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Anna Dello Russo, la mujer espectáculo de la moda

La editora de la versión nipona de Vogue es una de las habituales en la primera fila de los desfiles, el icono de estilo más excéntrico de la blogosfera y el último fichaje de H&M.

Anna Dello Russo

Si la moda fuera mujer, sin duda se llamaría Anna. No solo por Mrs. Wintour, la influyente editora de Vogue USA que inspiró el personaje de El diablo viste de Prada (2007). Ni siquiera por Piaggi, periodista, asesora creativa y peso pesado de la edición italiana, musa del sombrerero Stephen Jones y «una poeta con ropa», en palabras de Bill Cunningham. Otra editora, de nombre también Anna, antigua compañera de Piaggi –trabajó durante 12 años junto a Franca Sozzani en Vogue Italia–, hoy consultora de la versión nipona de la revista, se ha convertido en una de las caras más reconocibles de la industria por obra y gracia de los blogs de street style y la veneración que le rinde desde 2010 el fotógrafo Tommy Ton –autor de jakandjil.com–. Ella es Anna Dello Russo, la mujer-espectáculo de la moda. Una imagen de estilo con marca registrada en la Red. La antítesis perfecta a un fondo de armario políticamente correcto y la alternativa más excesiva al omnipresente vestido negro.


¿Icono de estilo? «Soy más bien una fanática de la moda», asegura Dello Russo al equipo de S Moda, al que recibe en su aparamento de Milán, decorado hasta el extremo, repleto de antigüedades, pelucas, papel pintado y un gran banquete. Razón no le falta; salta a la vista que Anna no es una editora al uso. Tiene su propio perfume –un frasco con forma de zapato que lanzó en exclusiva yoox.com–; su propio blog –una especie de diario digital living la vida fashion, donde registra cada una de las prendas y accesorios que elige–; ha desfilado en la Semana de la Moda de París [la vimos sobre la pasarela en 2010 en el primer desfile de Giles Deacon para Emanuel Ungaro]; y, como Lagerfeld o Cavalli antes, ha diseñado su propia colección cápsula para H&M –una línea de complementos que saldrá a la venta el próximo 4 de octubre–.

Pierpaolo Ferrari

«Me fascina la moda desde que tengo uso de razón», dice mientras baila divertida ante el equipo de la revista y bebe un zumo natural [se nota que la belleza y el culto al cuerpo también le obsesionan]. «Empecé a coleccionar prendas cuando era una adolescente, mucho antes de que se convirtiera en mi profesión. Aunque, la verdad es que, para mí, nunca ha sido un trabajo. Es un estilo de vida. Una pasión a la que me entrego con devoción religiosa». Primer mandamiento de su doctrina: Prohibido pestañear. «La gran tendencia está siempre por llegar; no puedes perdértela». Segundo mandamiento: Jamás te perderás una semana de la moda. «Soy fiel a los desfiles e intento estar al día de todo. La moda es un observatorio privilegiado de lo que sucede en el mundo: tienes que ser curioso y estar atento para estar en lo más alto».

Podría parecer fácil perderse entre la multitud que lucha por ver y dejarse ver en el Jardín de las Tullerías de París durante la Semana de la Moda de la capital francesa, pero Anna jamás pasa inadvertida. Su guardarropa desconoce el significado de términos como práctico, versátil o utilitario. «De niña, mi madre me preguntaba: “¿No quieres unos jeans?”. Y yo le respondía: “No, mamá, prefiero un vestido de alta costura”», recuerda. Dello Russo ni siquiera hace distinciones entre el día y la noche. «Mi imagen es excesiva, inesperada y terapéutica siempre». Vestidos de Peter Dundas para Emilio Pucci, trajes de Dolce & Gabbana, diseños de Christophe Decarnin para Balmain o Riccardo Tisci para Givenchy, tocados de Alan Journo… Una extensa colección privada que conserva en un apartamento, junto a su residencia milanesa, en el que ha instalado un sistema climático especial, que permite mantener las estancias a una temperatura constante. ¿Excentricidad o inversión? «Lo segundo», defiende con vehemencia.

Vestido de Thakoon y sombrero con diseño adaptado de Alan Journo.

