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¿Merece la pena la ‘tortura’ del ‘vampire facial’ para tener una piel más joven?

Sea con la aplicación de un rodillo de agujas o mediante la extracción de plasma de la propia sangre, es una de las técnicas más solicitadas para una piel impoluta. Pero cuidado con los dispositivos micropunción de uso casero.

Mesotherapy or microneedle therapy, wrinkle prevention and acupuncture procedures to prevent wrinkles concept with roller on woman face
Getty (Getty Images/iStockphoto)

Encontrarse en YouTube o en Instagram rostros de influencers y celebrities cubiertos con puntitos de sangre está a la orden del día, y que estas alaben las bondades estéticas del vampire facial, también. No es un nuevo tipo de sadismo, sino el nombre coloquial que recibe el tratamiento de belleza que asegura aportar una piel más bonita, luminosa, uniforme y joven a costa de cierto sangrado. Hay que reconocer que nos dio cierta grima ver a una Kim Kardashian apareciendo con la piel de semejante guisa y feliz días antes de una ceremonia de premios, o a Gala González con su antes y después y calificando el procedimiento de “tortura, pero de resultado espectacular”. Sin embargo, la técnica del vampiro facial que se puso de moda el año pasado entre las famosas es una de las más demandadas ahora entre la gente de a pie, y los dispositivos caseros que prometen similares resultados venden como churros.

En esta línea existen dos métodos diferentes con un común denominador: el rostro ensangrentado. “Con el famoso vampire lifting la mayor de las Kardashian hizo alusión al tratamiento de PRP (Plasma Rico en Plaquetas) extraído de la propia sangre del paciente y aplicado después mediante infiltraciones en el rostro; lo que sobra, que en realidad es mayoritariamente sangre, se aplica en toda la cara a modo de mascarilla dando un aspecto un poco vampírico. Luego el nombre se ha extrapolado al microneedling o procedimiento basado en un rodillo con microagujas, porque también produce un ligero sangrado”, cuenta el Dr. Leo Cerrud, experto en medicina estética.

El Dr. Carlos Morales Raya, dermatólogo del Hospital Ramón y Cajal y del grupo Pedro Jaén, explica en qué consisten ambas técnicas. “El microneedling se sirve de un dispositivo como un rodillo o dermapen con múltiples agujas para inducir microcanales en la piel. Existe un doble objetivo: por un lado se facilita la penetración de ciertos activos (vitaminas, antioxidantes, algunos medicamentos) y por otro la dermis intenta reparar el daño producido por las agujas liberando factores de crecimiento beneficiosos para ella”. En cuanto al plasma rico en plaquetas, según el Dr. Morales Raya, es un procedimiento ampliamente utilizado en dermatología, estética y tricología, y se basa en una fracción de la sangre que contienen los factores de crecimiento con potencial para inducir el ciclo celular e iniciar procesos de reparación. “Para ello se extrae una pequeña cantidad de sangre del paciente, se centrifuga y se selecciona la parte que contenga dichos factores para su posterior inyección en la piel, consiguiendo así el rejuvenecimiento cutáneo. Este plasma se puede inyectar mediante mesoterapia o utilizar los canales producidos por las agujas del microneedling”, añade el dermatólogo.

Y, aunque como reconocen tanto el Dr. Morales Raya como el Dr. Cerrud, la sangre puede producir sensación de rechazo, ambas técnicas del vampiro son seguras, siempre y cuando se realicen en un centro médico y bajo estrictas condiciones de asepsia para evitar posibles infecciones cutáneas y de partes blandas, hematomas, cicatrices o granulomas. A cambio, los beneficios son múltiples: mejora la luminosidad, textura, manchas y arrugas, aunque también influye el producto utilizado para que penetre a través de dichos canales. “Ambos procedimientos cuentan con multitud de estudios clínicos que avalan tanto su seguridad como eficacia si se realizan de forma adecuada”, dice el dermatólogo del Hospital Ramón y Cajal. Toca responder también a la pregunta que muy probablemente te estés haciendo: ¿Duele? Un poco, reconocen los expertos, pero con la crema anestésica suele ser soportable.

¿Sangre? No siempre

Quienes tengan fobia a la sangre, que no desesperen: en el caso del rodillo, no siempre la produce. Al igual que ocurre con los peeling, hay grados y grados, pero ojo, tanto de agresión como de resultados: a más intensidad, más beneficio. Carmen Navarro es una de las esteticistas más profesionales a nivel nacional, y en sus centros lo utiliza sin llegar al sangrado. “Trabajamos con un sistema de micro-agujas de titanio estériles, llegamos a la profundidad recomendada para el tipo de piel y de manera segura. No agredimos la piel y lo único que producimos es un ligero enrojecimiento, la estimulamos para incrementar la creación de colágeno y elastina; es un tratamiento perfecto para recibir a posteriori los principios activos necesarios. Nuestro microneedling cuenta además con luz led que adaptamos para incrementar los resultados (azul para acelerar la cicatrización, amarilla para reducir el enrojecimiento, verde como antibactericida, etc.).

Dispositivos caseros, a revisión

Por cada unidad de aparatología casera que sale al mercado, un médico se echa a temblar. Si hablamos de rodillos con agujas, no puede ser menos. Pero en plataformas como Amazon se venden como churros y a precios competitivos y similares. Dermaroller iFanze ronda los 14,95€; 11€ cuesta ZGTS; o 18€ la marca Nivlan, muy alejados de la sesión en consulta profesional, que vale entre 150 y 350€. ¿Nos fiamos del que aplicamos en casa? ¿Alguna similitud de resultados? Como es de esperar y como relata el Dr. Morales Raya “la longitud de las agujas de los dispositivos caseros es limitada, por lo que carecerían de potencial para llegar a la dermis e inducir los efectos comentados, no hay beneficios demostrados. Además, cada vez que se utilice un dispositivo de este tipo tiene que ser limpiado y esterilizado para prevenir infecciones y contagios”.

Carmen Navarro, en cambio, sí cree en su eficacia, siempre tomando las precauciones necesarias. “Si está homologado es seguro, debe cumplir todos los requisitos y utilizarse en función del tipo de piel que estemos trabajando. Los hay de calidades muy dispares, por lo que yo aconsejo consultar siempre a un especialista. Es importante verificar que tenga el certificado CE y los materiales tienen que ser hipoalergénicos, como acero quirúrgico, plata esterlina, oro o titanio para evitar reacciones alérgicas. La longitud recomendada para uso en casa tendría que ser de púas inferiores a 1 mm, siendo las más seguras de 0,2 mm y 0,5 mm, ya que son longitudes que no requieren ningún tipo de tratamiento anestésico previo”, aconseja. La especialista incluye para el perfecto funcionamiento del dermaroller renovar periódicamente el cabezal, ya que las púas se desgastan, y mantener una estricta higiene de la piel y del aparato antes y después de cada uso. “Basta con pulverizarlo con alcohol o clorhexidina y secar con una toalla limpia”. Una advertencia: El rodillo en consulta, sin anestesia, molestaría. El dispositivo casero, no debería. “La clave para elegir la presión correcta es sentir un ligero enrojecimiento, como de haberte quemado un poco durante un día de playa, sin que sea doloroso”, advierte Carmen Navarro. Eso sí, para notar resultados hay que usarlo de continuo, mientras que la micropunción médica, como afirma Leo Cerrud, “si es para un efecto flash de luminosidad bastaría con una sesión; si el objetivo es mejorar marcas del acné, un mínimo de tres cada quince días”.

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