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Zoë Kravitz: «Antes sentíamos presión por que tu piel se pareciese a la de todos»

La actriz ha sido la imagen de YSL Beauty desde 2017. Hija de Lisa Bonet y Lenny Kravitz, ha sabido trazar su propio camino como actriz y como una de las chicas más ‘cool’ del panorama.

Zoë Kravitz, embajadora de YSL Beauty desde 2017.
Zoë Kravitz, embajadora de YSL Beauty desde 2017.Stuart Winecoff/ YSL Beauty
Javier Caballero

La vocación por su profesión, la interpretación, le viene de lejos a Zoë Kravitz (Los Ángeles, Estados Unidos, 34 años), hija de Lisa Bonet y de Lenny Kravitz, y nieta de la también actriz Roxie Rocket. Ahora explora nuevas dimensiones creativas: tras participar en taquillazos (The Batman o Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald) y series premiadas (Big Little Lies), está inmersa en su primer proyecto como directora y guionista, Pussy Island. Es un reto que persigue desde hace años, “lo que me ha mantenido ocupada últimamente”, cuenta por el momento.

De tiempo atrás le viene también otra de sus pasiones, una faceta quizá menos conocida: su amor por la cosmética. “Me encanta el maquillaje desde que era niña”, cuenta en Londres, sentada en un sofá del penthouse del hotel Nobu Shoreditch, probablemente el barrio que más combina con su personalidad, tremendamente cool. “Cuando tenía 15 años e íbamos a salir, mis amigas siempre me pedían que las maquillase, era una época en la que experimentábamos mucho y se me daba bien”. Siempre atenta a la evolución de la industria, recuerda cómo ha cambiado en un periodo muy corto, porque no hace tanto no se abogaba por la diversidad: “Hace muchos años, hubo una época en la que sentíamos una especie de presión por que tu piel se pareciese a la de todos, así que recuerdo usar una base de maquillaje que era demasiado clara para mí”. Ahora destaca la amplitud en la paleta de colores. “Existen tantos tonos y subtonos que es mucho más fácil encontrar el adecuado para ti y eso me hace feliz”.

En la nueva fragancia Black Opium Le Parfum, de YVES SAINT LAURENT BEAUTY, Zoë Kravitz destaca el equilibrio entre lo dulce de la vainilla y lo terroso, así como las adictivas notas de jazmín y café.
En la nueva fragancia Black Opium Le Parfum, de YVES SAINT LAURENT BEAUTY, Zoë Kravitz destaca el equilibrio entre lo dulce de la vainilla y lo terroso, así como las adictivas notas de jazmín y café.Plató S Moda

La actriz siente devoción por los perfumes. “Soy muy sensible a los olores, y el olfato es un sentido muy poderoso que te puede transportar a otro momento y lugar. Cuando mi madre se deja un jersey en mi casa, lo huelo y siento que estoy con ella”. Kravitz es embajadora de la saga Black Opium desde 2017. “Cuando me llamaron, me quedé muy sorprendida, es un honor representar a una firma que he admirado y llevado siempre”. Considera a la gente con la que trabaja como familia. “Muchas marcas te piden que cambies tu forma de ser para vender algo, pero ellos han abrazado mi personalidad, siento que puedo ser yo misma y lo disfruto.

“Naomi Campbell me enseñó a maquillar las pieles más oscuras” 

Tom Pecheux, director artístico de YSL Beauty, empezó como maquillador junto a las supermodelos y no esconde su debilidad por ellas. “Debo confesar que mis modelos favoritas son las de mi generación, crecimos juntos: Kate Moss, Amber Valletta, Esther Cañadas…”, dice, sentado en una ‘suite’ londinense. Tampoco se corta en mostrar su aprecio por las principiantes. “Me gustan porque están empezando y están abiertas a sugerencias; las ‘top models’, porque saben lo que les queda bien. Las que se encuentran a medio camino suelen ser un incordio, por salir en la portada de una revista creen que lo tienen hecho y no es así, requiere mucho esfuerzo”.

No tiene pelos en la lengua. ¿Sobre la falta de tonos que denuncian algunas consumidoras? “No quiero entrar en polémicas, y es una lástima que algunas clientas no encuentren lo que necesitan. Pero es normal que, por ejemplo, en Suecia, no sea fácil encontrar los tonos más oscuros, igual que en Nigeria puede costar comprar los claros. Es la lógica del mercado”, zanja. “Yo soy un hombre blanco y empecé maquillando a muchas mujeres blancas. Naomi Campbell me enseñó a maquillar las pieles más oscuras”, cuenta. Afortunadamente el sector ha cambiado mucho desde que conoció a la célebre ‘top’. Sobre todo destaca el cambio de percepción del consumidor global con respecto al universo de la cosmética. “Antes se dictaba una moda, pero ahora hay más libertad, se invita a ser uno mismo. Por otro lado, las personas fuera de la industria han abierto los ojos y se han dado cuenta de algo que nosotros ya sabíamos: que esta no es una herramienta superficial, sino una forma de expresarnos, de crear una imagen que nos hace reconocibles”.

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