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Anne V: «Haber trabajado con Bruce Willis es un sueño. Es mi actor favorito»

Anne V tenía 15 años cuando ganó un concurso de rostros de la MTV. Después de desfilar para Jean Paul Gaultier, Cavalli o Dsquared2, se convirtió en uno de los ángeles de los espectáculo de Victoria’s Secret. Ahora se estrena como actriz.

Anne V.
Alejandra Musi & Chabela García (Realización)

Tenía tan solo 15 años cuando la rusa Anna Sergeyevna Vyalitsyna –más conocida en el mundo de la moda como Anne V– ganó un concurso de nuevos rostros de MTV. ¿El premio? Fichar para una gran agencia y trasladarse casi de inmediato a Nueva York para empezar su carrera. Aunque ha desfilado para Jean Paul Gaultier, Roberto Cavalli, Haider Ackermann o Dsquared2 y ha aparecido, durante seis años consecutivos, en el número especial de baño de Sports Illustrated, hay dos circunstancias que la han hecho especialmente popular. La primera es haberse convertido en uno de los ángeles de los espectáculos de Victoria’s Secret y, la segunda, haber protagonizado –con muy poca ropa, por cierto– los vídeos musicales Misery y Never Gonna Leave This Bed, de Maroon 5, cuyo vocalista, Adam Levine, fue su pareja durante dos años. Nos recibe en el set de esta sesión de fotos tras ocho horas de trabajo y hace honor a su fama: a pesar del cansancio, conserva su sonrisa y parece tener aún mucha energía para derrochar.

Ayer se estrenó en España La jungla: un buen día para morir, en la que interpreta a una traficante de armas. Es su primer papel en el cine. ¿Cómo ha vivido la experiencia y qué ha supuesto para usted trabajar con Bruce Willis?

Me petrifiqué. Hablar y moverme frente a una cámara ha sido totalmente distinto a todo lo que he hecho. Pero, al final, ha resultado muy divertido, especialmente trabajar con Bruce Willis, mi actor favorito. Y con todo el reparto, que lo componen profesionales muy potentes: Amy Adams, Garrett Hedlund, Richard Jenkins y Jennifer Hudson. Siempre he querido actuar y me he presentado a muchos castings. Por fin ha llegado mi oportunidad.

También ha declarado que siempre soñó con ser modelo…

Sé que puede sonar cursi, y tópico, pero es verdad. Desde que tenía seis años quería estar encima de las pasarelas. Un sueño complicado en Rusia, porque es difícil hacerse con un estilo definido y propio, ya que la mayoría de prendas que puedes comprar proceden de China. Yo tenía un look horrible, al igual que todas mis compañeras de escuela. Pero admiraba a las modelos, las veía en televisión y leía artículos sobre ellas. Y un buen día, una agencia se fijó en mí en San Petersburgo.

¿En qué momento cambió su vida?

Cuando llegué a Milán, a un concurso de modelos que organizaba MTV. Viajé hasta allí con mi madre. No sabía ni una palabra de inglés y estaba convencida de que jamás me iban a escoger. Tanto que cuando dijeron mi nombre como ganadora ni me enteré. Tuvieron que acercarse y decirme, «Anne, ¡eres tú!». Y ahí empecé a creer en mí.

Poco después tuvo que mudarse a Nueva York, ¿cómo fue el desembarco en América?

Aún no hablaba el idioma pero estaba emocionada. Para una chica rusa de clase media como yo, vivir en América es algo insólito. Me sentí como en casa desde el primer momento. Pero justo llegué antes de los atentados del 11 de septiembre. Recuerdo que fui a una prueba de Carter Smith cuando, de pronto, vi una de las torres ardiendo. No entendía nada. Ese mismo día tenía mi primera pasarela y, cuando ya estábamos listas para salir, cancelaron el show y la gente empezó a gritar y a llorar. Entonces vivía en un piso con otras cuatro personas. Pasamos todo el tiempo juntos, sorprendidos con lo que sucedía. Fue una experiencia muy dura pero, a la vez, sirvió para crear lazos afectivos muy fuertes.

Sus padres no tienen nada que ver con el mundo de la moda. De hecho, ambos se dedican a la medicina. ¿En qué cree que le han ayudado a la hora de enfrentarse a su profesión?

En mi educación siempre ha primado comer sano. En ese sentido, me comporto como si fuera una auténtica atleta, pues mi cuerpo es una parte fundamental de mi trabajo. Así que lo ejercito todo el tiempo. Es necesario tener una mente sana para aguantar el ritmo. He de conseguir un buen estado mental para no estallar en momentos complicados, como cuando participas en un shooting en bañador a temperaturas bajo cero o cuando tienes que llevar pieles con 40 grados a la sombra. La meditación, para mí, es básica.

Siempre ha sido muy deportista, ¿no es así?

Mi padre me obligaba a correr con él. Entonces lo odiaba, pero ahora se lo agradezco. Además de mantenerme en forma es una vía de escape. Siempre quise participar en el maratón de Nueva York, y la oportunidad llegó gracias a la organización benéfica Achilles International, que ayuda a personas con discapacidad. Me propusieron guiar a un atleta ruso que estaba en silla de ruedas. Les advertí que quizás no sería capaz de aguantar toda la carrera, pero me emocioné tanto que conseguí llegar a la meta. Fue el mejor día de mi vida, porque mi padre también estuvo ahí.

Y cuando se quita las zapatillas, ¿qué le gusta ponerse?

Me encanta Miuccia Prada. Para mí es una gran inspiración como diseñadora y mujer. Adoro a Dolce & Gabbana y todo lo que hace Azzedine Alaïa. Me muero por conocerlo: poseo una gran colección de piezas vintage de su firma.

Top (290 €) y falda (375 €) de seda estampada, ambos de Ana Locking. Pulseras doradas en forma de espiga de Dear Charlotte (96 €).

Tetsuharu Kubota

Vestido de gasa de Blumarine (3.640 €) y cadena con colgante de libélula de Dear Charlotte (96 €).

Tetsuharu Kubota

Chaqueta de organza de volantes de Dries Van Noten (768,50 €).

Tetsuharu Kubota

Vestido de seda palabra de honor de Dior (3.380 €).

Tetsuharu Kubota

Chaqueta (1.850 €) y pantalón (1.400 €) de organza, ambos de Del Pozo. Collar de piedras preciosas con detalles de strass de Mawi (611 €)

Tetsuharu Kubota

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