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Los motivos por los que tomar cápsulas de bronceado (y no es para ponerte más morena)

Es la creencia popular. Sin embargo, las nuevas fórmulas están destinadas a mejorar la protección frente el sol y no al bronceado. Preguntamos a varios expertos.

Lillian Hanson, en una imagen de 1955.
Lillian Hanson, en una imagen de 1955.Getty (Getty Images)

Aquellas cápsulas o pastillas repletas de betacarotenos de hace dos décadas conseguían que cogiéramos color. En etiquetas y reclamos publicitarios así lo indicaba: “Potenciador del bronceado”. Coincidía con esa época en la que estar moreno era objetivo estético prioritario. A día de hoy, no son pocos los que piensan que esos compuestos siguen buscando lo mismo, pero no es así.

Ahora, se multiplican los estudios que acusan a la radiación solar de producir el 80% del envejecimiento como reconoce la Academia Americana de Dermatología (AAD). Si no teníamos suficiente con los UVA y UVB, también sabemos que los infrarrojos y la luz visible producen también daño cutáneo. Gracias a ello estar bronceado cada vez está menos de moda. Lo corrobora el último Observatorio realizado por Cantabria Labs, según el cual ya hay un 28% de jóvenes (el hueso más duro de roer) que relaciona sol con daño cutáneo y no con belleza, y la cifra va en aumento. También la de los que utilizan un SPF 50 o superior: un 52% aseguran hacerlo.

Como explica la Dra. Paula Rosso, experta en medicina estética y nutrición del Centro Lajo Plaza, «es cierto que las cápsulas que siempre hemos llamado de bronceado inicialmente nacieron como herramientas para potenciarlo, pero hoy en día la tecnología ha evolucionado e incorpora activos que contienen prebióticos, vitaminas, aminoácidos y antioxidantes, que además de mejorar el tono y hacer que este sea más duradero, sobre todo protegen la piel frente al sol, evitan la sensibilidad al mismo (que se enrojezca en los primeros baños) y previenen las manchas«.

María Vitale, directora médica de Cantabria Labs, avanza en el nuevo concepto de fotoprotección oral. Las pigmentaciones no serían el único problema contra el que estas cápsulas podrían actuar. «Así como la radiación solar ha puesto en marcha los mecanismos que activan la producción de melanina (es decir el pigmento que da color a nuestra piel y produce manchas o bronceado), también induce la activación de enzimas que conducen al envejecimiento cutáneo o a mutaciones en el ADN de la célula que llevaría al desarrollo de cáncer de piel. No sirven de nada los aceleradores del bronceado si no se utilizan conjuntamente con moléculas que demuestren evitar en un alto porcentaje el daño solar a nivel celular y cuenten con aval científico, como ocurre con Fernblock, ingrediente antioxidante natural presente en toda la línea de Heliocare».

Para que no nos confundamos a la hora de acudir a la farmacia, la Dra. Patricia Gossen, médico estético del centro médico Inout Barcelona, los ingredientes que no deben faltar en estos complementos alimenticios son los polifenoles de diversas plantas, por haber demostrado su eficacia en el envejecimiento y las quemaduras. «Hay que buscar compuestos acordes al concepto de fotoinmunoprotección, que no solo eviten los daños a corto plazo sino también a largo plazo».

¿Significa esto que los betacarotenos de los clásicos potenciadores del bronceado son malos? En absoluto, pero por sí solos son insuficientes. Como aclara la Dra. Rosso, te permiten coger un poco más de color, pero esto puede lograrse a través de la dieta. «De hecho, la betacarotenosis, cuando hay un exceso de betacarotenos, se ve en las palmas de las manos y de los pies, que se ponen naranjas. Una dieta completa y equilibrada puede suministrar la cantidad necesaria para el organismo. Habría que consumir ciertas frutas y verduras diariamente porque estos alimentos tienen cantidades superiores a los complejos multivitamínicos, además de mejores propiedades: zanahoria, calabaza, albaricoque, melocotón, papaya, espinaca, brócoli, pimientos, etc».

Volviendo a las cápsulas, independientemente del producto que tomemos, lo que hay que tener claro es que la fotoprotección oral jamás sustituirá a la que apliquemos en crema. «Ni siquiera nos permitirá bajar un mínimo el SPF, será un complemento», añade la Dra. Gossen. Es posible que estés pensando que porqué deberías hacer doblete en cuestión de protección solar, y la razón es sencilla: el handicap de los fotoprotectores tópicos es que se utilizan en cantidad menor a la indicada, de forma no homogénea y quedan olvidadas grandes áreas de piel. Y no, esto no supondrá que no se ligue bronce. “Si estamos expuestos al sol y bien fotoprotegidos de manera tópica y oral tendremos ese ligero color saludable mientras preservamos el daño celular. Sin esta combinación y si nos olvidáramos de otras medidas como usar la ropa adecuada, buscar la sombra, utilizar gafas y sombrero lo más probable es que nos quememos y lleguen las arrugas, las manchas y la sequedad”, defiende la Dra. Vitale.

Respecto al momento de empezar a tomar estos complementos protectores, dependerá del estilo de vida y el tipo de piel. A deportistas de aire libre y cutis sensibles les conviene hacer uso de la fotoprotección oral todo el año. Como explica María Vitale: «En general es lo ideal para todos, pero sabemos que mucha gente lo recuerda en la primavera, cuando ya apetece pasar más horas en el exterior; en este caso recomiendo que en cuanto comencemos a salir más al aire libre, ya sea haciendo deporte o en una terraza con amigos, la tomemos para lograr que la piel sea un poco más resistente en verano».

Te ayudarán a tener una piel más protegida y bonita:

360 D Plus Cápsulas de Heliocare, con la tecnología Fernblock+ a partir de Polyipodium Leucotomos y vitamina D entre otras, 39,31€.

Arkosol Intensivo, de Arkopharma, con licopenos, betacarotenos y vitaminas, 22.70€ .

Cápsulas Antiox Intensivo Heliokos de Kosei, incluye Poyipodium Leucotomos, 23€.

Sun Secret Oral Protection, de Sensilis, con selenio y vitaminas, 23€.

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