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El gel hidroalcohólico también caduca: esto es todo lo que debes saber

Dura un año desde que se abre y es poco probable que pierda su eficacia por la evaporación del alcohol.

Businesswoman Disinfecting Hands with Hand Sanitizer During Pandemic in city. She is Wearing Protective Face Mask.
Getty (Getty Images)

Que levante la mano quien no se haya dejado el frasco gigante de colonia Nenuco abierto en la infancia. Con la consabida bronca de mamá se grababa a fuego que el alcohol se evapora a toda velocidad. La anécdota podría haber quedado como un recuerdo difuso de los años de niñez, pero la crisis del coronavirus incorporó el gel hidroalcohólico a la rutina cotidiana. Y han vuelto a la memoria aquellas regañinas maternas.

Se sabe que para ser eficaz contra el coronavirus, este gel debe estar al menos al 70%. Pero el consumidor se plantea pocas veces si tiene fecha de caducidad y si la forma de usarlo podría acelerar su deterioro, como en el caso de aquella colonia infantil. Basta con echar un vistazo al frasco – el que sea– para descubrir que no lleva fecha de vencimiento impresa. Como sucede con otros muchos productos de higiene corporal, sí incluye las siglas PAO (del inglés Period After Opening) y, junto a ellas, el famoso dibujo de un tarro abierto y dentro de él un número de meses o años. En este caso, 12. Esto significa que, a partir de la apertura del frasco, tiene una vida útil de un año. Mientras no se abra, puede durar bastante más.

Pero, ¿y el frasco recargable del bolso?

Es aquí donde empiezan las dudas. Porque no solo se usa el frasco grande de casa. Los usuarios suelen recargar mini botellas para llevar en el bolso, el coche o el bolsillo. Y son esas las que se suelen abrir compulsivamente cada vez que se está en contacto con un ascensor, una puerta y hasta los paquetes que traen los mensajeros. Patricia Castro, farmacéutica y formadora técnica en Laboratorios Babé, aconseja: “Lo ideal es elegir formatos que se adapten a nuestro estilo de vida. Podemos tener un formato más grande para espacios donde el uso va a ser más frecuente y uno pequeño para llevar con nosotros. Cuando decidimos comprar un envase grande e ir rellenando otros de menor tamaño, es importante que la apertura no sea demasiado grande y el tapón cierre bien. Así evitaremos posibles derrames del producto”.  De paso, un buen cierre también asegura que el alcohol del interior no se evapora.

La maniobra de trasvase no tiene por qué ser muy enjundiosa. Por lo general, debe tardar apenas unos segundos. La experta comenta: “Para que se evapore el alcohol del gel hidroalcohólico hace falta tiempo, no ocurre de inmediato. De eso se encargan los agentes espesantes. Además de mejorar la humectación de la piel, reducen la velocidad de evaporación del alcohol”.

Tampoco es probable que pueda pasar más de un año en el bolso sin usar. “Se entiende que se utiliza a corto plazo. No es normal cargar con él durante tanto tiempo o más que el envase original y que acabe por caducar”. Un truco para evitar que caduque, si no se usa con mucha frecuencia, es rellenarlo solo a la mitad. Mejor recargar que llevarlo caducado.

El del bar es seguro, aunque no esté cerrado

En lugares muy concurridos, como algunos comercios, bares u oficinas de correos, hay frascos permanentemente abiertos. Lo normal es que tengan un dispensador en formato de bomba (la palanca que se aprieta hacia abajo y deja salir el gel por la boquilla). Este tipo de dispensador de por sí complica mucho la evaporación. En otras ocasiones, simplemente se trata de un tapón con un pequeño orificio que rara vez se cubre. Podría llegarse a desconfiar si pasaran muchos días abiertos. Pero, precisamente, al tratarse de lugares con mucho tránsito, el contenido se usa antes de que pueda volatilizarse el alcohol. La farmacéutica señala: “Otra cosa es que estuviera en un tarro de boca muy ancha y constantemente manipulado por mucha gente. En este caso concreto sí podríamos tener una pérdida de eficacia”.

En caso de dudar de la fiabilidad de algún gel, tanto en lugares públicos como en algún entorno privado, los expertos recuerdan que no es momento de ser tímidos. Simplemente, hay que declinar usar ese con elegancia y desinfectarse las manos con el personal, con cualquier excusa educada. Por ejemplo, se puede sentir reparo al tocar un frasco que hayan manipulado otras personas.

En el coche, aunque se caliente, no se deteriora

El de 2020 fue el primer verano con hidroalcohólico por doquier. La gente aprendió que embadurnarse las manos en este gel antes de tomar el sol podía producir quemaduras. También, que el de la guantera del coche podía llegar a explotar si este habitáculo alcanzaba altas temperaturas bajo el ardiente sol. Juan Manuel Mata, director científico de Saluvital, apunta: “En el coche se debe tener mucho cuidado con los productos químicos. Tanto más con un hidroalcohólico que contiene el 70 % de alcohol. El propio envase ya indica que existe el peligro de recalentamiento o explosión. Pero aun en esas condiciones de calor extremo, siempre que esté bien cerrado seguirá manteniendo su eficacia”.

A diferencia de aquel que va en el bolso, el de la guantera del coche tiene bastantes más papeleteas para caer en el olvido. No está de más apuntar la fecha de apertura con un rotulador indeleble. O poner un adhesivo con esa información.

Los aromáticos tampoco expiran antes

Si te gustan los geles con aceites esenciales o con aromas, estos expertos transmiten un mensaje de tranquilidad: estos ingredientes adicionales no hacen que caduquen antes. “Los aromas u otros elementos químicos añadidos al propio gel hidroalcohólico no hacen perder la efectividad del alcohol dentro de su período de vida útil”, explican.

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