‘Cruelty free’: la importancia de elegir marcas respetuosas con los animales
Comprometida con el fin de los test en animales en la industria cosmética, todos los productos de la marca Garnier han obtenido el sello de aprobación del programa Leaping Bunny por Cruelty Free International: la confianza de que ningún ser vivo ha sido maltratado para obtener sus cosméticos.
La revolución empieza en cada gesto. Cada vez somos más conscientes del impacto que nuestras decisiones tienen en el mundo, lo que ha derivado en alternativas de consumo más sostenibles y compras sin sentimiento de culpa. Las consumidoras han empezado a exigir a las marcas mayor transparencia –según el informe Gen Z: Building a new beauty publicado por la consultora WGSN, las nuevas generaciones se decantan por productos sostenibles, zero-waste o cruelty free–, y éstas han respondido a la demanda con etiquetas que certifican su buena praxis.
Garnier ha sido una de las firmas cosméticas en abanderar este despertar de conciencia colectiva y, a partir de ahora, el sello de Cruelty Free International aparecerá orgullosa en absolutamente todos sus cosméticos. La marca ha obtenido el sello de aprobación en el marco del programa Leaping Bunny de Cruelty Free International, una organización que trabaja para poner fin a los ensayos con animales y un estándar de oro mundialmente reconocido. Lo que significa, en otras palabras, la confianza plena de que ningún animal ha sido maltratado para obtener sus productos, un paso gigante para el conjunto de la industria de la belleza.
Porque la experimentación animal ha sido durante demasiado tiempo la vergüenza de la industria cosmética. Ante la demanda popular, la Unión Europea decidió en 2013 tomar cartas en el asunto, prohibiendo la comercialización de cosméticos testados en animales; una decisión ética a la que se han ido sumando países como Estados Unidos o América Latina. A pesar de que el deseo de poner fin a esta crueldad parece general, a día de hoy todavía existen grandes vacíos legislativos y muy pocas marcas que puedan asegurar 100% que no experimentan con animales.
La etiqueta de Garnier, comprometida con el fin de los test en animales desde hace más de 30 años, supone un gran hito para la industria cosmética. No es un sello que se concede a la ligera. Leaping Bunny exige que las marcas investiguen de forma exhaustiva toda su cadena de suministro, incluyendo todas las materias primas y los ingredientes individuales, para detectar cualquier caso de experimentación con animales. En los últimos meses, Garnier logró obtener una declaración de sus más de 500 proveedores, los cuales proporcionan alrededor de los 3.000 ingredientes de todo el mundo, y asegurar así que todos los productos de su cartera global –la aprobación debe darse a todos los productos terminados de una marca, los productos o artículos individuales no pueden ser aprobados de forma aislada–, puedan mostrar oficialmente el logo Leaping Bunny de Cruelty Free Internacional.
Hacia un futuro verde
La cosmética sostenible no es una tendencia pasajera. Ante la crisis medioambiental, Garnier presentó en 2020 su iniciativa Green Beauty, un compromiso de marca centrado por completo en la sostenibilidad que ha transformado cada etapa de la cadena de valor de la marca, reduciendo considerablemente su impacto en el medio ambiente. Como resultado de este nuevo plan, la firma ha ido lanzando al mercado una serie de productos para eliminar poco a poco la presencia de plásticos en nuestro baño: discos reutilizables, mascarillas de tejido compostable o champús sólidos. Opciones que a partir de ahora llevarán además el sello del conejito cruelty free.
