Deseo que huela como ese cielo azul que solo se ve en sueños». Con estas palabras, Marc Jacobs encargó al perfumista Alberto Morillas Daisy Dream, un jugo basado en la frescura de las glicinias, unas flores muy comunes en Japón. La fragancia supone un punto y aparte en la saga Daisy; es la séptima de esta familia, pero al contrario que sus predecesoras, no se basa en la violeta. Sí conserva el nombre y la estética de la familia: el frasco está trufado de margaritas, «el símbolo de la inocencia juvenil», según el diseñador. Cientos de estas flores decoraron el estudio neoyorquino Dia Centre for Arts, donde se presentó el aroma el pasado mes de mayo.

Tras la cámara. Aunque ha sido imagen de muchas de sus campañas, Sofia Coppola se encarga por primera vez de dirigir el anuncio. «La estética juguetona de Las vírgenes suicidas fue el punto de partida. Siempre me ha atraído esa mujer: joven y de look romántico. Daisy Dream me recuerda a ellas», admite a S Moda. Acompañada por Juergen Teller, fotógrafo de cabecera de Jacobs, Coppola se trasladó a Bavaria. «Allí se encuentran los bosques más bonitos del mundo, perfectos para evocar recuerdos», afirma. Y añade: «Me encantan los spots, me permiten experimentar».