El curso con más demanda de Yale va de la felicidad (y esto es lo que enseñan)

Nunca, a lo largo de los 317 años que la Universidad de Yale lleva fabricando genios para el mundo, un curso había tenido tanta demanda. A principios de enero de 2018, en menos de diez días después de que se anunciara, 1.182 estudiantes (es decir, aproximadamente uno de cada cuatro alumnos de Yale) se habían inscrito para recibir las clases de la profesora Laurie Santos sobre felicidad. El lugar en el que estudiaron Meryl Streep, Jodie Foster, Edward Norton, varios primeros ministros y políticos de todo el mundo (del matrimonio Clinton a Ernesto Zedillo y Mario Monti) y un buen puñado de premios Nobel y Pulitzer se había convertido en viral gracias a Psychology and the Good Life (Psicología y buena vida) o Felicidad 101, como se conoce al curso de seis semanas impartido por Santos. El éxito ha sido tan abrumador que la Universidad ha decidido ofrecerlo online y gratis en Coursera, la plataforma online donde las mejores Universidades de mundo comparten algunas de sus clases.

Nos hemos puesto en contacto con Laurie Santos y le hemos preguntado a qué atribuye el interés desmedido de la élite intelectual por una materia, en apariencia, tan alejada del academicismo. “La asignatura tiene tanto éxito por dos razones: en primer lugar, porque se centra en una cuestión tan importante como qué puedes hacer para ser mas feliz y vivir una vida mejor, un asunto que interesa a muchísima gente de manera natural; pero la segunda razón es que se enfoca a la ciencia del cambio de conductas, es decir, cómo podemos poner nuestras metas en acción”.

Muchos escépticos pensarán que el récord de alumnos matriculados se debe a que es una asignatura mucho más fácil que el resto de las impartidas, de hecho, algunos alumnos entrevistados por The New York Times la adujeron como una de sus principales razones. Pero Santos discrepa: para poder acceder a Yale, los estudiantes tuvieron que privarse en secundaria de dar prioridad a su felicidad, adoptando hábitos de estudio draconianos que aseguraran su admisión. La profesora, que también dirige uno de los colegios mayores en el que constata a diario la ansiedad y el estrés de los alumnos, explicaba en el periódico de Yale que programó la asignatura por su deseo de enseñar a los estudiantes formas respaldadas científicamente de lidiar con el estrés y, sobre todo, para luchar contra la creencia de que los alumnos sobresalientes no pueden tomarse un descanso. Según un informe de 2013 del Consejo del Colegio de Yale, más de la mitad de los estudiantes solicitan atención psicológica al departamento de salud mental de la Universidad. Santos asegura rotundamente que la suya es «posiblemente la asignatura más difícil» al contrario de lo que pueda parecer. Sobre todo si los alumnos consiguen llevarla a la práctica y conseguir la meta final.

Sus clases tratan de redefinir qué es (y qué no) la felicidad. “En psicología positiva, la definición de felicidad es el bienestar subjetivo de una persona, es decir, cómo y qué siente acerca su vida y qué estados de ánimo presenta a lo largo del tiempo. La investigación ha demostrado que tenemos varias ideas equivocadas sobre qué podemos hacer para conseguirla. Pensamos que llegará si cambiamos las circunstancias (como tener más dinero o éxito), pero la investigación muestra que solo hay que cambiar hábitos y actos para ser más felices”. La felicidad, según la ciencia, es un músculo que deberíamos ejercitar.

Santos, que también es directora del Laboratorio de Cognición Comparativa de Yale, es una conocida investigadora del comportamiento (y no solo del humano: su Ted Talk sobre la conducta de los simios acumula más de 130.000 reproducciones), nos cuenta que todas las personas felices comparten algunos rasgos: “Los estudios demuestran que aquellos que priorizan sus relaciones sociales y dedican tiempo a las personas que les importan, aquellos que experimentan gratitud a menudo, aquellos que no ignoran hábitos saludables como el sueño y el ejercicio y, sobre todo, aquellos que le dan más importancia a tener tiempo que a tener dinero son mucho más felices”. Según Santos, todo el mundo puede hacer ejercicios para unirse a este grupo. ¿Y qué hay de los procesos de duelo o la depresión? “No importa en qué punto te encuentres, la investigación ha demostrado que siempre hay cosas que puedes hacer para aumentar tu bienestar, pero hace falta mucho esfuerzo intencional”.

¿Y hacia dónde encaminamos ese esfuerzo? La respuesta está en el curso online de seis semanas que, de momento, solo está disponible en inglés, aunque Santos nos avanza que tendrá una versión en español para el verano. En la primera mitad se repasan los conceptos erróneos más universales sobre felicidad y las programaciones mentales que nos llevan a pensar de la manera en que lo hacemos. La segunda mitad es más práctica, y abarca varias actividades que han demostrado funcionar para desarrollar mejores hábitos. “En la versión online de Coursera damos el mismo contenido que en la clase en vivo que enseñamos en Yale, solo que en un formato más corto y digerible. Los estudiantes incluso tendrán la oportunidad de hacer los ejercicios de “rewirements” (“reconexiones”) que se hacen en la clase presencial”. En el ejercicio más completo, “Hack Yo’Self Project”, el proyecto de final de curso, cada estudiante debe elegir un área problemática de su vida y solucionarla con lo aprendido. La opción online no incluye los materiales, pero tiene acceso a todas las conferencias. Y si deseamos un certificado al finalizar, debemos abonar 49 dólares (unos 40 euros). Ser feliz dejará de ser una asignatura pendiente.