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“Me preocupo mucho cuando leo mensajes de chicas de entre 12 y 16 años como ‘me quiero suicidar’ o ‘mi pareja no me valora’”

La ‘influencer’ del ‘fitness’ Patry Jordan presenta su libro ‘Yo puedo con todo’, con el que pretende acabar con las excusas para conseguir el cuerpo que cada una desee. Hablamos con ella de esfuerzo, alimentación saludable y los problemas que conlleva la exposición en las redes.

patry jordan

Patry Jordan es mucho más que una fitstagrammer, mucho más que otra chica fit. Tampoco es una gurú del fitness al uso, distante, perfecta e intocable. Patry es un torrente de energía. No solo en sus podcasts o en YouTube. En la vida real es de esas mujeres con una vitalidad contagiosa, de sonrisa sincera y verbo fácil. No es de las que busca palabras bonitas. Te habla de tú a tú, como esa amiga de toda la vida con la que no tienes que esconderte. Acaba de llegar a Madrid para promocionar su nuevo libro, Yo puedo con todo (Planeta), un compendio de su filosofía de vida: que nada te detenga para ser la mujer que quieres.

Tienes más de cuatro millones de suscriptores en tu canal de YouTube Secretos de chicas by Patry Jordan y superas los 900.000 seguidores en Instagram (@patryjordan). ¿Qué engancha de ti?
Tendrías que preguntárselo a la gente. Siempre digo que al final soy muy sencilla. Lo bueno de las redes es que han conectado a gente real con gente real. No vendo nada que no soy, soy la misma de siempre, era así con un seguidor y sigo igual ahora con un millón. Supongo que lo que engancha es eso, que soy normal.

Se ha dicho de ti que eras la réplica latina y curvilínea de Kayla Itsines, pero sin tener que pagar una cuota por acceder a tu canal.
Nunca he buscado ser algo que no soy. Me niego a ser una versión de alguien. Ni de Kayla, ni de nadie. Creo en las mujeres reales, con su delgadez o con sus curvas. Mi filosofía es: tienes que buscar ser la mejor versión de ti misma, pero no la mejor versión de algo que no eres. Si no, al final, no te vas a querer nunca.

De hecho, algunas mujeres se obsesionan con querer ser como otras a las que nos imaginan como perfectas. ¿Qué opinión te merece esto?
Siempre que esté dentro de unos parámetros de salud, perfecto. Otra cosa es por dónde vayan los cánones de belleza, que son cambiantes, no solo según las épocas. Entre un país y otro son diferentes. No es lo mismo el ideal de belleza femenina de Europa al de Latinoamérica. Lo que hay que tener muy presente a la hora de buscar esa mejor versión de ti misma es que no dejes de ser tú y que siempre te mantengas en un rango de lo saludable.

¿Eso incluye no pasar por el cirujano para modificar, aumentar o reducir?
¡No! Estoy a favor de pasar por el quirófano para arreglar aquello que te distancia de tu yo mejorado y que por la vía natural no puedes arreglar. Pero siempre para ser lo que ya eres, no para convertirte en lo que no eres.

Estoy a favor de pasar por el quirófano, pero siempre para ser lo que ya eres, no para convertirte en lo que no eres

Te refieres a lo de ir al cirujano a ponerse, por ejemplo, el culo de Kardashian o el pecho de Scarlett Johansson.
Nunca voy a cuestionar a nadie si eso le hace feliz.

¿Y eso seguiría siendo sacar lo mejor de ti?
Para ella a lo mejor sí. Que no corresponda a mis ideas no significa que esté mal. Ya está bien de censurar a otras mujeres por hacer lo que no nos gusta.

