“Que un espejo, una silla y una mesa sean tu universo”. De esta manera, la facialista Mariona Vilanova (Girona, 43 años) reivindica el tocador como un espacio propio dentro del hogar donde dedicarse tiempo a una misma. “La estética terapéutica te cambia el humor, te vuelve más ordenada y aumenta la autoestima. Haces un paréntesis del día, sigues un ritual como una meditación y conectas contigo misma”, asegura la experta, que comenzó con el masaje ancestral japonés kobido y ha continuado formándose en diferentes disciplinas de masaje facial como la Sculptural Face Lifting del israelí Yakov Gershkovich o el drenaje linfático manual.
Guiada por la necesidad de trasmitir los beneficios del autocuidado, por rodearse de belleza y por una curiosidad innata por aprender cosas nuevas, hace cuatro años creó su primera herramienta para trabajar. Entonces investigaba sobre el cupping, técnica de succión con ventosas que activa el sistema linfático. “Me compré una ventosa por internet, pero era fea, de cristal y no me gustaba al contacto. Le dije a una amiga ceramista que cambiáramos el cristal por la porcelana y estuvimos seis meses haciendo pruebas hasta que salió The Lifting Cup”, dice. Comenzó a tratar a sus clientas con ella y entusiasmada por el resultado que lograba en sus rostros probó en su propia piel el mismo ritual. “¡Descubrí que era la bomba!”, exclama riendo. Su clientela aumentaba de tal manera que no daba abasto y le encargó a un ceramista local unos moldes para crear sus ventosas, vendérselas a sus clientas para que pudieran hacer con ellas mantenimiento y así espaciar sus citas. Este fue el inicio de sus joyas de tocador y de los tutoriales en los que enseña a usarlas. Desde entonces, todas las lifting cups que vende a través de su web, marionavilanova.com (a partir de 125 euros), y que envía con frecuencia a Estados Unidos, Suiza, Alemania o Francia, las cuece el artesano Pau Costa, una a una, en su pequeño taller de cerámica del Maresme (Barcelona).
Foto: Sergi Alberti
Mariona Vilanova también imparte cursos, organiza retiros de belleza y crea rituales para marcas. Con esa última intención contactó con ella la firma española de cosmética orgánica Sublime Oils, pero ella les respondió creando una joya de tocador para usar con sus productos. “Hicimos un Gua Sha, un instrumento ancestral de la medicina china con el que frotaban la piel para liberar toxinas”, cuenta. Se inclinó por la porcelana y confió en las ceramistas Berna y Núria para que las hicieran en su taller de Tarragona. Estas piezas de artesanía únicas que estimulan la circulación de la piel y mitiga líneas de expresión se llaman The Porcelain Skin Jewel y cuestan 110 euros.
Su siguiente joya fue un cepillo para dar masajes. “Descubrí que los de pelo de cabra se usaban en seco y creé un ritual para ellos que consiste en un cepillado a nivel del sistema linfático que descongestiona las bolsas de debajo de los ojos, activa la circulación y da mucha luminosidad”, asegura. Al principio vendía unos suecos, pero persiguiendo su sueño de que todo fuera local, encontró un fabricante español que utiliza maderas de árboles caídos, sin maltrato animal ni productos químicos y los vende a 64 euros la pareja.
Foto: Sergi Alberti
La última joya que ha sacado se llama The Aura Wand y la diseñó en colaboración con la artista Valeria Vasi. “Está inspirada en una antigua herramienta del ayurveda para dar masajes corporales y he intentado mejorarla haciéndola más esférica para que quepa mejor en el óvalo del ojo”, describe. El mayor desafío para crearla fue dar con un artesano del bronce en España. “Encontramos una fundición en Asturias dedicada al arte litúrgico y la realización de piezas para artistas. Y en Valencia un carpintero que talló el mango central en madera de haya y pintó una a una con barniz natural”, afirma. La primera edición limitada era de 99 piezas y en dos meses sacará otra. Como el resto de joyas de tocador, se envía con un vídeo tutorial donde Mariona enseña el ritual que ha creado específicamente para su uso. “Son rituales que he experimentado en cabina y después he simplificado para que sea fácil y efectivo de hacer en casa”, dice. Además, la música que los acompaña también la crea ella en colaboración con su pareja. No hay un detalle que se le escape a esta mujer que no concibe la vida sin compartir la belleza.
Foto: Sergi Alberti
Foto: Sergi Alberti
Foto: Sergi Alberti

A cambio de la creación de la joya The Porcelain Skin para la marca Sublime Oils, esta empresa de cosmética orgánica española formuló para Mariona Vilanova un aceite antioxidante y reafirmante para todo tipo de piel. “Lo pedí así y es el complemento idóneo para usar mis joyas”, cuenta. Foto: Plató S Moda
Foto: Noemí Elías Bascuñana