Si vas a probar un tinte de supermercado, fíjate en que lleve estos ingredientes

Teñir lo hacen todos los tintes. Atinar con el tono y cuidar la salud del cabello, no tantos. Y aunque sabemos que hacerlo en casa nunca será lo mismo que acudir a un profesional, el cierre temporal de las peluquerías está cambiando forzosamente nuestros hábitos: mientras hay quienes han decidido abrazar sus canas, a las tres semanas de confinamiento (coincidiendo con el momento en que las raíces grises comienzan a asomar) la venta de tintes en supermercados aumentó un 8% según datos de la consultora Kantar Worldpanel. Google también lo atestigua: desde el pasado 14 de marzo estamos buscando más que nunca todo sobre los tintes de pelo en internet.

Teniendo en cuenta que los coloristas pasan años entrenando métodos de aplicación, teoría del color y técnica general, y que los colores que utilizan en los salones suelen ser mezclas específicas hechas para cada clienta, retocar el tinte en el baño de casa puede sonar osado. Sin embargo, teniendo en cuenta una serie de recomendaciones, puede resultar en éxito.

Lo que sí debería llevar un tinte

Cuando buscamos en una gran superficie o en un supermercado es complicado evitar los ingredientes sintéticos, pero los pigmentos derivados de ingredientes naturales te permitirán acercarse mucho más a un buen resultado. Así que la primera recomendación que deberías seguir al escoger tu caja es leer la etiqueta de ingredientes. “Encontrar un tinte de calidad en un supermercado es casi imposible”, reconoce Xavi García, uno de los coloristas más demandados en nuestro país y director de Salon 44 en Madrid, pero a la hora de elegir uno “siempre recomendaría utilizar el producto más natural posible”. La idea es que el tinte que escojamos sea una solución temporal y que no estropee el color previo hecho en un salón.

Entre los ingredientes naturales más recomendables están los extractos vegetales de plantas que tiñen como la cassia, el azafrán, la remolacha, el café o el hibisco, acondicionadores como el aceite de coco, las proteínas de trigo o la jojoba, agentes tratantes (polímeros, derivados de la silicona y compuestos naturales), antioxidantes como la vitamina C para preservar el color.

Lo que no debería llevar

Si bien encontrar el que mejor se adapte a cada uno no es tarea fácil, “los tintes de supermercado, aunque no sean de la misma calidad que los que utilizamos en el salón, no suelen ser excesivamente agresivos ya que están pensados para uso doméstico”, nos cuenta Xavi García.

En la lista de ingredientes que un profesional nunca aceptaría en un tinte están el amoniaco (que es muy agresivo con la piel e irritante de las vías respiratorias), el agua oxigenada (que no solo puede irritar la piel sino dañar la estructura del cabello), los ftalatos y el formaldehído.

Qué tipo de tinte elegir

El tinte más adecuado será siempre el que responda a tu objetivo: “Si es para cubrir las canas, recomiendo un tinte permanente para aplicarlo solamente en la raíz, así el color de medios y puntas se mantendrá igual y no se estropeará el trabajo realizado en el salón”, recomienda Xavi García. “Si lo que se desea es matizar el color, aconsejaría optar por un baño de color o una coloración semipermanente, una mascarilla con color o un champú con matiz”, añade.

Cómo saber qué color escoger

Conseguir el color de cabello deseado es una cuestión química determinada por lo que ya llevas en el cabello, por su salud y su porosidad. La textura natural del pelo también influye en cómo las hebras aceptan y se adaptan al nuevo color. Es decir, no es fácil atinar a la primera. Además, a la hora de elegir el color, es importante tener en cuenta que el tinte típico de supermercado o droguería suele ser una formulación más concentrada que el que se aplica en las peluquerías, porque es un producto que necesita ser lo suficientemente fuerte como para funcionar en todo tipo de cabellos. Esto significa que la fórmula que vamos a aplicar será la misma independientemente de si tenemos un pelo fino, grueso, seco o graso, de si lo hemos teñido antes o si lo llevamos natural. Al no permitir matices de pigmentación, suelen ser colores más sólidos y densos. Si tu cabello es muy grueso o tienes la melena larga, es buena idea comprar dos cajas de producto para garantizar una cobertura uniforme.

Por eso, la recomendación general es elegir un color que sea uno o dos tonos más claro que el de nuestro cabello natural, porque siempre es más fácil matizarlo hacia tonos más oscuros si no nos gusta el resultado. “Para hacer la raíz siempre recomiendo un tono más claro del que se tiene, de esta manera, hay margen para poder arreglar después en el salón, si queda mucho más oscuro de lo deseado será mas difícil de solucionar”.

Además, conviene tener presente que la imagen de la caja es una fotografía retocada, con lo que el color que exhibe es una aproximación y no una realidad. Tal y como aconsejan los profesionales, siempre será mejor optar por un tinte temporal que por uno permanente. Y una vez que lo apliques, hazlo generosamente para garantizar una buena cobertura, trabajando en pequeñas secciones, desde el frente hacia la parte posterior de la cabeza, así será más fácil enjuagar errores.

“Nunca recomiendo hacer un cambio de color en casa, ya que el resultado depende de la base y el color que tiene cada cabello, y si no se controla el tema de la coloración puede hacer sorpresas desagradables difíciles de solucionar después en el salón”, avisa Xavi García. “Para las rubias (teñidas) recomendaría hacer solo la raíz y si se desea matizar las puntas, hacerlo con mascarillas o champús. Para las castañas o morenas que no se quieran ver más oscuras, lo mismo: hacer solo la raíz y, si quieren oscurecer las puntas, poner primero la raíz, dejar unos 20 minutos y pasar a las puntas 10 minutos más”, explica este estilista. “Pero siempre recomiendo no arriesgar demasiado ya que en muchas ocasiones nos encontramos casos de clientas que se han realizado colores en casa, y arreglarlo es un trabajo de meses hasta volver a conseguir un color bonito”.

Cinco recomendaciones antes de empezar:

1. Recuerda que, con un tinte, se puede mantener el color que se tiene, oscurecer o tapar las canas. Lo que no se puede hacer es aclarar el color, para eso siempre es necesario decolorar el color existente.

2. Hidrata primero. El tinte se adapta mejor a un cabello hidratado, y aunque los expertos recomiendan acondicionar el pelo siempre después del lavado, es más importante hacerlo cuando se está pensando en utilizar un tinte. Una mascarilla hidratante un par de veces por semana antes de teñir, preparará el pelo para que se impregne mejor de pigmento.

3. Haz una prueba. Para asegurarte de que te gusta el tono que has elegido, pruébalo en una pequeña sección en la zona de detrás de las orejas (donde no resultará tan llamativo) y deja que el producto actúe durante 15 minutos. Una vez seco el pelo, comprueba si el resultado es el correcto con luz natural.

4. Protege tu piel. Dado que algunos tintes pueden irritar o manchar la piel, los coloristas recomiendan extender una pequeña cantidad de vaselina a lo largo de la línea del cabello con el dedo o con un bastoncillo antes de aplicar cualquier color.

5. Para los inexpertos, la coloración es un proceso un poco caótico. Envuelve tus hombros con una toalla vieja y cubre el suelo o las superficies que tengas cerca: eliminar los rastros de tinte después es complicado.