeline Valade, la modelo atípica

Habla sin tapujos sobre su aspecto y se considera ‘un producto’ del marketing de la moda. Hará su debut en el cine en el ‘biopic’ de Yves Saint Laurent.

Ana Fernández Abad y Francesca Rinciari

16 ago 2014 - 09:18CEST

Suena al otro lado del teléfono, dulce y con su acento francés, la voz de Aymeline Valade (Montpellier, 1984), una modelo atípica. Iba para periodista, pero sus primeras prácticas la decepcionaron. «Me di cuenta de que la información no se basa en investigar y luchar, sino en las emociones; el periodismo no debería ser eso», cuenta Valade, quien al verse con 23 años y un futuro incierto decidió dedicarse al modelaje hasta tener claro qué hacer con su vida. No era la primera vez que se lo proponían. «Me habían tanteado antes, en una ocasión mientras hacía skate», recuerda. ¿Y qué la empujó a subirse a un monopatín? Precisamente, su belleza. «Solía ir en autobús al colegio, pero no podía aguantarlo, los chicos me molestaban. Un día, en la Promenade des Anglais, vi a un chaval con su tabla y decidí que era la solución a mis problemas, que si iba de esa forma a clase nadie me iba a incordiar».

Camisa sin mangas (19,99 €) y pantalón de pinzas (35,99 €), ambos de Mango; y cinturón de Zadig & Voltaire (c. p. v.).

Damon Baker

Decidida y resolutiva. Así se muestra Valade, sin miedo a tomar decisiones. Ahora se ha teñido el pelo de rubio y, pese a las críticas, le gusta. Alaba el trabajo de compañías como Mango, a cuyo desfile de la pasarela 080 de Barcelona asistió en julio: «Defienden la democratización de la moda y valoro mucho su punto de vista». Reconoce que, aunque debutó con 26 años sobre la pasarela con Alexander Wang, nunca pensó que era mayor («Hay cierta presión sobre la edad. Cuando me preguntan, digo que tengo 30, y en realidad tengo 29. A mí me da igual, es solo un año, el tiempo pasa rápido»). Habla sin tapujos sobre el impacto que causó su «aspecto demacrado» en la campaña de la colección de Marni para H&M, en 2012: «Estoy delgada, pero tengo culo y tetas. Si ves mi foto desnuda, no estoy mal. Todo fue una excusa para manifestarse y armar jaleo. Hay que meterse con todo: si la modelo está muy bronceada, porque el sol provoca cáncer; si está delgada, porque fomenta la anorexia…».

Jersey (19,99 €) y falda (35,99 €), ambos de Mango; y cinturón de Zadig & Voltaire (c. p. v.).

Damon Baker

Sus estudios de publicidad la han ayudado a comprender los mecanismos de la industria de la moda. «Siempre pienso en términos de marketing. Me considero un producto y a los clientes los veo como un mercado. Soy muy realista conmigo misma». Y también es muy inquieta. El 19 de septiembre se estrena en España Yves Saint Laurent, su debut en el cine. En la película encarna a Betty Catroux, la musa del modisto. «Me gusta esa rubia misteriosa: era una mente más libre y un espíritu más salvaje de lo que yo pensaba», explica mientras lamenta los cambios en la relación diseñador-modelo. «Creo que era mejor entonces, porque tenías tiempo para pensar, discutir e interactuar. Ahora, con tantas colecciones (pre-fall, alta costura, resort…) resulta imposible». Aun así, considera que, salvando las distancias, Haider Ackermann sería su Yves.

Cárdigan de lana de Mango (c. p. v), colgante de Oui Petit para Muïc (45 €) y medias vintage.

Damon Baker

Pasarelas y cine no han podido con la vocación de Valade, la escritura. «Estoy recopilando información para un ensayo sobre la imagen en la sociedad y los estereotipos de mujer. Quiero ver de dónde venimos, hacia dónde vamos y dar mis opiniones». Un proyecto atípico para una modelo que, entre posado y posado, saca tiempo para plantear preguntas sobre la fugacidad y la esencia: «Todos amamos las fotografías de Avedon, pero, ¿qué recordaremos dentro de 20 años si ahora todo es efímero?».