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La exfoliación no quita el bronceado, pero ¿de verdad ayuda a alargarlo?

Una vez desmontada la creencia de que la exfoliación elimina la piel dorada por el sol, queda saber si alarga y mejora su aspecto.

La exfoliación retira las células muertas de la capa más superficial de la piel.
La exfoliación retira las células muertas de la capa más superficial de la piel.getty
Javier Caballero

Ahora que muchas personas vuelven de sus vacaciones, una de las preocupaciones principales de los afortunados que se escaparon a la costa es alargar el bronceado. Presumir de la demostración empírica de nuestros días de disfrute motiva el autoestima. Muchos son los productos que prometen lograr ese objetivo. Una técnica se ha vendido como infalible en las redes los últimos años: exfoliar la piel.

Hasta hace no mucho, se evitaba por la creencia de que acaba con el moreno (se usa para retirar células muertas). Sin embargo, este estigma ha sido desmontado por los profesionales en numerosas ocasiones. Para entender por qué la exfoliación no elimina el tono cogido, primero expliquemos cómo funciona el bronceado.

«Los melanocitos producen unos gránulos que son los melanosomas. Cuando están llenos de pigmento (melanina), los transfieren a las células que tienen alrededor, que forman la capa más superficial de la piel  (la epidermis) y se llaman queratinocitos», comienza la doctora Reyes Gamo, una de las coordinadoras de la Campaña Euromelanoma de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). ¿Para qué sirven estos pigmentos? La experta responde: «Su función es proteger del  estrés oxidativo producido por la radiación ultravioleta. A la larga conlleva daño celular y su consecuencia, el fotoenvejecimiento y el desarrollo de cáncer de piel».

Los melanocitos, por su parte, se encuentran en la capa más profunda de la epidermis. Desde ahí transfieren la melanina a los queratinocitos. Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia, razona por qué la exfoliación no les afecta. «El incremento de color de la piel se produce en estructuras más internas de la piel. Cuando exfoliamos, retiramos las células muertas que están en la capa más superficial. El bronceado sigue estando y te sigue dando el sol, es un ciclo de renovación celular».

¿Exfoliar alarga el bronceado?

En contraposición a ese estigma de la exfoliación con el bronceado, se ha vendido en los medios que la técnica alarga el tostado. La profesional de la AEDV insiste: «La capa córnea y la utilización de exfoliantes no influyen en la pigmentación global de la piel. Por tanto, ni disminuye ni aumenta el bronceado», sentencia.

¿A qué se debe, pues, esta creencia? Escalante arroja luz sobre el tema. «La renovación celular de la piel se produce de forma constante, tarda aproximadamente un mes en cumplir cada ciclo y su función es la de eliminare las células antiguas, sin vida, y dejar emerger las nuevas. El paso de los años y otros factores hacen que esta regeneración tarde más en conseguirse. Si nosotros contribuimos a este proceso de eliminación de células muertas hace que la piel vea la piel más lisa y luminosa». Esto es, no mantiene el pigmento más tiempo, sino que posibilita que se aprecie mejor.

¿Exfoliar unifica el bronceado?

Otra de las virtudes que se venden sobre este proceso es que mejora la apariencia del bronceado. La farmacéutica lo confirma. «Puedes realizar una exfoliación, incluso es muy conveniente, antes de la exposición solar», recomienda. De esta forma, la cantidad de sol que recibe la piel será homogénea al disponer, en mayor o menor medida, del mismo número de células muertas por encima.

La doctora Elena Tévar, de la Clínica Dermatológica Internacional, también la recomienda antes de usar autobronceadores, su apuesta para conseguir una piel tostado frente a los problemas que trae el exceso de sol. «No hay que olvidar que, aunque puede proteger frente a futuras exposiciones, el aumento en la síntesis de melanina aparece cuando ya ha habido daño solar, por lo que no hay un bronceado saludable como tal». Apuesta, por tanto, por «evitar el bronceado como forma de belleza».

«Realizar una exfoliación adecuada antes del autobronceador logrará que el tono obtenido dure lo máximo posible». ¿Por qué? Por el funcionamiento de estos productos que simulan piel dorada por el sol. «Los autobronceadores contienen una molecular que es la dihidroxiactona. Al entrar en contacto con la epidermis produce una reacción química de oxidación mediante la que se tiñen las células muertas de la capa más externa, la córnea. Estas células se eliminan por un proceso natural de descamación en dos o tres días». Si promovemos este proceso antes de usar el autobronceador, garantizaremos pues que su efecto dure al menos esos dos, tres y hasta cuatro días.

¿Cada cuánto podemos exfoliarnos?

La tentación de broncear la piel uniformemente o mantener más tiempo el efecto del autobronceador puede incitar a abusar. Sin embargo, la exfoliación es una técnica agresiva que no se recomienda de forma continuada. Para los productos, la doctora Tévar recomienda dos exfoliaciones suaves a la semana.

Escalante habla de fijarse en el gránulo. «Hay geles que son de uso diario que llevan poca cantidad de gránulo y son casi imperceptibles». Aun así, aconseja consultar con un especialista. «El producto adecuado para cada momento y zona del cuerpo cambia mucho en función del estado de tu piel a la hora de realizar esta exfoliación».

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