_
_
_
_
_

Ana Obregón: “A ‘MasterChef Celebrity’ voy a divertirme y a aprender, que bastante tensión he tenido ya en mi vida”

Las redes sociales y los mensajes de apoyo de Isabel Pantoja la han ayudado en un complicado año. La presentadora, que solo sabe preparar huevos revueltos, regresa a televisión con un reality de cocina.

Ana Obregón presentó en Madrid los productos cosméticos de La Cabine.
Ana Obregón presentó en Madrid los productos cosméticos de La Cabine.La Cabine

En marzo pasado, Ana Obregón respiraba tranquila. “La pesadilla de mi hijo ha terminado”, confesaba, tras un intenso año en el que su hijo, Álex Lequio, ha estado luchando contra un cáncer. Escasas horas después del anuncio oficial de su participación en MasterChef Celebrity –el reality de cocina de TVE que comenzará a rodar el próximo lunes– hablamos con la actriz y presentadora sobre su regreso a televisión. A pesar de haber pasado página, no puede evitar recordar a su hijo en la conversación.

Nos encontramos con usted en la presentación de una firma de belleza de la que es embajadora. ¿Necesitaba ponerse a trabajar después de un año tan complicado?
Este último año no me he cuidado en absoluto. Estábamos haciendo un tratamiento diario en Nueva York y La Cabine contactó a través del Instagram de mi hijo. Una vez que volví a España, visité sus laboratorios para comprobar el producto. No es que se engañe, pero hay productos muy caros, que al final solo contienen crema hidratante y una mínima parte de principios activos. Jamás promocionaría algo que no hubiera probado antes. Testearon mi piel y era un horror. Me quedé alucinada con las ampollas Flash Effect, que llevan alga roja. Fue lo que usé para mi primer evento, tras este periplo de hospitales, noches sin dormir y preocupación.

Nadie diría que usted es de las que no se cuidan…
Soy supervaga, siempre lo he sido para cuidarme. Con 18 años me cuidaba cero patatero. Y en estos últimos 35 años he estado enlazando un programa, con una peli con una serie, he tenido poco tiempo, y con un hijo. Hacer de madre y de padre, siendo soltera, trabajando… no me he cuidado nada.

¿Y cómo ha sido este último año?
Este último año ha sido bastante duro, obviamente yo no existía, ni me miraba al espejo. Cuando viajamos a Nueva York para iniciar el tratamiento de mi hijo metí en mi maleta dos cambios, dos looks con los que he vivido perfectamente, lavándolos y alternándolos. Había prioridades y no me llevé tan siquiera maquillaje. He estado sin maquillarme, sin una crema de cara, usando los body lotion de los hoteles para cara y cuerpo. Esa ha sido mi forma de cuidarme y a mi edad, imagínate.

He estado un año sin mirarme al espejo, sin maquillarme y sin crema de cara. Usaba los ‘body lotion’ del hotel en cara y cuerpo

Presume de no haberse puesto bótox y ha comentado que a las mujeres nos exigen estar mejor que los hombres. ¿Cree que es exigencia o narcisismo?
Bótox… jamás me lo he puesto, mira, mira [hace gestos con la cara]. Hay un porcentaje grande de autoexigencia, lo ves en las redes sociales, que ya con 20 años se ponen el Photoshop. Que cuando yo hacía portadas de revistas con 20 años no existía el retoque, ni a los 30, tampoco. Hay demasiado narcisismo…

Uno de los típicos posados veraniegos de Ana Obregón, de 2001.
Uno de los típicos posados veraniegos de Ana Obregón, de 2001.Getty

¿Y cómo gestiona sus redes sociales, qué le parecen?
Me empecé a interesar por Instagram a raíz de la enfermedad de mi hijo. ¿Cómo etiquetas sentimientos? Etiquetar marquitas es superficial. Me da igual que te cuelgues 17 bolsos de Chanel. En cambio, he recibido un cariño enorme a través de las redes sociales. Estuve seis meses sin utilizarlas, y la primera vez que colgamos una foto llegaron siete mil mensajes. Tengo que reconocer que los pude leer cuando regresé a España; no los pude abrir antes porque me emocionaba. Esos mensajes de apoyo y de ánimo, saberte querida, no sabes cuánto ayuda.

Tendrá que usar sus redes cuando participe en MasterChef Celebrity, ¿cómo lo va a hacer?
No soy influencer. Soy actriz, madre y presentadora, sobre todo, madre. Me tendré que poner las pilas con mis redes, pero, ay, qué aburrimiento. Este fenómeno ha empezado hace unos años y yo llevo toda la vida perseguida por mis paparazzi queridos. Yo que los he denunciado, ¿voy a subir ahora mis fotos? Me cuesta mucho subir fotos mías que no tengan que ver con mi trabajo.

