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Anna Selezneva, belleza del este

S Moda entrevistó a la modelo rusa en exclusiva durante la sesión para Mango en París.

Anna Selezneva

Su belleza es afilada, prototípica de las modelos llegadas del este. Anna Selezneva desfila con la seguridad de una gimnasta, que sabe con antelación que la nota máxima será suya al llegar al final de la pasarela, cuando una tromba de flashes inmortalicen sus rasgos perfectos. «En general mi autoestima es buena, ya no tengo 17 años; sé quién soy y lo que valgo», explica mientras se prepara en una caravana para realizar el catálogo de Mango en la plaza de St. Sulpice de París. Son las ocho de la mañana. El maquillaje acentúa los rasgos de hielo que han hecho de ella una modelo imprescindible en la semanas de la moda, pero al hablar sus facciones se dulcifican y adquieren un carácter cercano, bromista, espontáneo. Incluso una risa grave, profunda y gamberra. Al mirarla de cerca vemos a la top model segura de sí misma, triunfadora. Pero también a la joven curiosa y charlatana que, al margen de su belleza, no tiene miedo de ser ella misma.

«Cuando comencé todo era inseguridad y ansiedad», cuenta Anna, que estudió Psicología. «Para empezar, estás siempre cansada. Haces más de 30 castings al día antes de los desfiles; y, por otro lado, es un trabajo que depende totalmente del físico. Así que cuando tienes 17 años y te rechazan en una prueba no puedes evitar pensar: “Es por mis piernas, por mi nariz o por todo, porque no soy suficientemente bella”. A todas las chicas les pasa al principio, pero te acostumbras».

En París, las semanas previas a los desfiles, jóvenes bonitas y delgadas, casi niñas, casi etéreas, se cruzan la ciudad de punta a punta yendo a castings. Es lo que en la profesión se conoce como go-see. Se las reconoce porque van siempre con una guía de la ciudad y su porfolio. De otra manera, sin el maquillaje ni los tacones ni el Photoshop, pasan desapercibidas para el común de los mortales. Además, van vestidas de manera anodina para que el diseñador pueda proyectar sobre ellas su propia imagen. Algo que Anna desconocía cuando comenzó, según relata entre divertida y apurada: «Un cazatalentos me descubrió por casualidad en Moscú. Yo no había participado en ningún concurso ni había sido fotografiada. Así que, cuando me hicieron un book y me mandaron a mi primer casting, no estaba preparada. Además iba vestida… ¡Cómo te diría!». Buscando comprensión, casi una disculpa, en los ojos del entrevistador, explica: «Soy de Moscú y ya sabes qué visión de la moda tan llamativa tienen los rusos. Así que cuando me presenté a ese primera prueba llevaba una camiseta de Blumarine con el logo brillante y un cinturón gigante de Dsquared2 con calaveras, todo muy llamativo. Incluso en los zapatos llevaba cosas de metal que sonaban bling-bling. Los de la revista se quedaron alucinados cuando me vieron entrar. Y, obviamente, no me escogieron».

La modelo Anna Selezneva, imagen del catálogo otoño-invierno 2012/2013 de Mango.

Tomás de la Fuente

Belleza sin trampa. La maquilladora hace rato que ha dado por imposible realizar su trabajo de precisión. Anna es muy expresiva y acentúa sus explicaciones con gestos que nacen espontáneamente, sin preocuparse de la imagen que proyecta mientras habla de una manera franca y desenvuelta. La sinceridad se convierte así en su valor más intenso. Su pose más perfecta. «Nunca me he encontrado a una modelo que se sienta totalmente segura de sí misma», comenta. «De hecho, no creo que la gente de la moda se sienta segura de sí misma en general. Por eso crean todo este universo de ficción. Las personas bellas en realidad no necesitan ropa cara. Cuando te adornas demasiado es porque quieres atraer la atención, ya que no tienes realmente un espíritu interesante. Por eso los bolsos de Hermès tienen tanto éxito, porque la gente te ve con uno y piensa: “¡Tiene un bolso de 5.000 euros!”. Para mí las mujeres con buen gusto no necesitan objetos decorativos. He visto chicas que llevaban ropa carísima y el resultado era barato», remata la modelo, dejando claro que los tiempos han cambiado.

«La moda se ha democratizado mucho. Claro que me gustan las prendas bien hechas y firmas como Givenchy, Isabel Marant –de la que Selezneva es modelo fetiche–, YSL, Balmain o Jil Sander, pero es importante mezclarlas con otras marcas, como Mango, o ropa de segunda mano. Eso es lo más chic. En cualquier caso, lo importante es cómo te sientas por dentro». Y para eso Selezneva tiene un truco infalible: el ejercicio. «Lo mejor es hacer deporte, practicar yoga o correr. Lo que sea. Pero, sobre todo, me gusta el yoga. Comencé en París porque, con tanto viaje, resultó una manera sencilla de reconectar con mi cuerpo. Después de dos meses, comencé a controlar la respiración, a sentirme más segura de mí misma. Es increíble. Todas las tonterías que te vienen a la cabeza cuando estás cansada desaparecen: antes o después te miras al espejo y te dices: “¡Dios mío!”. Pero no pasa nada», concluye Anna. ¿Y cuando todo esto falla y se necesita echar mano de la química? «Solamente utilizo productos de belleza japoneses pero no se encuentran en las tiendas, son solo para profesionales; aunque tampoco me maquillo mucho. Es muy frustrante ver el resultado y compararlo con el trabajo que hace un maquillador de verdad», explica Anna al tiempo que mira de reojo a la profesional que espera pacientemente a que esta entrevista termine para rematar su transformación; para convertir a la joven natural y efervescente en la supermodelo que parece tenerlo todo y que, sin embargo, guarda en su interior un secreto que cultiva con esperanza: llegar a ser cantante algún día.

Anna con look total de la colección otoño-invierno 2012/2013 de Mango, durante la sesión de fotos en París.

Tomás de la Fuente

Instantáneas del making of del catálogo otoño-invierno 2012/13 de Mango con Selezneva.

Tomás de la Fuente

Anna Selezneva: «Lo más chic es mezclar firmas como Givenchy o Isabel Marant con otras marcas, como Mango, y prendas de segunda mano»

Tomás de la Fuente

Instantáneas del making of del catálogo otoño-invierno 2012/13 de Mango con Selezneva.

Tomás de la Fuente

Además de ser la cuna de la alta costura y la pasarela más importante del mundo, París es, junto a Nueva York, una de las localizaciones favoritas de las marcas para realizar campañas de publicidad y sesiones de moda.

Tomás de la Fuente

Instantáneas del making of del catálogo otoño-invierno 2012/13 de Mango con Selezneva.

Tomás de la Fuente

Los fotógrafos Claudia Knoepfel y Stefan Indlekofer con el resto del equipo durante la sesión con Selezneva.

Tomás de la Fuente

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