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Zoë Kravitz: “La única justificación que se me ocurre para el auge del racismo es el miedo, el temor al cambio”

La actriz e hija de Lenny Kravitz rompe estereotipos y transmite actitud.

"¿Mi primer recuerdo olfativo? Mi abuela, que coleccionaba perfumes. Yo no podía tocarlos, pero me acuerdo de ver los frascos como algo muy elegante y adulto", evoca Kravitz.
"¿Mi primer recuerdo olfativo? Mi abuela, que coleccionaba perfumes. Yo no podía tocarlos, pero me acuerdo de ver los frascos como algo muy elegante y adulto", evoca Kravitz.Rory Van Millingen / Saint Laurent.
Patricia Rodríguez

Kravitz pintaba diva antes de conocerla en una impresionante suite londinense. Nada de darle la mano, que está acatarrada. Las preguntas personales no le gustan. Las de religión y política están prohibidas. Pero al superar cualquier filtro en forma de representante, aparece simplemente Zoë: una actriz magnética, rebelde y con las ideas claras. Hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet, creció en una familia poco convencional: «Viniendo del mismo sector ellos me enseñaron a no sacrificar mi personalidad por la fama». Ha conseguido que la industria del entretenimiento se plegue a su carácter. Acaba de estrenar Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald y espera para mediados del año que viene la segunda temporada de la aclamada Big Little Lies (HBO). Coquetea con la música y la moda: desfiló para Balenciaga y posó para Calvin Klein o Tiffany & Co. Ahora, para YSL Beauté, se ha convertido en embajadora del icónico perfume Black Opium.

Desde la maison la definen como «empoderada y un espíritu libre». ¿Está de acuerdo con ello?

Intento serlo. Quizá no lo consiga siempre, pero lo pretendo; con ello espero inspirar a otras personas. Empoderar a otras mujeres.

Su padre también presume de usted. Dice que ha llegado lejos sin perder su identidad. ¿Cuál es su próximo reto?

En unos años me gustaría dirigir películas, producirlas, escribir guiones… Involucrarme en todo el proceso creativo. Quiero estar detrás de la cámara, aprender y crear oportunidades para otras mujeres que no han tenido tanta suerte como yo.

Como su compañera de reparto en Big Little Lies 2, Reese Witherspoon, con su productora Hello Sunshine…

¡Exacto! Ella me inspira. Su labor me ha hecho ver lo importante que es tomar el control, que sí es posible cambiar la realidad.

Podría decirse que la serie se adelantó, reivindicando así un sentimiento de hermandad femenina que está de plena actualidad hoy. ¿Cree que a ello le debe parte del éxito que ha alcanzado?

Claro, a mujeres conectando entre sí. Creo que hablo por todo el reparto si digo que nos emocionamos al leer un guion que por fin contaba con todo tipo de mujeres juntas, siendo complejas, imperfectas… Fue refrescante. Hasta ahora me hacía mucha gracia que nos vendieran como más complicadas que los hombres, pero a la hora de crear un papel nos imaginaran siempre planas.

¿Qué ha hecho que Hollywood haya dado por fin el salto?

Las actrices estábamos hambrientas de un cambio así. Pero de lo que no éramos conscientes era de que el resto del mundo, los espectadores, buscaban lo mismo. Las mujeres estaban deseando verse reflejadas en pantalla. Hoy se ha descubierto que es exitoso y rentable, así que ojalá se imaginen más productos en la línea.

«Soy una de las primeras/pocas mujeres de color en ser imagen de una fragancia de costura», decía recientemente en Instagram. ¿Por qué se ha tardado tanto?

Aún queda mucho por hacer. Creo que Internet ha sido muy útil para estos avances, permitiendo que estableciéramos un diálogo. Es una hermandad que nos ha dado poder.

Pero en paralelo asistimos a un auge del racismo…

Mucha gente está aterrorizada, teme al cambio. Es la única justificación que se me ocurre: el miedo.

En los medios mandaba la imagen de una mujer irrealmente perfecta. Usted que ha trabajado con los mejores fotógrafos, ¿por qué piensa que se ha abusado tanto del retoque?

La estética también está cambiando. Lo que antes era una imperfección, hoy es bello. En una industria como la de la moda y la belleza, que debe inspirar, es aburrido ver siempre lo mismo.

¿Por qué cree que la han elegido como rostro de Black Opium?

Siempre me he identificado con la manera en la que YSL refleja la feminidad. Es difícil encontrar una firma que abrace a mujeres que, como yo, se salen de la norma.

Black Opium Sound Illusion, de YSL BEAUTÉ (91,40 €, 50 ml).
Black Opium Sound Illusion, de YSL BEAUTÉ (91,40 €, 50 ml).

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Sobre la firma

Patricia Rodríguez
Periodista de moda y belleza. En 2007 creó uno de los primeros blogs de moda en España y desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su carrera en medios digitales. Forma parte del equipo de S Moda desde 2017.

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