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Sonría, por favor

Son los grandes olvidados: uno de cada diez españoles no se cepilla los dientes lo suficiente. Pero no es tarde, tecnología y fórmulas se alían para recuperar una sonrisa perfecta.

Dentadura, sonrisa
Gtres

Tus dientes son como perlas», todo un lugar común y uno de los primeros símiles que nos enseñaron en la escuela. Como todo, los dientes envejecen. No obstante, desde el aterrizaje en España del blanqueamiento (a finales de los 80) las fórmulas han evolucionado y el ritual de limpieza bucal se ha perfeccionado. La mala noticia: queda mucho por hacer. Los españoles suspenden en salud dental: solo el 13% acude al dentista una vez cada seis meses a pesar de que el 37% reconoce haber tenido problemas en el último año, según datos de la aseguradora Bupa. Las mujeres se preocupan más por su dentadura que los hombres, siempre según la misma compañía. Aunque no sirvan de excusa para no ir al odontólogo, el nuevo arsenal de dentífricos y técnicas de blanqueamiento de uso doméstico ayudan. 

BLANCO ROMPEDOR: Nuevas técnicas

«Los blanqueamientos solían producir sensibilidad. Pero los productos se han enriquecido con flúor y nitrato de potasio, dos ingredientes capaces de frenar el dolor», asegura Dory Sánchez, odontóloga de la clínica Rosales de Madrid. En algunos casos, se sigue produciendo malestar, pero es pasajero. Más ventajas: los activos se presentan en varias concentraciones, lo que permite personalizarlo. «También disponemos de múltiples sustancias: el peróxido de carbamida, por ejemplo, es ideal para jóvenes con hipersensibilidad en los dientes. Mientras que el peróxido de hidrógeno es perfecto para pacientes de más de 25 años sin hipersensibilidad», precisa Débora R. Vilaboa, de la clínica Vilaboa.

Los métodos también han cambiado.
Al parecer, las sesiones en consulta no bastan, sobre todo en casos complicados. «Hace 20 años se administraba tetraciclina. Este antibiótico dejaba unas decoloraciones grisáceas muy difíciles de eliminar», expone Germán Gómez, de la clínica de Odontología Estética y General de Valencia. Y añade: «Pero hoy se blanquean estos casos sin dañar el esmalte». «Nosotros preferimos combinar las sesiones en clínica con otras en casa. En la clínica, las concentraciones son más elevadas; en casa, rondan el 12%», precisa Sánchez, de la clínica Rosales. El coste de los tratamientos se ha reducido notablemente, ahora rondan los 300 euros.

UNA REVOLUCIÓN. Láminas de porcelana

Todo influye, por eso las clínicas no se limitan a corregir un problema sino que atacan varios a la vez. «Hacemos un estudio estético completo, con fotografías, radiografías y evaluaciones. A veces no basta con un blanqueamiento y hay que contornear los dientes», informan desde Vilaboa. «Con los años se pierde la forma natural de la dentadura y hay que limar un poquito los ángulos para recuperar una sonrisa joven», detalla Dory Sánchez. El nuevo grito son las láminas de porcelana. «Las facetas resuelven el 60% de los problemas estéticos. La mejor porcelana es la feldespática, es la más bella y traslúcida. Son permanentes».

A LA VUELTA DE LA ESQUINA: El blanco del futuro

No han aterrizado en España pero en el Reino Unido y en EE UU arrasan. Las tiras blanqueantes (whitening strip, unos 30 euros, disponibles en Internet) son fáciles de usar. «Pero el resultado es menos brillante», aseguran desde la clínica Rosales. Para lograr el mejor blanqueamiento, se deben seguir unas pautas (sirven para las férulas de blanqueamiento que mandan para casa): dejar seis horas entre el lavado y la aplicación de las tiras. La razón: el flúor de la pasta o del colutorio podría anular su efecto. Antes de aplicar las tiras se deben secar los dientes con una toallita. Al colocarlas, debemos evitar que entren en contacto con las encías, el peróxido las podría inflamar. La regla de oro: no comer ni beber mientras se lleven puestas. 

LA LIMPIEZA, PASO A PASO

01. Sin presionar
No se deben limpiar con las cerdas del cepillo perpendiculares a los dientes ni tampoco se debe apretar. «Así se dañan las encías y no se arrastra la suciedad. El truco está en inclinar ligeramente el cepillo», afirman desde la clínica Rosales.

02. Espejito…
«Un error común es no mirarnos al espejo o hacer dos cosas a la vez», señala Silvia Barragán, odontóloga. La duración es otro problema. «Debe durar al menos dos minutos», precisa Gustavo Camañas, director médico de Vitaldent.

03. La guinda
El hilo dental es el gran olvidado. Así lo demuestran los datos, solo el 30% de la población lo usa, según Vitaldent. Un consejo: al pasarlo entre los dientes se debe apoyar junto a uno de los dos dientes y no apretar contra las encías.

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