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Corsés de entrenamiento, una práctica peligrosa para estrechar la cintura

Kim Kardashian ha sido la última en sucumbir a esta obsesión por reducir el diámetro del talle. ¿Hasta qué punto es saludable?

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Entre Jessica Rabbit y la chica Gibson existe casi un siglo de diferencia, y a pesar de que a priori sus estilos poco o nada tienen que ver (una sensual y explosiva, otra recatada y discreta), estos dibujos animados poseen un punto en común: su cintura de avispa.

A ellas se les ha unido recientemente Kim Kardashian, que profesa a través de las redes sociales su obsesión por mantener un talle lo más fino posible. ¿Cómo lo consigue? Utilizando un corsé que disminuye el diámetro de la cintura. Kim no es la única: su hermana Khloé exhibe con orgullo sus logros en Instagram y la actriz Jessica Alba también ha reconocido utilizarlo.

La intención de las famosas es la búsqueda de un ideal de belleza que se remonta hasta el Renacimiento. El corsé corregía la postura, reducía la cintura y pretendía dar altivez a los gestos de la mujer, a costa de comprimir su cuerpo en piezas de hierro o madera que bien parecían un instrumento de tortura. Lo común, por aquel entonces, era ver desmayos en damas causados por la falta de aire ante un corsé demasiado apretado.

En la actualidad conseguir la deseada silueta 'reloj de arena' es un ‘ejercicio’ denominado ‘tightlacing’ o entrenamiento de la cintura. Las Kardashian se encuentran en pleno proceso, pero hay mujeres que han logrado talles récord como Kelly Dee Dekay. El Daily Mail se hacía eco de esta modelo de 27 años, que dice tener una cintura de 41 cm conseguida gracias al corsé que lleva usando desde hace siete años. Deekay reconocía precisamente que su referente era Jessica Rabbit y las superheroínas de los cómics.

La cintura de avispa es un rasgo común entre Jessica Rabbit y la chica Gibson, una ilustración muy popular de revistas como ‘Life’ y ‘Harpers Bazaar’ en la era victoriana.

Pero, ¿qué peligros entraña para la salud este corsé? ¿Qué efectos provoca sobre el cuerpo humano? En un experimento que hizo Rebecca Harrington para New York Magazine, probó a vivir la experiencia de llevar en sus propias carnes un corsé como el de Kim Kardashian. El test no le duró más de cinco días porque si bien notó resultados, sentía que le faltaba el aire. Una consecuencia debida, sin duda, a la opresión del corsé: en 1908 el médico francés Ludovic O’Followell reveló que esta prenda estrechaba las costillas inferiores, lo que podía perjudicar a los pulmones y dificultar la respiración. Además, también concluyó que algunos órganos se comprimían contra la espina dorsal y otros eran desplazados hacia la parte baja del abdomen.

A unas conclusiones parecidas llegaron varios expertos entrevistados recientemente por Fox News. Las advertencias que recogía el canal norteamericano eran muy claras: al bloquear oxígeno, el corsé “reduce el flujo a los pulmones, corazón y otros órganos”, con unos resultados que aunque visibles, son “temporales”. Realmente no se produce una pérdida de peso, sino que se moldea la figura al desplazar las costillas “fuera de la cintura” explicaba el cirujano plástico de Beverly Hills Gabriel Chiu.

El sistema nervioso también sale muy perjudicado. Excederse en las horas del uso del corsé pueden afectar al nervio femorocutáneo, que lleva la información transitiva entre la parte exterior e interior de la pierna. Carlos Tejero, neurólogo en el Hospital Clínico Universitario ‘Lozano Blesa’ de Zaragoza y vocal de la Sociedad Española de Neurología, explica a S Moda que si se comprime este nervio puede producirse una “meralgia parestésica”, una sensación de adormecimiento en esa parte del cuerpo. Si la compresión se mantiene podría derivar en un “síndrome de dolor neuropático” y convertirse en un dolor crónico aunque ya no se lleve el corsé. Tejero comenta que si el nervio está completamente dañado, no hay solución ni cura posible. El único remedio sería tomar analgésicos (de por vida) que mitigasen el dolor.

Tanto el doctor Tejero como el cirujano Gabriel Chiu que entrevistó Fox News coinciden en que el corsé en sí no es perjudicial, el problema radica en hacer un uso indebido de ello. Un buen ejemplo es Whatsawaist, una marca muy popular por tener de clientas a famosas como las Kardashian. En las descripciones de sus corsés, la firma explica que “obra milagros y maravillas por la noche. Quema tejido adiposo haciéndote sudar”. Un alegato que lleva a muchas chicas a subir fotos a Instagram con el pegadizo hashtag #whatawaist (como Kim) presumiendo de talles casi imposibles. Si Internet ya ha probado que las princesas Disney están mejor con cinturas reales, ¿por qué las chicas de carne y hueso han de ser la excepción?

 

Gifted w/a wide range of superhuman powers & superior combat & battle skills, Weaponized Accessories! , Member of the #JusticeLeague, Princess Diana of Themyscira, #Feminist Icon aka #WONDERWOMAN. I love her! I mean we nerds love are ass-kicking Princesses ??✨ I will be drowning my tumblr & FB Page w/more pics! #Cosplay #DCComics #DayLooks

Una foto publicada por Kelly Lee Dekay (@kellyleedekay) on

 

I love my waist trainer from @premadonna87!!!! Miss @blacchyna has me obsessed!!! Who doesn't love to feel tight and right?!? ? #whatsawaist #waistgang #Fitness #GetItRight

A photo posted by Khloé (@khloekardashian) on

 

#BreakTheInternet

A photo posted by Kim Kardashian West (@kimkardashian) on

La web Buzzfeed recogía cómo serían las princesas Disney con cinturas reales.

Buzzfeed

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