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Hacer gel desinfectante de manos casero puede ser peligroso

Las redes se han llenado de tutoriales para crear tu propio desinfectante, incluso usando la Thermomix. Hablamos con expertos que lo desaconsejan por las posibles irritaciones y la ineficacia del producto casero frente a los virus

El gel desinfectante casero puede tener efectos no deseados.
El gel desinfectante casero puede tener efectos no deseados.getty
Javier Caballero

Ante la escasez de geles hidroalcohólicos en las estanterías de los supermercados y en las farmacias y su constante subida de precio (en Amazon ha aumentado el coste de algunos hasta un 660%) por el miedo al coronavirus, la red se ha llenado de tutoriales para fabricarlos en casa. No solo lo comparten blogueros y youtubers. Algunos medios de información profesionales se hacen eco de estas recetas, la mayoría sin advertir de los riesgos que pueden suponer.

Pero igual que ante los gigantescos avances de la ciencia se dice que el hombre no puede jugar a ser Dios, tampoco debería jugar a ser químico. «La formulación de estos productos sanitarios no solo es compleja. Deben demostrar mediante el ensayo de eficacia correspondiente de acuerdo con las normas UNE-EN que poseen cualidades biocidas (mata o detiene el desarrollo de organismos vivos) como bactericida, fungicida, virucida, etcétera», sentencia Laura Bey, química orgánica.

Llamaba la atención sobre este tema recientemente la también química y divulgadora científica Déborah García Bello, más conocida en redes como Deborahciencia. «Es una irresponsabilidad compartir recetas para fabricar gel desinfectante», avisaba en Twitter.

Una de las recetas más compartidas es la que publica en su página la Organización Mundial de la Salud (OMS). Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y cofundadora de Laghum Cosmetics, aclara a quién va destinada. «Está dirigida a profesionales, o bien químicos formuladores o bien farmacéuticos. No es una receta casera. Yo, que me dedico a la venta de este tipo de productos, pero no dispongo de laboratorio, no me atrevería a hacerla».

El farmacéutico Sergio Matos, del grupo Marta Masi, se refiere a algunos de sus ingredientes, imposibles de comprar en el canal comercial. «El agua oxigenada que menciona la OMS está al 3%. La que se vende en farmacia suele estar al 5%, habría que rebajarla. Pasar las medidas de un laboratorio al terreno casero, con cucharadas en lugar de probetas, no funciona».

Después, el profesional sigue con los riesgos del resto del listado. «En un laboratorio, tienes que apuntar el lote, el origen, para poder seguir la trazabilidad y si hay un problema saber de dónde ha venido. Con el producto que has adquirido en la calle, no sucede así». También destaca la posible erosión de estos ingredientes una vez se abren. «La glicerina líquida, si no lleva conservantes, se puede contaminar una vez abierta, y ya no resulta útil».

Algunas recetas, para lograr una textura de gel, añaden a la fórmula aloe vera. Tampoco parece una buena idea. «Si se extrae directamente de la hoja, sirve para aliviar quemaduras y como hidratante. Una vez fuera, su estado comienza a deteriorarse», explica Matos. Deborahciencia, en su artículo sobre el tema para La Sexta, señala además que pueden crecer microbios no deseados. «Sin las condiciones de higiene de un laboratorio, es un nido de bacterias», escribe.

Tanto Escalante como Matos y Bey coinciden en la relevancia de los utensilios necesarios para realizar la fórmula. «Los químicos y farmacéuticos disponen de pipetas, probetas y balanzas de precisión. Estas herramientas dan medidas muy exactas de los compuestos. La Thermomix pesa, sí, pero cuentan con un margen de error que no permite la rigurosidad de porcentajes que exigen las fórmulas», explica la primera. Sobre esto, Bey destaca: «Si bien añadir ciertas materias primas en exceso puede ser contraproducente, hacerlo en defecto puede dar como resultado una mezcla incierta de reactivos sin propiedades biocidas alguna». Es decir, no tendría ningún efecto adverso, pero tampoco utilidad alguna.

Matos se refiere también al material de los recipientes. «Si se mezclan los ingredientes en un artilugio de acero inoxidable o de vidrio, se puede alterar el producto en contacto con la superficie. También importa que estén esterilizados, cosa que no sucede en el terreno doméstico». Escalante insiste: «Por muy limpio e higiénico que seas, no están desinfectados». Lo mismo ocurre con los cubiertos y otras herramientas que se pueden usar para las medidas. Y resume: «No contamos con las condiciones antisépticas que se necesitan para hacer la fórmula».

Agua y jabón, consejo profesional

Las consecuencias en la piel de estos geles caseros pueden revestir gravedad. Elia Róo, dermatóloga de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y con clínica propia, advierte de algunas. «Puede desembocar en una dermatitis irritante o un eccema. Incluso, si se altera de manera exagerada, lo mismo no coges coronavirus, pero sí otras infecciones».

Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud en Madrid, lo explica. «Si compras alcohol para desinfectar heridas, está destinado a ese uso y no a tratar la piel. Suele ser muy secante, y disminuir la barrera protectora que da lugar a la entrada de patógenos».

La recomendación de la OMS para evitar la propagación del virus es, ante todo, lavarse las manos con agua y jabón. El proceso debe durar no menos de 20 segundos y seguir las pautas marcadas por la institución. A saber: frotar palma contra palma, palma de una mano contra el dorso de la otra, entrelazar dedos, hacer especial hincapié en los pulgares y friccionar las yemas contra los pulgares.

«Estos dos productos nunca van a faltar en casa», tranquiliza la doctora Róo. Llevar siempre encima el gel desinfectante sirve, según consejo profesional, para aquellas ocasiones en las que no se disponga de agua limpia y jabón. Como la doctora bromea: «Muchas personas nunca se han lavado las manos después de ir al baño y ahora quieren desinfectarlas constantemente. Lo que deben establecer es la rutina de abrir el grifo y limpiarse».

A la hora de decantarse por cuál comprar, los expertos avisan: mejor uno específico. «Los geles que encontramos en los supermercados tienen un nivel más bien cosmético, pero no matan virus ni bacterias, solo higienizan», apunta Escalante. El doctor Pedraz apuesta por los geles desinfectantes para manos, que debe estar indicado en el bote. «Previenen contra determinadas infecciones. No específicamente contra el coronavirus, pero se entiende que, si acaba con otros microbios, protegerá contra el coronavirus».

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