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¿Ligar? El nuevo ‘boom’ son las ‘apps’ para encontrar amigos en la soledad ‘millennial’

Con las aplicaciones de citas cada vez más extendidas, la tendencia por encontrar nuevas relaciones fuera del ámbito de la pareja gana adeptos dentro de una generación que se reconoce sola y deprimida en un 86%.

“Tener muchos seguidores o estar rodeado de mucha gente no es suficiente para no sentirse solo. Por lo general, esas conexiones exclusivas de redes sociales son banales, superficiales y de poco contenido. Las relaciones líquidas de las que habla Bauman”.
“Tener muchos seguidores o estar rodeado de mucha gente no es suficiente para no sentirse solo. Por lo general, esas conexiones exclusivas de redes sociales son banales, superficiales y de poco contenido. Las relaciones líquidas de las que habla Bauman”.Getty (Getty Images)

Ritmos de vida ajetreados que, paradójicamente, nos hacen sentir cada vez más solos. Los jóvenes de 18 a 34 años son el grupo de edad más conectado, pero también el que más experimenta la soledad. El 27% de ellos dice encontrarse así “la mayor parte del tiempo, recogía un estudio de AXA PPP en 2014. La forma de relacionarse ha cambiado para siempre con el 2.0, se ha multiplicado. Aunque eso no se traduce por una mejora, las redes sociales pueden acentuar esa sensación de soledad y provocar ansiedad. En este contexto en el que hiperconexión y aislamiento conviven, crece el uso de aplicaciones destinadas a conocer gente con la que relacionarse en la vida real. El problema de internet es que solo activa alguno de los sentidos. No permite tocar, mirar cara a cara, olerUna gran parte de la comunicación (la mayoría) se da así, de forma no verbal. Somos animales sociales, en ese sentido, internet nos limita, explica Guillermo Fouce, Doctor en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, a S Moda

Desde que Tinder fuera creada en 2012, la visión de las plataformas destinadas al datingse ha transformado. El estigma cuando dos personas cuentan que se ha conocido a través de ellas ha disminuido y los estudios apuntan a que esta es la manera definitiva en que se formarán las parejas en el futuro (en 2031 más del 50% de ellas se habrán conocido online, según eHarmony). Hasta Facebook acaba de anunciar que va a incluir una opción de búsqueda de pareja dentro de la red social. Una normalización que se extiende ahora al plano de la amistad. Los usuarios de la aplicación empezaron a solicitar la posibilidad de conservarla aunque ya tuvieran una relación de pareja porque habían encontrado amigos en ella, explican en la web de Bumble, la app de citas en la que las mujeres deben dar el primer paso para entablar conversación, que acaba de llegar a España. De esa necesidad nació una opción dentro de la misma para conseguir, exclusivamente, amistad (Bumble BFF).

 No se trata de otras versiones de Facebook o Instagram en las que seguir gente e intercambiar comentarios y me gusta, van más allá de ello y buscan la relación y el encuentro real. Tener muchos seguidores o estar rodeado de mucha gente no es suficiente para no sentirse solo. Por lo general, esas conexiones exclusivas de redes sociales son banales, superficiales y de poco contenido. Las relaciones líquidas de las que habla Bauman, apunta Fouce. Cuando hablamos de amistad nos referimos a vínculos sólidos, son estos los que, como explica el psicólogo, no nos hacen sentir solos. Buscamos relaciones de calidad en las que la calidez es la clave.

Conocer gente cuando te acabas de mudar a una ciudad nueva, buscar personas con intereses comunes a los tuyos con los que hacer planes o, simplemente, compartir ese tiempo libre que escasea cada vez más con alguien que te llene y en un escenario real –una de cada tres personas tiene menos de diez horas de tiempo de ocio por semana, afirma un estudio de Beko–. Son algunas de las opciones que proponen las diferentes aplicaciones surgidas para que los adultos recuperen la habilidad de hacer amigos que, como decía la psicóloga Nayara Malnero en un artículo a S Moda, para los niños es más fácil porque en el parque hay juegos en los que compartir espacios o materiales, porque en el colegio les colocan en grupos o parejas para hacer las tareas, o porque romper el hielo les resulta muy natural con cualquier excusa. ¿Pero por qué no tomar esta sabiduría infantil para nosotros?. Para ello recomendaba apuntarse a actividades en las que participe un grupo de personas. 

Meetup, una de las pioneras que cuenta ya con una comunidad de más de 20 millones de usuarios, lo hace así. Se encarga de aunar eventos y actividades por zona e intereses de manera que, al acceder, puedes ver próximos encuentros a tu alrededor o buscar qué hacer en relación a una temática o grupo de interés (baile, cine, libros, LGTBIQ, manualidades, gastronomía), recogen más de 500 mil planes al mes. Y un modus operandi similar usa Citysocializer, de momento solo presente en Reino Unido y Estados Unidos.Pero la tendencia es reconvertir o copiar el formato citas para conseguir amigos: apps en las que deslizas sí’ o no según te interese el perfil de la persona. Bumble BFF, por ejemplo, te permite usar el mismo perfil que ya usas en su apartado de citas y estar presente en ambas opciones a la vez, pero solo podrás entablar amistad con personas de tu mismo sexo. Hey! VINA, creada en 2015, está dirigida exclusivamente a mujeres y pone a prueba gustos e intereses con tests cuyos resultados son visibles en el perfil para comprobar compatibilidad. Friender pasa por ti un primer filtro y te permite interactuar solo con personas que tengan los mismos intereses que tú hayas seleccionado y Patook se toma muy en serio el solo amigos, la aplicación es capaz de detectar si en la conversación hay coqueteo y, si es así, bloquea al usuario.

 Como pasa con el resto de redes sociales, la clave para que funcionen de manera efectiva y no contribuyan más al aislamiento está en el uso que se les de. Si se usan bien sirven para acceder a información o para conectar con gente en la distancia y romper barreras. Si se hace mal y se abusa de ellas, el instrumento se convierte en el centro, el recurso en lo principal y entonces sí puede darse esa situación ilusoria de estar relacionado pero seguir sintiéndose solo, explica Guillermo Fouce.

La soledad se ha convertido en un asunto de debate nacional, Reino Unido nombraba a principios de años a una Secretaria de Estado, Tracey Couch, en esta materia. Y estudios como el de Gumtree en 2011 alertan desde hace tiempo de su crecimiento y consecuencias entre las generaciones más jóvenes -el 86% de los millennialsse han sentido solos y deprimidos-. El incremento de la vida en conexión pero desconectada y afirmaciones como las del arquitecto Patrik Schumacher, que asegura que los millennialsya ni siquiera necesitan un salón, sino habitaciones más pequeñas que (claro, más asequibles) no hacen sino contribuir al aislamiento, no pintan un panorama demasiado optimista. ¿Marcarán las aplicaciones para hacer amigos un punto de inflexión en esta tendencia? De momento están contribuyendo a romper el tabú cuando hablamos de sentirnos solos.

 

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