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Cómo usar el hielo para tener buena cara: rostro más firme sin gastar un euro en cremas

Los efectos no son permanentes, pero sirven como cura de emergencia para borrar las bolsas de los ojos, suavizar rojeces o dar luminosidad a la piel.

El hielo, ese viejo truco que hace milagros en la piel.
El hielo, ese viejo truco que hace milagros en la piel.Getty (Getty Images/Image Source)

El secreto para tener buena cara en cuestión de segundos es tan simple como coger un hielo, envolverlo en una muselina y aplicarlo sobre el rostro a toquecitos. “Empieza aplicándolo en la barbilla. Aguanta un par de segundos en cada punto y ve desplazándolo poco a poco hacia las mejillas, las sienes y los ojos”, explica la maquilladora Lisa Eldridge en un vídeo tutorial en Youtube donde ella misma se aplica un hielo sobre la cara.

Aunque ella misma confiesa que hay truco, porque va maquillada, reconoce que es una estrategia que usa habitualmente con sus famosas clientas. Desde modelos que llegan con jetlag a un shooting a las que la víspera tuvieron noche toledana. “Los efectos son especialmente notables en el contorno de ojos en esos días en que están hinchados porque has llorado, has bebido o te has pasado con la sal en las comidas. El frío provoca una contracción inmediata de los capilares. Eso genera un efecto succión y todo el exceso de líquidos y productos de desecho que se acumulaba bajo la piel se va hacia el interior, donde la linfa se encarga de su eliminación”.

Té verde contra las bolsas

Si tu abuela siempre te ha aconsejado ponerte rodajas de pepino frías para espabilar la mirada, esta maquilladora sugiere hacer cubitos de té verde helado para descongestionar bolsas. “Va mejor incluso que lo de ponernos bolsas de té negro. Simplemente, porque los taninos del té negro pueden pigmentar la piel. Con el té verde eso no pasa”, apunta. Y nadie quiere oscurecer las ojeras por quitarse unas bolsas.

En realidad, esta estrategia digna de abuela cebolleta viene a ser la versión de andar por casa de los míticos cubitos Eye Express Radiance de Anne Semonin. Solo que en vez de agua del grifo llevan agua de manantial de origen marino, rica en sales minerales, para remineralizar la epidermis. Y activos como el gigko biloba o el alga roja, que tensan la piel y descongestionan. Eso sí, su precio los convierte en objeto de lujo.

Algo similar pasa con Ice Therapy de Jalue Skincare, un cucurucho de silicona que se rellena con concentrados herbales previamente infusionados, se congela y cada día se aplica en forma de roll on sobre la piel. También tiene su versión DIY: haces tu propia infusión y la viertes en un molde cilíndrico de silicona fácil de encontrar en cualquier tienda de productos de cocina.

Para iluminar, ponle perejil

La frase podría firmarla Arguiñano, pero sigue siendo un consejo más de Elridge, autora, por ejemplo, del maquillaje de Dua Lipa en la fiesta de Elton John en los Oscars. ¿Qué quieres darle un plus antioxidante a tus mejillas? Pásate un cubito de agua con limón. ¿Sientes la piel irritada por la mascarilla? Cubito de hielo con agua de rosas. ¿Buscas quitarte la cara de acelga y tener un rostro luminoso en un abrir y cerra de ojos? Ponle perejil. “Perfecto para esas personas con la piel apagada o que se levantan con un tono verdoso o grisáceo por la mañana”, añade.

En lo del pepino coincide con tu abuela: es buena idea, tanto mejor si en vez de aplicarlo simplemente fresco, congelas trozos de pepino dentro del cubito. Que, por cierto, como ella misma apunta, quedan ideales y súper instagrameables.

Pepino o cuchara en vez de concealer

Si no te apetece andar trasteando con la cubitera del hielo, Eldridge también da sus bendiciones a ponerte directamente la rodaja de pepino sobre las ojeras, fría del refrigerador o congelada. O unos parches antiojeras previamente refrigerados. “Déjalos puestos mientras vas maquillándote los ojos. Luego, los retiras, limpias el exceso de producto y ya puedes maquillar la zona de la ojera y las bolsas, que habrá quedado lisa e iluminada”, señala la neozelandesa.

Otra forma casera de suavizar las bolsas es ponerte encima una cuchara refrigerada. “Iremos haciendo un masaje drenante desde la zona más próxima a las sienes hacia el lagrimal. Es importante procurar no detener el movimiento para que ninguna zona se sobreexponga al frío y no aplicarlo durante más de dos minutos. Ese tiempo es más que suficiente para descongestionar la zona del contorno del ojo”, detalla Estrella Pujol, directora de Oxigen Bellesa. También sirve para alisar las arrugas de la frente si se aplica con movimientos ascendentes desde las cejas hasta la línea del nacimiento del pelo. “Para reafirmar la zona de la mandíbula, iremos con movimientos ascendentes desde la mandíbula inferior a las sienes”, declara esta esteticista.

Un bol de leche granizada

La época de juergas de la modelo Kate Moss fue épica. El día después, también lo era. La top confesaba que para quitarse la cara de post-fiesta la sumergía en un lavabo lleno de agua con cubitos de hielo. Es un truco tan antiguo como el ser humano, pero sigue funcionando. “En la zona de aguas tenemos una fuente de hielo escarchado. Aplicado sobre la epidermis activa la circulación y tonifica la piel”, explican desde Seventy Spa Organic & Vegan.

Hay quienes añaden un chorro de leche al agua con hielo y lo aplican con una gasa sobre la piel. El ácido láctico de la leche ejerce una suave acción exfoliante, mientras el frío se encarga del efecto lifting.

¿Hielo antiacné?

Quitar los granos no está entre los superpoderes del hielo, pero puede mitigar las antiestéticas rojeces que se forman alrededor de los comedones. La dermatóloga Francesca Fusco, de la Clínica Wexler de Nueva York apuntaba en una entrevista con Vogue US que incluso se puede disolver una aspirina en el agua antes de congelar para añadir la acción anti seborreica del ácido salicílico. Otras profesionales acostumbradas a trabajar con la piel, como Elizabeth Álvarez, directora de Inout, no terminan de verlo. “El problema es que después de aplicar hielo y bajar tanto la temperatura de la piel, ésta se regula y vuelve a su temperatura habitual. Este cambio tan brusco aumenta la secreción de sebo pudiendo provocar un efecto rebote contrario al deseado”, advierte.

Tampoco da sus bendiciones a la aplicación de hielo en pieles enrojecidas. “Podría exacerbar la irritación. Una vasoconstricción excesiva puede causar pequeñas roturas capilares, muy desaconsejado en pieles sensibles o con rosácea”, detalla Álvarez. En cualquier caso, estos trucos son efímeros. Apañan un momento de emergencia, de esos en los que te levantas con mala cara y tienes una reunión a primera hora de la mañana, pero es un efecto Cenicienta se desvanece con el paso de las horas.

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