_
_
_
_
_

Los esmaltes permanentes son peligrosos (lo dice la Academia Española de Dermatología)

Los expertos explican que el mal uso de los acrilatos que contienen estos productos, sobre todo en el caso de los kits caseros, están conduciendo a reacciones de dermatitis alérgica de contacto.

El problema está en el uso de los acrilatos, sustancias químicas derivadas del petróleo, que pueden provocar dermatitis y otros problemas en la web.
El problema está en el uso de los acrilatos, sustancias químicas derivadas del petróleo, que pueden provocar dermatitis y otros problemas en la web.Getty

No son casos aislados, sino que los dermatólogos hablan casi de una epidemia a nivel global: cada vez llegan más personas a sus consultas con reacciones de dermatitis alérgicas. ¿El motivo? Parece estar en el uso, o mejor dicho, en el mal uso de esmaltes permanentes, uñas de gel, pestañas postizas o extensiones. En concreto, la clave está en uno de los componentes de estos productos, los acrilatos, sustancias químicas derivadas del petróleo.

Como explica Mª Elena Gatica, miembro del Grupo Español de Investigación de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea en la AEDV, “los acrilatos son materiales sumamente versátiles y tienen innumerables aplicaciones. Sin embargo, desgraciadamente, también son sustancias capaces de causar sensibilización con alta frecuencia por lo que su uso debería reservarse a algunos fines muy concretos y bien justificados”.

No se trata por tanto de alertar del uso de los acrilatos, que de hecho se utilizan en productos sanitarios como los empastes blancos, el cemento de las prótesis ortopédicas, esparadrapos, pegamentos quirúrgicos, lentes de contacto, audífonos y otros muchos dispositivos. La cuestión es que, según la experta “el sector de la estética no se está haciendo un buen uso de los acrilatos”.  Y de ahí deriva la alerta sanitaria.

Las implicaciones en la piel

Desde la AEDV insisten en que la exposición a acrilatos utilizados para otras finalidades podría derivar en dermatitis de contacto a pegamentos. Como ejemplo, los expertos aclaran que la sensibilización al pegamento de las pestañas postizas puede provocar alergias a otros productos como los pegamentos quirúrgicos, los adhesivos médicos o los cementos utilizados en odontología y traumatología. Todo ello supondría un problema añadido ante un futuro problema de salud.

Ante la aparición de estos síntomas, Tatiana Sanz, miembro del mismo Grupo de Trabajo de la a Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explica que lo habitual es “iniciar una investigación para detectar la fuente de sensibilización y los productos que puedan contenerlo. Identificarlo nos permite informar al paciente y que éste evite el contacto con dicho alérgeno y aquellos asociados por una reacción cruzada. Esta es la única manera de prevenir nuevos brotes de dermatitis por contacto”.

Por último, respecto a cómo se abordan estos casos, Mª Antonia Pastor aporta que “el tratamiento básico en los casos de dermatitis alérgicas de contacto pasa por evitar la exposición al alérgeno.”, que obviamente sería una parte fundamental. Para aliviar la sintomatología “se indican corticoides tópicos y/o orales según el caso, que sirven como complemento a la evitación del alérgeno, pero no la sustituyen”.  Sin embargo, como se suele decir, es mejor prevenir que curar, para lo que en todo caso se aconseja utilizar guantes especiales (tipo 4H o doble guante de nitrilo o guantes de nitrilo grueso en periodos cortos de tiempo) para estar en contacto con estos materiales, recordando que no sirven los clásicos guantes de goma o látex, pues los acrilatos pueden penetrar a través de estos.

En concreto, los dermatólogos españoles han percibido un aumento en el diagnóstico de la dermatitis alérgica por contacto tanto en profesionales como en usuarias. Es por ello que desde la (AEDV) han pedido a la Administración que tome medidas y se realice una mejor regulación de estos productos.

Según la experta, los principales problemas radican en que falla la “formación en los riesgos y en las medidas de protección de las esteticistas que los realizan”, aunque también afirman que “existe una mínima información disponible para las usuarias sobre el riesgo y consecuencias que estas sustancias conllevan”. Es por ello que lo ideal sería tomar medidas como “cursos acreditados de formación en riesgos laborales a las esteticistas, inspecciones en los establecimientos para controlar que se cumplan las medidas de protección y el mantenimiento técnico de las lámparas; además de documentos de consentimiento informado para las usuarias”.

Mientras tanto, la forma de saber si se está haciendo o no un buen uso de estos productos, según Mª Elena Gatica sería es fijarse en si la esteticista está adecuadamente protegida con guantes y mascarilla. “Esto es signo de que conoce el riesgo de sensibilización que implica el contacto directo del esmalte fresco con la piel.”  Asimismo, es importante que en la mesa de trabajo no estén móviles, ni comidas, ni bebidas, ya que “podrían contaminarse con acrilatos, y luego al tocarlos sin guantes o llevarlos a la cara entrarían en contacto con la piel”. En este sentido la clave es tener en cuenta que  “una esteticista conocedora de los riesgos, se protegerá a sí misma y a sus clientas”.

Kits caseros

Otra de las cuestiones que más preocupa son los kits caseros, ya que si bien en las clínicas el personal puede estar formado y tomar las medidas pertinentes para el buen uso de estos productos, la cosa se complica cuando los aplicamos en casa. A este respecto, Mª Antonia Pastor, también miembro de miembro del Grupo Español de Investigación de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea en la AEDV , apunta que “el consumidor puede adquirir estos equipos libremente, sin restricciones, y a un precio muy bajo, en distintos comercios o por internet, lo cual le podría dar una falsa sensación de seguridad e inocuidad. La realidad, sin embargo, es bien distinta”.

De hecho, el riesgo de dermatitis es mayor en estos casos, precisamente por el desconocimiento. “Además, el procedimiento de aplicarlo a uno mismo suele ser más difícil y engorroso, por lo que en este contexto es más frecuente el contacto accidental del esmalte fresco con la piel, lo que aumentaría las posibilidades de sensibilización”, insiste la dermatóloga.  Igualmente, la otra cuestión a tener en cuenta es que en casa es más fácil que se contaminen otros productos y que se vean afectados otros miembros de la familia, incluidos los niños.

Para tener claro cuáles son las consecuencias del mal uso de estos productos, el primer paso es saber identificar este tipo de dermatitis de contacto, que según las expertas es especialmente característica. Consiste en una erupción muy pruriginosa localizada en la zona de contacto con el agente responsable, en forma de áreas enrojecidas con pequeñas vesículas o bien, en forma de zonas secas, fisuradas y descamativas.

Estos síntomas suelen presentarse de forma diferente según la exposición que se haya tenido a los acrilatos. Es por ello que las dermatólogas apuntan a que en el caso de los esmaltes permanentes, las esteticistas suelen presentar las lesiones en las yemas de los tres primeros dedos de las manos, sobre todo en la mano dominante. En el caso de las usuarias, las lesiones tienden a localizarse en la piel de alrededor de las uñas.  Por último, en el caso de las usuarias de los kits caseros, lo común es que las lesiones sean más parecidas a las de las esteticistas, aunque también pueden presentar cuadros mixtos. En muchas ocasiones las lesiones de la piel se asocian a alteraciones de la tabla de la uña y síntomas de hormigueo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_