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«Es como si las mascarillas de un solo uso fueran las pajitas de 2021»: los beneficios de pasarnos ya a las reutilizables

En teoría pueden usarse con cualquier crema o serum facial. Los dermatólogos advierten: con algunos activos puede haber irritaciones.

Los productos de un solo uso van dejando paso a opciones más sostenibles.
Los productos de un solo uso van dejando paso a opciones más sostenibles.Getty (Getty Images)

Las mascarillas de hidrocelulosa (y materiales similares como algodón, papel, hidrogel, fibras de bambú…) pasarán a la historia como uno de los grandes hitos en el cuidado de la piel. Son fáciles de usar, con activos de calidad concentrados en un entorno estable hasta su apertura y, todo hay que decirlo, muy instagrameables. No hay famosa que se precie que en algún momento no haya colgado algún selfie preparando su rostro antes de un evento señalado con una de esas máscaras. Pero tienen un punto débil: son de un solo uso y no se reciclan. Veinte minutos sobre tu rostro y décadas (o siglos) para degradarse en el medio ambiente. Las mascarillas reutilizables de silicona son la respuesta sostenible a esa necesidad. Honest Beauty, Sephora, Nurse Jamie, Amazon o Dieux (en su versión de parches perioculares reutilizables) ya llevan meses distribuyéndolas.

¿Son las mascarillas de un solo uso las nuevas pajitas?

Apoyándose en la filosofía clean beauty’, las mascarillas reutilizables de silicona, se venden de forma individual y están concebidas para durar mucho tiempo y usarse con tu crema o serum favorito. El modo de uso es simple: te aplicas tu rutina diaria sobre el rostro y pones encima la mascarilla a modo de ‘top coat’ para que genere una pequeña oclusión, los poros se abran y los activos se absorban mejor

Para Jessica Alba, alma de Honest Beauty, eran una exigencia eco-resposable. “Tiramos mucho plástico a la basura casi de forma instantánea. Es como si las mascarillas de hidrocelulosa fueran las pajitas de 2021. Solo usamos la máscara para hacer que penetren la hidratante y el serum, ¿no sería bueno tener una opción más sostenible?”, se preguntaba la actriz recientemente en Allure.

Rutinas más eficientes, pero no aptas para todos

Aunque aún no se distribuyen oficialmente en España (sí puedes comprarlas por Internet), los dermatólogos siguen de cerca este fenómeno. “Su acción se basa en crear una oclusión sobre la piel que favorezca una mayor penetración de los principios activos que impregnan la mascarilla. Cualquier tratamiento en casa se vuelve más intensivo, pero no deberíamos hacerlo con cualquier cosmético”, advierte la doctora Natalia Jiménez, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén.

Mientras los fabricantes se jactan de que se pueden usar con cualquier producto, incluso los exfoliantes, esta dermatóloga manifiesta sus reservas. “Los retinoides tópicos o los alfahidroxiácidos pueden irritar la piel si los aplicamos con estas mascarillas oclusivas que hacen que el producto tenga un efecto más potente del recomendado. En cambio, aplicarlas con un sérum de vitamina C o ácido hialurónico puede ser un buen tratamiento intensivo. Sobre todo este último, ya que el ácido hialurónico se emplea fundamentalmente para hidratar la piel. Y la oclusión creada por la mascarilla hace que el producto no se evapore tan rápido y tenga mayor poder hidratante”.

Si tienes acné también deberías pensarlo dos veces. “Las personas con tendencia acneica deben tener en cuenta el efecto oclusivo de estas mascarillas a la hora de modular el tiempo de exposición”, advierte su colega, la dermatóloga Mayte Truchuelo, también del Grupo Pedro Jaén. “Mejor consultar con el dermatólogo para no empeorar la patología o causar brotes”.

Pero, ¿es seguro ponerse silicona sobre la cara?’

El modo de aplicación es simple: a diferencia de las de un solo uso, las de silicona no se adhieren al rostro. Para que no se caigan llevan dos tiras que se enganchan en las orejas (igual que mascarillas higiénicas). Se ajustan sobre el rostro, esperas 20-30 minutos, la retiras, la lavas con agua y jabón suave, la dejas secar y a guardar hasta la próxima vez. Desde Nurse Jamie apuntan que, para intensificar aún su acción, puedes masajear el rostro (sobre la mascarilla) con un roller. Lo que no aventuran es cuánto tiempo de vida y cuántos usos estimados tienen estas mascarillas.

Llegados a este punto, llevamos tantos años relacionando la palabra silicona con potenciales problemas en el cuidado facial que es escucharla y se nos disparan las alarmas. ¿Será bueno para la piel? ¿Es compatible con la filosofía ‘clean’? La doctora Jiménez así lo cree. “Estas mascarillas de silicona no parecen una mala opción si queremos optar por productos y materiales sostenibles, ya que podemos reutilizarlas. En este sentido, hay que ser tener en cuenta que, aunque la silicona es un material inerte y fácil de limpiar, hay que ser escrupulosos en su limpieza y almacenaje después de usarlas”, sostiene. La oscura verdad tras la silicona es que no es biodegradable. Una vez acabada su vida útil no hay manera de reciclarla.

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