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Una frente sin arrugas: así funciona el láser, las cánulas y las cremas que acaban con ellas

Con media cara tapada por la mascarilla, el tercio superior del rostro copa las consultas de estética. Y hay soluciones.

El nuevo gran foco de atención estética lo acapara la frente. La doctora Josefina Royo de la Torre, codirectora de Instituto Médico Láser, declara que «es el único tramo de piel expuesto y las imperfecciones se notan más». Por ejemplo, en su centro han aumentado las consultas para despejar las sienes o delinear el nacimiento del pelo en casos de frentes asimétricas o muy estrechas. «Se resuelve depilando con láser».

La madre de todas las batallas son las arrugas dinámicas. «No funciona la gimnasia facial, porque el problema es la hipertonía del músculo frontal. Hay que mermar su fuerza con toxina botulínica. La gesticulación cesa transitoriamente, pero no la microcirculación. Así, mientras la arruga deja de marcarse, se produce cierta reparación cutánea», dice la doctora Gema Pérez Sevilla, cirujana y médico estético. «Si hay surcos muy marcados, podemos reducir su profundidad con ácido hialurónico de densidad intermedia». Este inyectable, usado a nivel muy superficial, uniformiza el aspecto de la piel y atenúa las cicatrices del acné. No las borra: pasados 12 meses, volverán.

El bótox se desvanece a los cuatro meses. Durante ese tiempo, y más si se pone con cierta regularidad, «se llega a ‘olvidar’ el hábito inconsciente de fruncir la frente», apunta la doctora Ana Roces, directora médico de Merz Aesthetics. Rompe una lanza por esta toxina que «bien usada, deja resultados muy naturales. Pero hay que conocer el funcionamiento de la musculatura e inyectarla a diferentes profundidades según el músculo y zona. Buscamos frentes relajadas, no caras paralizadas».

Unir bótox y ácido hialurónico enriquecido con glicerol «mejora el aspecto de una frente seca». Los precios varían según la clínica, pero suelen rondar los 250 euros para el vial de bótox y 300 euros para el de hialurónico. La inmediatez de los inyectables, aunque con acción limitada en el tiempo, ha hecho del lifting frontal quirúrgico cada vez más una técnica en desuso. El láser, como Ydyn Frax, puede mejorar la textura, afinar el poro y suavizar las cicatrices de acné. «Estimula la actividad del fibroblasto sin producir pelado», explica la doctora Royo, que también nos habla de la hiperpigmentación. «El melasma se atenúa inyectando ácido tranexámico sobre la mancha (inhibe la tirosinasa, la enzima necesaria para sintetizar la melanina)».

Para quienes buscan algo no invasivo, la esteticista Carmen Navarro sugiere Endymed Pro. «Es una radiofrecuencia de tercera generación que trabaja en varias profundidades, redensificando y mejorando la piel. Y, por supuesto, no desatender los cuidados diarios y la protección solar». La terna imbatible: sérums y cremas con hialurónico para hidratar, DMAE para reafirmar y retinol nocturno para impulsar la formación de colágeno.

Sérum Intensivo Multicorrección de Filorga (81,90 €), sérum Retinol B3 de La Roche-Posay (49,10 €), Mascarilla Pure HA de Croma (74 €) y sérum en cápsulas Hydra-Pumpling de Elizabeth Arden (110 €).
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