Con respecto al deporte, el mensaje para los hombres es ‘así te pondrás cachas’. Cuando se lanza un eslogan para mujeres, es ‘venga, tú puedes’. Es decir, con ellos se da por supuesto que pueden y a las mujeres parece como que hay que recordarnos que somos capaces. ¿Por qué esta manía de tutelarnos?
La sociedad nos pone límites y nosotras mismas somos las primeras en trolearnos. De ahí lo de ‘tú puedes con todo’, que es el lema de la comunidad. Yo misma me tengo que recordar muchos días cuando estoy baja de fuerzas que yo puedo con todo. Pero no es un lema mágico. Yo puedo con dedicación, yo puedo porque estoy dispuesta a trabajar para conseguirlo. No es de «espera, ya verás, te va a pasar, porque te lo mereces». Las cosas no pasan porque sí. Esto quieres, vas a trabajar para conseguirlo, vas a hacer estos cambios. «Yo puedo» es como el combustible que te recuerda que eres capaz, pero también que te has comprometido, que tienes un reto y que tienes que tirar para delante.

Apuestas por el esfuerzo, pero lo despojas de la idea de sufrimiento que solemos tener las mujeres.
Es cierto: muchas veces no disfrutamos de la vida porque nos autoexigimos demasiado. Y las mujeres estamos aún más expuestas. Asumimos responsabilidades que no nos tocan y eso nos hace sufrir. Nosotras mismas nos ponemos el listón demasiado alto. Y ya está bien, chicas, seamos realistas y querámonos más. Ponte metas alcanzables y, a partir de ahí, considéralas como un reto inamovible por el que hay que trabajar, pero dentro de unos límites asumibles. Me da igual que sea poco, mucho o muchísimo. Si te has comprometido, trabájalo.

Otro aspecto que tocas en el libro es el de la alimentación. Insistes en una nutrición sana como concepto positivo y repleto de posibilidades frente a esa idea de dieta restrictiva que atenaza a muchas mujeres con tal de no engordar.
Es que no tienes por qué sufrir con la comida, salvo que tengas un reto puntual y a corto plazo. Por ejemplo, que te vas a casar y quieres entrar en el traje o que tienes un evento, has engordado un poco y quieres perder peso para verte espléndida. Pero para la vida normal, tienes que adquirir hábitos saludables y mantenerte. De verdad, comer bien no tiene por qué ser un suplicio. Somos más las pequeñas cosas que hacemos a diario que cosas grandes de forma puntual. Bastantes cargas hay en la vida como para que la alimentación se convierta en otra losa.

Otra de las ideas que se desprende del ‘tú puedes’ es la idea de convencerte de que ‘tú vales’.
Tenemos la obsesión de creer que no valemos, que no somos guapas, que nos dicen las cosas por adularnos, pero que no son verdad. Si nos dicen «qué guapa estás», respondemos «será por el maquillaje» o «tú que me miras bien». Pero ¿por qué no creerte que sí, que eres guapa y responder con un simple «gracias»? Hay que abogar por un poco de egoísmo femenino y por ser siempre agradecida. Dedícate a ti misma, porque al final lo más importante eres tú. ¡Quiérete!

¿Te has sentido demasiado vulnerable por el hecho de estar tan expuesta en redes?
Hay momentos en que lo pasas mal. No soy rencorosa, olvido rápido, pero soy muy emocional y hay cosas que me tocan. Me han llamado altiva, cuando soy la más cercana del mundo. O gorda. Y pienso: «Qué mal lo tiene que estar pasando la gente obesa». ¿Sabes la de comentarios que recibo de chicas que sufren burlas de sus compañeras de trabajo por no tener una silueta perfecta? Es triste.

¿Tienes muchos haters?
No demasiados. Siempre acepto las críticas constructivas porque me ayudan a mejorar. Hay quienes me dicen que me han parado por la calle y no he saludado. Es mentira: soy lo que soy gracias a la gente. Jamás me voy a negar a saludar. Pero, sí, según el día, ciertos comentarios te hacen jaque mate.

