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Cuatro inconvenientes (y un beneficio) si has parado de hacer ejercicio en vacaciones

El parón deportivo que conllevan los periodos vacacionales puede tener consecuencias nefastas, especialmente para aquellas personas menos acostumbradas a practicarlo.

Young woman stretching
Getty (Getty Images)
Javier Caballero

La aplicación móvil Quiero cuidarme, de la aseguradora DKV, recabó en 2018 que los españoles disminuyen su actividad física en verano. En concreto, solo el 30% afirma llevar un ritmo de ejercicio saludable o muy saludable, frente a un 40% que no hace nada.

Las vacaciones son una de las principales responsables. La ruptura con la rutina laboral conlleva para muchos aparcar también otros hábitos. Entre ellos, aparte del deporte, nuestra dieta habitual. Según una encuesta realizada a 1.500 personas por la empresa de salud y belleza Nutritienda, el 61% de los españoles engordan estos meses. Y lo hacen hasta cinco kilos.

Aumentar de peso es solo una de las varias consecuencias que dejar el deporte puede tener para los practicantes amateur. La persona, su genética y sus costumbres influirán también en cómo afecta o no este parón de varios días.

Disminuye la alegría

Está científicamente demostrado que la práctica de ejercicio nos produce placer. Como señalan desde Fisioserv, centro de fisioterapia a domicilio, «se producen gran cantidad de hormonas como la adrenalina o las endorfinas, que provocan una sensación de bienestar». Manuel Rozalén, doctor en Fisioterapia y director del centro, nos dice: «Muchas veces notamos que cuando paras de hacer ejercicio te encuentras mal, estás de mal humor. Sustancias como la serotonina mejoran tu ánimo».

Jorge Herranz, del gimnasio David Lloyd Aravaca, incluye la baja forma en este estado de tristeza. «El ejercicio hace que tu metabolismo sea más alto. Por ejemplo, te puedes estreñir, y con estos cambios te vas a encontrar peor».

Se pierden músculos y se ganan kilos

Durante las vacaciones, como se ha mencionado antes, cambia la dieta. El ejercicio quema las grasas y los azúcares para convertirlos en energía, que nos ayuda a ganas en musculatura. «Si no realizas actividad física, se acumulan y engordas», apunta el doctor Rozalén. Y lo ejemplifica así: «Una persona que ingiere 5.000 calorías y gasta 4.000 calorías con el deporte, estará mejor que si sigue ingiriendo lo mismo y quema 1.000».

Ahora bien, todo depende de numerosos factores como la edad, la genética, el gasto calórico… Y del tipo de ejercicio. «Cuanta más fibra rápida se tiene, antes se pierde», explica el doctor. «Los deportes de velocidad se pierden antes que los de resistencia».

Costará más retomar

Como el punto anterior, dependerá de la persona. Como indica el doctor Rozalén, «la célula tiene memoria». A una persona acostumbrada a la práctica de ejercicio le costará menos ponerse las pilas tras un descanso breve. «Podemos tirar del refrán ‘Quien tuvo, retuvo’ en este caso».

En cambio, a los que empezaron ese mismo año les supondrá mucho más esfuerzo. «Para una persona que apenas lleve unos meses, hacer un parón de dos semanas será como haber llegado a una cumbre de una montaña y quedarse en un estado de meseta durante otras semanas. El proceso de evolución se ve parado», opina Alex García, de Fit Club Madrid.

Mantener un estilo de vida saludable ayudará también a que la vuelta sea menos dura. Jorge Herranz cree que «una persona que acostumbra a alimentarse bien y mantenerse activa difícilmente va a caer en comer mal, beber alcohol». Acepta saltos en la dieta durante el periodo de descanso, pero si además del deporte se trastorna la ingesta, los resultados pueden ser nefastos. «Mejor será abandonar solo una de las dos cosas. Por mi parte, siempre voy a recomendar no hacer excesos alimenticios».

A quién beneficia parar

García apunta también que las personas con un nivel deportivo alto agradecen estos parones. «A la persona que lleva años entrenando un parón de dos semanas le será beneficioso ya que el descanso es muy importante para todo desarrollo». Si se detiene la rutina para practicar deportes típicos del verano como el surf o el senderismo, conllevará beneficios. «Las vacaciones son necesarias y si esta persona es activa y le gusta hacer deportes al aire libre le servirá para que la cabeza desconecte de la rutina», considera. «Lo bueno es que la persona se mantendrá en activo y esto le beneficiará para mantener o en algunos casos para mejorar su condición física».

Cómo volver de forma sostenida

Alex García tiene claro el consejo básico para que no abandonen la práctica deportiva. «Intenta hacer algo que realmente te guste. Es más común que las personas adquieran una rutina con un deporte colectivo. Si no, cualquier actividad que implique movimiento como, por ejemplo, bailar, ya que una clase de salsa puede implicar un gasto calórico muy alto».

El doctor Rozalén enumera diferentes ejercicios que pueden realizarse sin material. «Correr, abdominales, planchas, sentadillas». Y se decanta por una banda elástica para coger músculo. «Cabe en cualquier maleta y se puede usar en cualquier lugar». También insiste en la necesidad de realizar estiramientos.

García recomienda que, al reiniciar la actividad, «se establezcan bien los días de trabajo y los de descanso». Y termina con una reflexión. «Hacer ejercicio es salud mental y física. Deberíamos aprender a mejorar estas capacidades o aptitudes y dejar de pensar en un desarrollo muscular, que es importante, para poder lucirlo en la playa».

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