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La cosmética más dulce

El azúcar, esa tentación, arrastra una mala reputación. Como activo en cremas es capaz de reducir las arrugas y de corregir la tez apagada. En la dieta es vital y en el maquillaje, los colores dulces rejuvenecen.

Cosmética dulce

01. Cremas «dulces» para aportar luz y borrar arrugas

El azúcar es muy útil en cosmética. De hecho, es un elemento común en la depilación con cera o en los peelings en cabina. También es uno de los componentes de los productos de autobronceado. Para los laboratorios se ha convertido, además, en un elemento clave en la lucha contra el envejecimiento. De ahí que varias líneas antiedad lo incorporen.

– Que la cosmética salve a los glicanos. El reciente lanzamiento de la línea antiedad Forever Youth Liberator de YSL ha desviado la atención cosmética hacia unas sustancias que hasta ahora habían pasado desapercibidas: los glicanos. El catedrático Peter H. Seeberger, experto en glicociencias del Max Planck Institute de Potsdam en Alemania, resume la importancia de estas cadenas sacarídicas: «Están presentes en la superficie de las células y resultan indispensables para su conexión. Gracias a sus antenas, actúan como unas llaves capaces de abrir las células y de asegurar la transmisión de los mensajes regenerativos de forma adecuada». Con el paso del tiempo, su actividad va disminuyendo. Resultado: la piel se arruga y pierde vitalidad. Para que esto no ocurra Yves Saint Laurent ha creado el glycanactif, un principio activo capaz de despertar la actividad de los glicanos. Otras firmas, como Innéov, han dado con su propia fórmula. Se trata de encontrar activos capaces de imitar la acción de estos azúcares.

– Unos antepasados llamados GAG y AHA. El papel del azúcar en el proceso del envejecimiento no es nuevo. Previamente, los aficionados a leer los prospectos se habían familiarizado con los glicosaminoglicanos –conocidos como GAG–, unas cadenas de polisacáridos. El azúcar, extraído de frutas o de vegetales como el maíz, también figura en la lista de ingredientes de los tratamientos de hidratación; y el ácido glicólico, el más pequeño de todos los AHA, ha demostrado ser una de las herramientas más directas para proporcionar luminosidad en el rostro.

02. Labios piruleta y coloretes glasés

– El brillo es la estrella. Las paletas de maquillaje del próximo otoño-invierno suman calorías. El tocador corre el riesgo de convertirse en un quiosco de chucherías. Sombras de ojos de texturas escarchadas, mejillas sonrojadas con un brochazo de colorete glasé, labios sellados por un delicado barniz de efecto piruleta… «Este año triunfan los labios acaramelados. Se trata de imitar el efecto que deja una piruleta roja», explica Gato, maquillador oficial de Maybelline NY. Para conseguirlo basta con aplicar uno de los nuevos gloss-tintes y extenderlo con el dedo. La buena noticia: duran más que la media. Los expertos apuestan por los tonos chocolates, los triunfadores de esta temporada. «En los ojos y los pómulos el protagonismo será de los pigmentos ácidos. Para lograr un resultado infantil se pueden combinar las texturas mate en los ojos y satinadas en los pómulos o viceversa», detalla el maquillador. En cuanto a los colores de las lacas de uñas, más de lo mismo. Con una diferencia respecto a la temporada pasada; el rey absoluto será el top coat. La razón: viste y transforma cualquier laca; se aplica como capa final y crea craquelados.

03. Los músculos también se alimentan: necesitan glucosa

– Una receta milenaria con fundamento. El vaso de agua con azúcar para acabar con las agujetas es un clásico. Pero tiene su base científica. Esas molestias, que responden a la rotura de fibras producidas cuando se hace ejercicio y no se dispone de reservas de glucógeno en los músculos, podrían evitarse con los niveles de glucosa adecuados. «Los preparados de glucosa, fructosa o maltodextrinas que se recomiendan tras los entrenamientos largos son azúcares simples y vienen muy bien», explica Mireia Quijada, especialista en Nutrición Deportiva de los centros DIR de Barcelona. Los beneficios del azúcar, entre las cuatro paredes del gimnasio, son indiscutibles. «Potencia la hidratación, disminuye la fatiga y aumenta el rendimiento. Sin glucosa, los músculos no pueden arrancar durante los primeros minutos de actividad y no hay que olvidar que estos queman la glucosa para convertirla en energía», añade la experta. En el caso de entrenamientos de más de 60 minutos, la ingesta de azúcar es obligatoria. También en actividades de alta intensidad como el spinning o de gran carga muscular como la halterofilia.

– Diez cucharaditas.
¿Y si no se hace deporte? Estamos «autorizados» a tomar entre seis y 15 cucharaditas de azúcar por día, dependiendo del sexo, peso y los niveles de actividad. Un ejemplo: una mujer de 60 kilos y con una vida sedentaria no debería pasar de ocho. Pero ojo, el «azúcar encubierto» existe: una lata de refresco contiene hasta el equivalente a nueve cucharaditas.

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