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25 razones por las que todos deberíamos arrodillarnos ante Raphael

Raphael cumple setenta años y a la vista de su nueva gira, Mi gran noche, hay cuerda para rato. Del negro riguroso al poncho de colores. Todo un estilo fuera y dentro del escenario.

rapahael cover

1. Porque es nuestro primer cantante pop internacional y acunó un nuevo término, con permiso de la Real Academia de la Lengua, el raphaelismo: dícese de la devoción, complicidad  e identificación con el ídolo popular. Ha hecho de la desmesura su vector estético, mezcla de exuberancia melodramática y teatralidad melódica. A su manera, ha escrito el cuento de la Cenicienta, el chico de origen humilde que acaba casándose con una aristócrata madrileña. Ha destilado una cierta ambigüedad  sexual en un país sombreado por el bigote de Jorge Negrete y el flequillo de El Cordobés.  Puso una pica en el Madison Square Garden y otra en el Palladium londinense, devolviendo el honor perdido de la Armada Invencible. Hoy, como ayer, a una y otra parte del Atlántico se vuelve a escuchar: ¡Ra-Pha-eeeeel!

2. Porque sigue siendo aquel desde hace más de cincuenta años, un estilo y unas canciones que son como las lentejas: Si las quieres, las tomas, y si no, las dejas.

3. Porque sobre el escenario nunca nos dejas indiferentes ya sea cantándole a una silla, hablando con un espejo o replicándole a una trompeta.

4. Porque lo ha cantado todo, desde el Ave Maria de Gounod al Hava Nagila de kermesse sionista. Tango, bolero, canción de autor, comedia musical o los versos de Lorca. Igual un dia de estos nos deleita con la guía telefónica…

5. Porque ha hecho dúo con Tom Jones en la televisión saliendo con la cabeza bien alta del match entre el  galés marca-paquete y el niño de Linares.
 

6. Porque contaminó con una “ph” su nombre, poniendo fantasía en el índice onomástico antes que llegaran las Jennifers, los Jhosuas  y los Jonathans.

7. Porque no nos podemos imaginar el cine musical español de los años sesenta sin un primer plano de  él cantando: Cuando tú no estás…cuando tú no estás…

8. Porque antes que los góticos lo pintaran todo oscuro y se pusieran de moda, se vistió de negro riguroso sobre el escenario siguiendo a los grandes de la chanson francesa.

9. Porque sólo él podía llegar al delirius tremens cantando La noche de Adamo.

10.
Porque la navidad siempre es más navidad cada año cuando aparece cantando la Canción del Tamborilero y aquel estribillo onomatopéyico que todos llevamos grabado desde nuestra infancia: “Rom pom pom pom, rom pom pom pom”.

11. Porque ayudó al deshielo entre España y la URSS con sus canciones, demostrando que los habitantes de detrás del llamado 'Telón de acero' también tenían su corazoncito y hasta se emocionan a pesar de las estrecheces y severidad del régimen comunista.

12. Porque con él llegó la raphaelmanía y los ejércitos de fans haciendo guardia día y noche  en los teatros.


13. Porque nos sigue emocionando cuando canta con Rocío Dúrcal, aunque la emoción tenga gusto a plasma y a dúo virtual. Cómo han pasado los años…

14. Porque ha hecho uso del vestuario más variado sobre la escena y la televisión: Chaquetas a medida y en todos los modelos, fracs de lentejuelas, camisas de puntillas o con chorreras, corbatas, pajaritas y hasta ponchos a lo Chavela Vargas.

15. Porque le podemos poner todos los adjetivos que nos vengan en gana: Melodramático, narcisista, desmedido, exuberante, barroco, recargado, desmelenado, efectista… y siempre nos quedaremos cortos.

16. Porque gracias a él  y sus reivindicaciones los artistas  españoles comenzaron a disponer de un camerino donde cambiarse con wáter incluido.

17. Porque aunque no llegó a ganar, su paso por el Festival de Eurovisión todavía sigue resonando en Luxemburgo y Viena y en nuestras noches televisivas en blanco y negro.


 

18. Porque los titulos de sus canciones –gracias a Manuel Alejandro– parecen una declaración de guerra o inicio de hostilidades sin previo aviso: Digan lo que digan, Yo soy aquel, Que sabe nadie, En carne viva, La primera piedra…

19. Porque nadie ha llevado los cinturones de tachuelas como él.

20. Porque siguiendo los caminos del señor y del cine, como en su momento hicieron  Imperio Argentina, Carmen Sevilla, Lola Flores, Sara Montiel, Rocío Dúrcal vistiendo  los hábitos religiosos, se metió a fraile en la película El ángel (Vicente Escrivá, 1969) aunque no dejó de cantar en el convento para alegría de la congregación.

21. Porque le dio una vuelta a su carrera sin traicionar su estilo, compartiendo canciones con Bunbury, Miguel Bosé o Alaska.

Raphael con Enrique Bumbury.

22. Porque nos ha dejado algunos de los momentos más imborrables de la televisión gracias a su programa El mundo de Raphael (TVE, 1975) atreviéndose, entre otros, con  números de los  musicales como Oliver o Pippin.

23. Porque ha conseguido que se le dedique una TV movie, un museo en su localidad natal, Linares, un cupón de la ONCE y hasta  'El dia del Raphaelista', el 25 de septiembre, que celebran sus fans en confraternización y almuerzo incluido.

24. Porque aunque hizo el musical Jekyll & Hyde lo suyo hubiera sido más apropiado una adaptación para el teatro de El retrato de Dorian Gray en plan ópera-rock.

25. Porque despues de cincuenta años estamos seguro que Raphael ha nacido para cantar y  a ser posible, los 365 días del año. ¡Raphael, siempre a flote!

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