_
_
_
_
_

Independientes de las marcas y con argumentos científicos: los médicos y farmacéuticos se coronan como los nuevos ‘influencers’ de la cosmética

Independientes de las marcas, con argumentos científicos y conocimiento de las últimas tecnologías se han convertido en referentes para cuidar la piel

Anita_farma es farmacéutica y ofrece consejos en Instagram sobre cosmética.
Anita_farma es farmacéutica y ofrece consejos en Instagram sobre cosmética.

Nos hemos pasado tres meses escuchando hablar a voces autorizadas sobre la Covid-19. Médicos, farmacéuticos y científicos han abandonado la jerga profesional para explicarnos, en lenguaje de la calle, cómo actúa el virus. No solo en televisión. Las redes sociales – en especial, Twitter e Instagram – han sido escenario de intercambio de información sanitaria útil y abierta a todos. Los ‘médicos influencers’ (ellos prefieren el término divulgadores) han compartido los links de estudios científicos (los famosos ‘papers’), explicándolos para los profanos y añadiendo sus dudas o aportaciones.

Conversaciones abiertas a todos donde cualquiera ha podido interactuar sin esa distancia que siempre marca la bata blanca. Y sin cita previa ni pago por consulta. Un territorio de conocimiento donde también han entrado farmacéuticos y químicos de laboratorio. En el lado opuesto, muchos de los viejos influencers de primera línea causaban auténtico sonrojo recomendando beber agua caliente para matar al virus o manifestándose como antivacunas en contra de todos los criterios de la OMS. Sin buscarlo directamente los divulgadores sanitarios se han convertido en los nuevos influencers de la salud.

Aunque muchos ya se habían ganado un lugar destacado en las redes sociales, en la nueva normalidad su papel como prescriptores o cuestionadores de ciertos cosméticos vale su precio en oro. Con la credibilidad de muchos influencers en horas bajas, parece más lógico creer al experto en esa materia que a una famosa que sonríe hoy mostrando un tarro de crema y mañana unas sandalias. Tanto más si el sanitario se muestra independiente a marcas y directamente postea sobre patologías de la piel (arrugas, protección sola, acné…), hace gala de estar a la última en investigación y domina qué principios activos funcionan mejor para tratarlas.

Instagram y la posibilidad de escribir textos larguísimos es el vehículo favorito para explayarse sobre conceptos técnicos como la capacidad de acción de un sérum o por qué irritan los retonoides. Héctor Núñez, farmacéutico especializado en dermocosmética y más conocido como @Cosmetocritico pasa de los 44.300 seguidores  y es capaz explicar cómo una crema como Arnika Gel Crema de Martiderm, concebida para atajar rojeces y manchas, también va fenomenal para atajar las ojeras moradas (y eso que la marca ya tiene otro producto específico) o para mitigar los chupetones fruto de un calentón amoroso. Pisándole los talones, la química Deborah García Bellido @deborahciencia (40.000 seguidores), autora del libro Que se le van las vitaminas, cuenta entre sus posts, por ejemplo, por qué los cosméticos funcionan mejor si además vitamina C, llevan la E o tocoferol. 24.000 seguidores tiene la químico Crisitina Carvajal @caldesnud, autora del blog Cosméticos al desnudo y del libro Inteligencia Cosmética. Su fuerte son las reseñas a corazón abierto al margen de lo que dictan las marcas y su sinceridad a la hora de analizar cosméticos por su relación calidad-precio según resultados, ingredientes o textura.

La farmacéutica experta en dermocosmética, María José Cejas, (@europa_dermofarmacia) es especialista en analizar en vídeo, sola o con expertos de las marcas, los nuevos lanzamientos cosméticos. Cuenta con más de 12.000 seguidores. Más del doble tiene su colega la sevillana Gema Herrerías (@ghgemaherrerias), hace teleconsulta y cuenta con su propia línea cosmética. Otra boticaria, Ana Fernandez Gil (@anita_farma), suele comenzar con un problema de consulta habitual (celulitis, labios resecos, sudoración excesiva…), explica por qué sucede y analiza varios productos de farmacia específicos para tratarlo.

Aunque el terreno potente de muchos dermatólogos influencers es Twitter, algunos ya se han hecho un hueco destacado en Instagram. Es el caso de la doctora Paloma Cornejo (@palomacornejodermatologo). Con  11.700 seguidores, en su perfil explica las novedades de los tratamientos médicos estéticos o hace videos respondiendo a las dudas planteadas por los internautas. Otro dermatólogo, el doctor Gustavo Garriga Martina (@dermartina.dermatologia), con 8.077 followers, no duda en abrir el melón de qué funciona para alargar las pestañas, cómo actúan de verdad las cremas hidratantes o por qué si queremos quitarnos manchas y arrugas con retinol hay que ir a uno al 1,5% (una concentración que solo se obtiene con control médico).

Twitter es el foro donde los dermatólogos se miden entre ellos a ver quién sabe más, exhiben colegueo y responden al momento a las dudas de los internautas. Entre los perfiles más activos e interesantes está el doctor Pablo L. Ortiz Romero (@drpabloortiz), jefe de Dermatología del Hospital Doce de Octubre. Gracias a él ahora sabemos acerca de un novísimo tratamiento con ácido tranexámico al 5% para reducir las rojeces del acné, que los geles hidroalcohólicos no son fotosensibilizantes o que si tomas el sol con perfume te saldrán manchas, pero no por el alcohol como hasta ahora creíamos, sino por la bergamota.

El doctor Julián Conejo-Mir (@julianconejomir) fue presidente de la SECPRE, es jefe de Dermatología en el Hospital Virgen del Rocío y uno de los profesionales más respetados en este país. Tiene más de 6.000 seguidores y es todo un referente para conocer las últimas investigaciones acerca de patologías como el acné, la alopecia… En el mismo nivel de followers se mueve el dermatólogo Ramón Grimalt (DrRamonGrimalt). Todo un tornado sin pelos en la lengua a la hora de arremeter contra algunos cosméticos de dudosa eficacia, como los champús crecepelo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_