¿Por qué a veces tenemos más facilidad de abrirnos a alguien que no conocemos y no con una amiga?
Me preocupa mucho. Sobre todo por las adolescentes, cuando leo mensajes de chicas de entre 12 y 16 años que están espléndidas y lloran por dentro y no han pedido ayuda. Mensajes tremendos como «me quiero suicidar», «mi pareja no me valora»… El problema es que disfrutamos más compartiendo que haciendo. Y también cuando sufres tus problemas como si fueran únicos y los más importantes del universo, pero no haces nada por solventarlos. Solo criticas a los demás porque son más felices que tú. Soy la fan número uno de las mujeres, pero tengo un dilema con el trato que nos damos entre nosotras. Nos quejamos mucho, pero no cambiamos nada. Cuando lanzo este mensaje, me dicen que por qué voy en contra de las mujeres. No puedes seguir criticando a las demás. No te quejes si no haces nada por cambiar, porque lo único que haces es intoxicar.

Me preocupo mucho cuando leo los mensajes de chicas de entre 12 y 16 años como ‘me quiero suicidar’

En 2019, con las redes sociales en ebullición, ¿era necesario un libro?
He tardado en tomar la decisión, pero al final lo hemos visto útil. No solo para la mujer que empieza, sino para tener de consulta cuando te da el bajón. O para esas mujeres que siempre quieren empezar y no empiezan.

El libro consta de varias partes: hay consejos de ánimo para ponerte a cambiar, pautas de alimentación y, cómo no, ejercicios.
Es que hay que incorporar el deporte sí o sí. Propongo movimientos fáciles de ejecutar, pero con un giro en base a la movilidad, por ejemplo, zancadas con movimientos laterales. Te ayudan a conocer tu cuerpo y todo su rango de movimiento.

Estamos a principios de abril y en nada muchas personas se plantearán comenzar la dichosa operación biquini. ¿Qué consejos nos das?
Que no lo aplacen. Que no lo dejen para el lunes, que no esperen al 31, que empiecen hoy aunque no sea de la mejor manera. El momento adecuado nunca llega, hay que coger el control y a partir de ahí, empezar. Que luego quiero añadir cosas, las añado. Ponte un objetivo y ve a por él. Que sea simple, controlable. Irás pasando niveles. No te vuelvas loca: como mucho tienes que perder un kilo por semana, es lo recomendable por salud, y eso que no me gusta dar referencias de kilos porque la báscula es traicionera. Y más con las mujeres, que tenemos más oscilaciones de peso según el ciclo menstrual. Mi consejo para ver que vas por buen camino es olvidarse de la báscula y comprobar los avances con la cinturilla del pantalón. Si cada semana aprieta menos, vas por buen camino.

Por cierto, ¿cuándo acaba la operación biquini?
Para muchas mujeres se acaba en cuanto empieza el calor y se ponen el traje de baño. Abandonan los buenos propósitos, aunque se hayan quedado a medio camino. Para lograr la mejor versión de ti misma no podemos ir con estrategias temporales. Hay que aprender a gestionar las emociones a largo plazo.

E incluir el deporte y no obsesionarse con una dieta muy restrictiva.
Es que el deporte no solo te sirve para eliminar grasa. Te ayuda a ganar músculo y el músculo moldea, te deja buen cuerpo y ocupa menos. Ese miedo de las mujeres de trabajar la fuerza es erróneo. Si tú les preguntas a muchas mujeres por qué hacen deporte es probable que te digan que para adelgazar. Pocas te dirán que para estar bien, por salud, para tener más energía, para estar más feliz, para tolerar más el dolor.. ¡Si es que con un poco de deporte nos podemos hacer invencibles!

Y se tiene mejor sexo.
Pues también (risas). ¡Lo ves, si es que son todo cosas buenas!

Para concluir: un mensaje que podamos tatuarnos mentalmente.
Mi lema es que no pases más de dos días sin hacer ejercicio; no mantengas la queja más de dos segundos; si no tienes tiempo, al menos haz una rutina corta de 10 a 15 minutos; muévete a lo largo del día y come lo mejor que puedas. ¿Quién no puede hacer esto?

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