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Lo habitual es que este tipo de papeles matificantes incluyan polvos suavizantes y absorbentes como el talco, el caolín o el zinc. Pero sus formulaciones cada vez son más innovadoras y, ahora, también calman la piel y se adaptan a las más sensibles. Además, por supuesto, son unisex y para todos: “Al tratarse de un tono universal e imperceptible, se llevan bien con cualquier tono de piel”, comenta Gisela.
Nos explica también cómo utilizarlos correctamente -no son solo para profesionales, sino que resultan ideales para llevarlos en el bolso y efectuar retoques de última hora a lo largo del día-:
“Cuando se trata de matificar la piel grasa, deberían aplicarse dando toques con ellos con el lado empolvado del papel insistiendo en la zona T (frente, mentón y nariz). En el caso de brillos provocados por la humedad o por las altas temperaturas, o si se desea mantener el maquillaje impecable, pueden aplicarse por todo el rostro del mismo modo”. Y añade: “No conviene darles más de un uso, ya que la zona empolvada pierde efectividad al absorber la grasa o la humedad del rostro”.