Pierpaolo Ferrari

«Arreglarme es la primera tarea del día. Elijo mi ropa con los mismos parámetros con los que visto a una modelo en una sesión de fotos porque creo que tienes que poner pasión en tu estilo para poder transmitirlo a los demás», explicó Anna en 2011 a Harriet Walker, columnista de The Independent. «Planear los estilismos de la Semana de la Moda es como preparar una pequeña producción. Quizá parezca una extravagancia. Pero hay un mensaje detrás. Y ese mensaje es sé tú misma», explica a esta revista. «Un vestido nunca es solo un vestido. Para mí la moda es semiótica. Es una disciplina con su propio lenguaje. Es una vía de expresión única que te permite representar tu propio yo desde diferentes perspectivas. Romper barreras. Soñar. Reinventarte. Si estás deprimido, una ducha de estilo puede obrar milagros: arréglate y te sentirás mejor al instante».

La filosofía positiva es, según ella, el mejor revulsivo para sortear la situación económica actual. «Exceso es sinónimo de éxito», proclama. «La realidad es ya demasiado descarnada. Lo más humano es ser positivo. Y la moda es, sin duda, la mejor vía de escape». Un dogma que refleja el espíritu renacentista de la sociedad italiana. «Soy del sur de Italia», señala. «El color y la ornamentación forman parte de mi vida. Turquesa, naranja, oro… Los italianos somos coloristas». Una declaración que sirve tanto para ella como para Dolce & Gabbana o Donatella Versace. Poco amiga de la discreción, en su manual de uso destaca dos reglas básicas: «Número 1: Jugar con las escalas y las proporciones. Nada sienta mejor ni es tan divertido ni llama tanto la atención como el exceso. Tienes que ser osado y elegir piezas gigantescas para que tu vida se convierta en un dibujo animado. Número 2: Accesorízate. Las joyas no tienen fecha en el calendario. Usar bisutería de verano en invierno es una inyección de vitaminas. ¿Quién puede decir no a la felicidad?»

Vestido de D&G. Gafas (24,95 €), pendientes (19,95 €), collar (49,95 €), cartera de PVC azul (39,95 €), botines (149 €), brazalete con forma de serpiente (29,95 €) y pulsera con turquesas (69,95 €).

Pierpaolo Ferrari

La clave está siempre en los detalles. «Un accesorio puede alterar el equilibrio y el concepto global de un look», asegura. Por eso su colección para H&M gira en torno a su obsesión por los complementos. «Es una línea onomatopéyica. Cada pieza es un signo de exclamación: el collar es excesivo; los pendientes son gigantescos; los brazaletes, enormes; y el bolso cofre es casi una joya». Un minaudier dorado esculpido con motivos que recrean los bajorrelieves del barroco italiano. ¿Bailarinas? No, gracias. Más es más, también en el número de centímetros del tacón. «Los stilettos de aguja son casi obligatorios. Aportan actitud y permiten adoptar la postura correcta». Una predilección que viene de cuna. Anna nació en Bari, Apulia, la región que da nombre al «tacón» de la «bota» de la península itálica.

Todo en ella es autobiográfico. Anna (1962) es la imagen viviente de la historia más reciente de la moda italiana. Forma parte de una generación, la de los 80, que creció en pleno boom de la logomanía: la medusa de Versace, la F de Fendi, la doble G del estampando Guccissimo… Era el inicio de la era de las supermodelos y del diseñador convertido en estrella. Tras graduarse en Historia del Arte y Filología, estudió moda en la Domus Academy, «que por aquel entonces [en 1984] era una escuela muy prestigiosa. Giangranco Ferré fue uno de mis profesores», recuerda. Hasta que en 1988 apareció en su vida Franca Sozzani (editora de Vogue Italia) y se convirtió en su hada madrina. Junto a ella pasó 18 años en Condé Nast Italia: 12 en Vogue y seis en Vogue Uomo. Trabajar a su lado fue la mejor escuela. «Me hacía pensar, me ponía a prueba cada día y me repetía que la moda no es solo un abrigo azul». La lección más importante: «Tienes que estudiar fotografía y entender el lenguaje visual para poder asimilar su relevancia. Al principio no lo comprendía. Me fascinaban demasiado las prendas, los diseñadores… Pero poco a poco fui encajando todas las piezas del puzle; y al final descubrí el significado de la moda como símbolo de cultura. Franca me enseñó cómo hacer una revista y describir la revolución de la sociedad a través del vestuario. Arte, música, cine… Todo está relacionado».

Anna posa en su casa para S Moda con vestido de Fausto Puglisi. Los accesorios son todos de Anna Dello Russo para H&M.

Pierpaolo Ferrari

En el maniquí, tocado con plumas (149 €) y gafas (24,95 €). En la mesa: botines (149 €), cartera de PVC azul (39,95 €), clutch dorado con turquesas (69,95 €) y collar con forma de serpiente (49,95 €).

Pierpaolo Ferrari

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