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S MODA + Douglas

Olivia Molina: «Me gusta el tipo de belleza que respeta lo genuino de cada uno»

La actriz se alía con Perfumerías Douglas en busca de una belleza sin artificios

¿Qué es la belleza? Para la actriz Olivia Molina (Ibiza, 1980) es sinónimo de naturalidad. “No me interesa el camino hacia la perfección, me gusta ese tipo de belleza que respeta lo genuino de cada uno”, comenta la actriz. Por eso no nos extraña que se haya convertido en embajadora de The New Douglasy con ello, en el rostro del cambio que está experimentando tanto la cadena de beauty retail como el sector.

Porque la industria está cambiando, evolucionando hacia una belleza real, mucho más inclusiva y diversa. Así lo defiende Olivia. “Cada vez estamos más abiertos y somos más conscientes de que todos somos únicos y diferentes. Y cuanto más se abra el abanico, cuanto más cuerpos, tallas o estilos diferentes veamos; más empáticos y tolerantes seremos los unos con los otros. Yo creo que la belleza va de esto, de aceptarnos y gustarnos, porque sino el espejo es demasiado pequeñito, excluye y hace sufrir”.

De ahí que su relación con Douglas haya surgido de forma casi natural. “Me parece que están apostando por resaltar lo genuino que tenemos cada uno, lo que nos hace diferentes, sin buscar extravagancias; aunque si de pronto alguien quiere hacerlo, también se verá acogido con eso. Creo que buscan ese tipo de belleza personal y armónica con la que me identifico”.

Lo cierto es que Olivia tampoco necesita muchos ornamentos para realzar su imagen. Su ritual diario se reduce a dos pasos. Primero, la limpieza: “Si he trabajado y me han puesto mucho maquillaje, uso una buena crema desmaquillante. Y si es más del día a día, siempre uso limpiadores suaves y aplico después un tónico o un sérum para preparar la piel”. Después, la hidratación: “Por la mañana uso una crema de protección solar y por la noche algo más nutritivo. Y desde hace algún tiempo también utilizo cremas para las arruguitas. En realidad, me gusta mucho ir probando y me suelo guiar por la intuición, viendo como responde la piel”.

Porque si tiene que transformarse, ella prefiere hacerlo en el teatro. «Es un lugar sagrado al que necesito volver, donde me pongo a prueba. Es como un corte de vida en el que estás en el presente absoluto, creando con todo el vértigo y la humildad que supone». Este mes estrena obra en el Teatro Victoria, Perfectos desconocidos, donde reflexiona sobre los límites de la intimidad bajo la dirección de Daniel Guzmán. Una cena de amigos que creen conocerse hasta que proponen un juego: enseñar sus teléfonos móviles.

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