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Qué tiene esta agua de rosas de 9 euros para poner de acuerdo a una legión de fans en todo el mundo

Farmacéuticas, modelos y maquilladoras profesionales eligen este producto inspirado en las lociones tradicionales como uno de sus favoritos. Aquí explicamos por qué.

El agua de rosas es un remedio tradicional.
El agua de rosas es un remedio tradicional.Getty (Getty Images)

Se le atribuyen propiedades astrigentes, antinflamatorias e hidratantes. Aplicada sobre la piel es cicatrizante y se dice que aporta luminosidad y efecto ‘buena cara’. La lista de atributos positivos asociada al agua de rosas está bien documentada y no es nueva. De hecho, aquí lo llamativo es que en pleno 2020 uno de los cosméticos más preciados del año sea la loción multiusos de farmacia que ya usaban nuestras abuelas.

«Lo interesante del agua de rosas es su pH ligeramente ácido, que coincide con el de la piel. Los jabones y otros productos pueden alcalinizarlo y esta loción lo equilibra», explica Paloma Gastelurrutia, farmacéutica y embajadora de la firma cosmética natural Rowse. La clave para saber si un agua de rosas es pura o de buena calidad, dice, está en la etiqueta: «Lo importante es que lleve el mínimo de ingredientes, es un hidrolato, así que como mucho algún conservante».

El spray facial con hierbas de aloe y agua de rosas de Mario Badescu –que se vende en Sephora por 8,95 euros el frasco de 118 ml– es el mejor ejemplo de está tendencia a utilizar agua de Rosas. Está reverenciado no solamente por celebridades (Naomi Campbell, Felicity Jones, Leighton Meester o Bella Hadid han desvelado que lo utilizan regularmente) sino también por miles de mujeres anónimas: con 5.039 opiniones de cinco estrellas en Amazon, es uno de los productos para el cuidado de la piel con mejor calificación en el portal. En la firma definen este tónico vaporizado como una niebla hecha a base de extractos verbales y botánicos.

La famosa agua de rosas de Mario Badescu. Compra por 14,50€ en Amazon.
La famosa agua de rosas de Mario Badescu. Compra por 14,50€ en Amazon.

El propio frasco de Rosewater, decorado con una tipografía que recuerda a botica antigua, tiene ese aire de nostalgia que confirma la tendencia: queremos volver a cosméticos de toda la vida. «Creo que es algo general», confirma Paloma Gastelurrutia. «Frente al tecnicismo del siglo pasado se está volviendo la mirada hacia materiales cálidos y en contacto con la naturaleza. La conciencia medioambiental también pesa mucho y, en mi caso, en cosmética intento evitar detergentes agresivos o siliconas», añade.

Pero, ¿de verdad un cosmético natural tiene el mismo poder de acción que otro con ingredientes químicos? Para esta farmacéutica es evidente que no es lo mismo: «No todo lo sintetizado químicamente es malo, ni necesariamente mejor. No tendrá los mismos efectos un producto con siliconas, que puede conseguir una piel o un cabello con apariencia más uniforme y suave, que uno que no las lleve. Pero ese aspecto es algo artificial. Yo prefiero que la piel se vea más natural pero bien hidratada», dice. «Las fórmulas más sencillas como aceites, los hidrolatos y las arcillas se están convirtiendo en cosméticos de culto».

Del tónico tradicional a las mascarillas de pétalos

La galénica más clásica, el tónico, tiene su propio modo de uso, antes de la crema hidratante o como humectante para mezclar base de maquillaje y corrector (se puede rociar en la brocha antes de la aplicación). Para potenciar la sensación refrescante que aporta, dicen, es mejor guardar el frasco en el refrigerador.

Más allá del conocido tónico, la industria cosmética está ofreciendo nuevas utilidades para el agua de rosas. Precisamente es uno de los ingredientes básicos en las fórmulas de Rowse, la marca creada por la modelo, fotógrafa e influyente digital Nuria Val. Lo diferente de esta firma no es solo una apuesta decidida por la cosmética natural (menos ingredientes, más beneficios es su mantra), sino que además ofrece recetas específicas de sus mascarillas más vendidas para hacer en casa. ¿El ingrediente recurrente? Efectivamente, rosewater.

No solo las marcas nicho están estudiando nuevos usos de esta materia prima. De una «unión de ciencia y lujo”» describen en Lancôme, nació la máscara facial revitalizante de rosas Absolue Precious Cells en textura gel y elaborada con pétalos de rosas genuinos. También Chanel tiene entre su división cosmética su propia solución, Le Weekend, a base de ácido glicólico complejo y agua de rosas, que trabajan juntos para exfoliar en profundidad, hidratar y potenciar la luminosidad de la piel. Lo más llamativo: está pensado como un refuerzo cosmético de fin de semana y no es necesario aplicarla todos los días.

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