Las redes sociales son una forma de comunicación con las nuevas generaciones que tal vez no la conozcan tanto…
Los milénicos me conocen por mi serie Ana y los siete. Tendrían cinco, seis años… y ahora veintipocos.

También por Paquita Salas, la serie de los Javis, su último trabajo televisivo, en la que tuvo un descacharrante cameo…
Me da mucha pena porque por la enfermedad de mi hijo tuve que irme. Pero a los Javis los amo y los adoro, me lo pasé bomba haciendo Paquita Salas. No pude asistir al preestreno de mi capítulo en un cine de la Gran Vía [en Madrid], pero había otras prioridades, y no podía dejar a mi hijo solo en el hospital en Nueva York.

¿Se ha preparado para la que le espera en MasterChef Celebrity? ¿Le ha dado algún consejo Carmen Lomana?
Es que no, no… ¿Estuvo en el programa?

Sí, compitió muy fuerte con Antonia Dell’Atte…
¿Ah, sí? La verdad es que estaba fuera y no he visto nada. Si te digo la verdad, tampoco lo he querido ver, porque si lo veo podría haber dicho que no lo quería hacer. Me han dicho que exigen mucho, aunque yo voy muy tranquila porque tensión no voy a tener más. A MasterChef voy a divertirme y a aprender, que bastante tensión he tenido ya en mi vida, y nervios, y vivir al límite.

Lo de comprar y zampar lo hago como nadie. El tema de cocinar: mucho respeto

¿Y a ganar, no?
¡Y a ganar! Para dar el dinero a la Fundación Fero, del doctor Baselga, que es el oncólogo español más importante del mundo, el que me ha ayudado a salvarle la vida a mi hijo, y es una organización que ayuda a la investigación contra el cáncer. Desgraciadamente, esté el Gobierno que esté en España, en los presupuestos del Estado no hay presupuesto para investigar contra el cáncer. En los últimos años, ha habido más de 30.000 científicos que han tenido que colgar las batas y dejar de investigar. No se dan cuenta de que en España hay cada año 300.000 diagnosticados de cáncer, y España es el país con menos presupuesto para investigar el cáncer. Ahora están con el de páncreas, que era incurable. Estos ángeles que investigan, que salvan vidas, no pueden hacerlo en España.

Me contó hace dos años, cuando presentó su reality Algo pasa con Ana, del canal DKiss, que echaba de menos que no hubiese más concursos en la parrilla. ¿Por qué dijo que sí a MasterChef Celebrity y no, por ejemplo, a Supervivientes?
¡Ay, no! Yo no me voy a Supervivientes, ¿qué dices? ¿Por favor!

¿No se ve como Isabel Pantoja?
No es que no me vea como la Pantoja, y yo estoy encantada con ella. La tengo un cariño enorme. Cuando estaba en Nueva York Isabel Pantoja me ha escrito los mensajes de cariño y apoyo más bonitos del mundo. Y la quiero un montón. Pero, no, yo necesito zampar. Yo soy de comer cada cuatro horas. Y encima soy alérgica al marisco y a casi todos los pescados… ¿De qué iba a vivir yo? Me iba a dar un chungo.

El pasado marzo cumplió 64 años y reconoce que es «supervaga» para cuidarse.
El pasado marzo cumplió 64 años y reconoce que es «supervaga» para cuidarse.La Cabine

Ha confesado que cocinar poco, así que en MasterChef Celebrity, ¿cómo se lo plantea?
No me lo he podido ni plantear. Han estado tanto tiempo de negociaciones con el programa y yo encerrada en hospitales, que no he tenido tiempo de prepararme. Pero, claro, como digo yo. Yo no voy a cocinar como mis queridos chefs. Es como si yo voy al chef y le doy un texto y le digo que mañana haga una obra de teatro conmigo. Yo no soy cocinera, respeto mucho su trabajo, pero, claro, cocino horrible.

No sabrá cocinar, pero hacer la compra sí que sabe, algo primordial en el concurso. En el día a día decía que iba a comprar a su pescadero de confianza, Iginio.
La compra, fenomenal. Lo de comprar y zampar lo hago como nadie. El tema de cocinar: mucho respeto.

Va a ser muy divertido verla…
¡Va a ser terrible!

… sobre todo porque usted es optimista y uno de sus mantras personales es que prefiere ser ridícula a aburrida.
¡Totalmente! Ser aburrido es lo peor del mundo. A lo largo de esta aventura con mi hijo, que hemos llevado sin ningún dramatismo, nos hemos reído… A veces le decía: «¿La gente sabrá lo que estás pasando, hijo, si te ven por la calle muerto de la risa?».

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_