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S MODA + Loopas

Todo lo que que estás haciendo mal con tus lentillas (y no lo sabes)

Alargar su vida útil, usarlas en la piscina, no cambiar la solución salina… Constantemente cometemos fallos con nuestras lentes de contacto que pueden dañar nuestra salud ocular.

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Ver bien es un lujo y una necesidad. Lo único discutible son los métodos a los que recurrimos para lograrlo. Algunos prefieren suplir sus carencias con unas buenas gafas, mientras que otros – una gran mayoría, por cierto-, apuestan por la naturalidad y la comodidad de las lentillas. Más allá de los motivos de nuestra elección, a veces nos olvidamos de que las lentes de contacto son un producto sanitario, y como tal, hay unos errores que debemos evitar si no queremos poner en riesgo nuestra salud ocular.

No prestarle atención a la higiene

Las lentillas mensuales exigen un mantenimiento diario. Hay que renovar el estuche con frecuencia y cambiar el líquido a diario porque pierde sus propiedades desinfectantes y pueden aparecer bacterias. Por no hablar de que muchas veces nos olvidamos el portalentillas o el líquido se acaba, y recurrimos a métodos caseros (y peligrosos) como los vasos con agua del grifo y sal. Ya que existe un mayor riesgo de infección si no las limpiamos de forma correcta, las lentillas de un solo uso son la solución más higiénica. Son muchas las marcas que han apostado por este modelo, como por ejemplo Loopas, aligerándonos el equipaje y ahorrándonos tiempo. Son más cómodas que las mensuales porque estrenas todos los días lentillas, lo que te permite no estar pendiente de su cuidado o rutina diaria de limpieza, evitando que se acumulen depósitos que causan irritación, sequedad y otros malestares. 

Alargar el tiempo de vida útil de las lentillas

Si nos tomamos enserio la fecha de caducidad de los alimentos que consumimos, ¿por qué nos tomamos a la ligera la vida útil de  las lentillas? La duración de cada modelo viene establecida por el fabricante para que la lente de contacto no pierda sus propiedades y evitar así riesgos oculares. Hacer caso omiso de las indicaciones no solo aumenta la incomodidad y la sequedad del ojo, es una irresponsabilidad que a largo plazo puede causar problemas en la superficie ocular.

Cuando se trata de maquillaje, el orden importa

Maquillarnos forma parte de la rutina diaria de muchas mujeres y los ojos suelen cobrar un gran protagonismo, ya sea para tapar imperfecciones como las ojeras o resaltar la mirada con un buen eyeliner o unos toques de rímel. Aunque pueda parecer obvio, el orden afecta: es muy importante colocar primero las lentillas para evitar que se contaminen o ensucien. Y lo mismo ocurre cuando nos desmaquillarnos: hay que quitarse las lentillas antes de retirar el resto de maquillaje.

Creer que las lentillas son caras

El ritual suele ser el mismo cada mes: ir a la óptica cuando nuestro suministro mensual de lentillas llega a su fin y lamentarnos por el dinero que acabamos de dejar sobre el mostrador. Sin embargo, existen otras alternativas. Por ejemplo, la marca Loopas ofrece una suscripción sencilla por la que recibirás en tu casa, sin necesidad de desplazarte, sesenta lentillas por 19,90 €. También se puede cambiar la frecuencia del envío, para que los usuarios que no las utilicen de forma diaria, puedan recibirlas de manera adecuada a su consumo sin pagar de más. Además, las treinta primeras lentillas son gratis -excepto los 3€ de gastos de envío-, para que el usuario compruebe la calidad de sus producto.

Ducharse o nadar con las lentillas puestas

El contacto con el agua eleva el riesgo de infecciones graves. Las gafas de natación no evitan la entrada de agua por completo, de modo que si no nos queda otra opción que recurrir a las lentillas, estas deben ser de uso diario y desecharlas al salir de la piscina. La norma se extiende también al ámbito casero, debemos ducharnos siempre sin lentillas.

Usar las lentillas de forma abusiva, incluso para dormir

Los expertos coinciden: las lentes de contacto no deberían utilizarse más de diez o doce horas al día y se recomienda usar lágrimas artificiales para mantener los ojos hidratados.  Los estudios demuestran lo contrario: casi el 33% de los adultos, según datos de la Asociación Americana de Optometristas, reconoce haber dormido tanto la siesta como por la noche con ellas puestas. Un error muy grave que puede provocar queratitis, la inflamación de la córnea.

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