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Hay vida más allá del botox

Existen tratamientos antienvejecimiento basados en vitaminas e incluso en factores de regeneración de nuestra propia sangre que empiezan a ganarle terrero al tratamiento cosmético más famoso para parecer joven.

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Imaxtree

Cuando hablamos de un tratamiento antiaging, casi por inercia, a nuestra mente vienen palabras como bótox o ácido hialurónico, pero lo cierto es que la dermatología estética cada día ofrece más posibilidades para tratar el envejecimiento de nuestra piel, con tratamientos cada vez menos agresivos. Según Marisa Manzano, dermatóloga de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE),“entre un 20-30% de los españoles se ha realizado algún tratamiento antiaging, incluyendo tanto medicina estética (láser, toxina botulínica, rellenos, vitaminas, etc.) como estudios y tratamientos (estudios genéticos, telómeros, hormonales, ácidos grasos, nutricosmética, etc.), aunque las mujeres siguen siendo las mayoritarias, alrededor del 65-80%”.

Sin embargo, la experta matiza una idea, y es que la traducción literal de antiaging sería “tratamientos para no envejecer”, por eso es importante aclarar que eso se trata de algo imposible hoy en día. “Lo que sí podemos hacer es realizar tratamientos que ralenticen o modifiquen ese envejecimiento, pero nunca pararlo, ni frenarlo, ya que es un proceso inexorable”. Por ello, hay que tener en cuenta que podemos decir que cualquier procedimiento que mejore nuestra condición de vida y de salud es un tratamiento antiaging, lo que no solo incluye tratamientos de medicina estética, sino también cosas tan sencillas como hacer ejercicio, dietas específicas e incluso practicar meditación.

Tratamientos con vitaminas

Muchas veces se distinguen los tratamientos según sean “naturales” o no, y esa es otra de las matizaciones que hace la experta. Manzano explica que no se trata de un término correcto ya que “tanto la toxina botulínica como el ácido hialurónico son de síntesis bacteriana, con lo que no es correcto utilizar el concepto natural o químico de esa manera, porque podríamos decir que sí son naturales, aunque de origen animal. Las diferencias son principalmente de dos tipos: inmunológicas y de efecto biológico.”

Centrándonos en estos últimos, uno de los tratamientos que ha vuelto a ponerse de moda son los que incluyen vitaminas. Tal y como comenta Marisa Manzano, las más importantes son la vitamina C y la vitamina E, “por su poder antioxidante”, además de la vitamina B. Sin embargo, la experta añade que “estas vitaminas no suelen ir solas, también suelen llevar otros compuestos como aminoácidos o ácido hialurónico”.

De hecho, la también dermatóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, María Teresa Truchuelo, añade que en ocasiones se inyectan “cócteles” de vitaminas. Así, cita el retinol (derivado de vitamina A), tiamina, riboflavina, nicotinamida, piridoxina, ácido ascórbico (vitamina C), vitamina E, y ergocalciferol (vitamina D). “En general, las vitaminas poseen un efecto antioxidante que combate los daños de oxidación asociados al envejecimiento, pero además se puede intentar personalizar el tratamiento escogiendo las vitaminas, según lo que queremos tratar”. Por ejemplo, vitamina C y E para manchas, piridoxina y nicotinamida para pieles sensibles, o retinol como estimulados dérmico.

Concretando más en qué consiste este tratamiento, Truchuelo matiza que a las inyecciones con vitaminas se las conoce como “mesoterapia”, que realmente consiste en “el depósito de diferentes vitaminas en la piel, a nivel de la capa intermedia (dermis), con el objetivo de mejorar el aspecto de la misma”. Se trata de un tratamiento especialmente recomendado para pieles apagadas, deshidratadas o con manchas y, sobre todo, en aquellas con cierto grado de envejecimiento. “En general, como dermatóloga, suelo recomendar la inyección de vitaminas combinada siempre con ácido hialurónico para mesoterapia de baja densidad, pues la combinación de estos componentes es interesante, ya que el ácido hialurónico también es una molécula que posee el propio cuerpo, que con la edad se fabrica menos”. Por lo que no hay que perder de vista que “el ácido hialurónico es fundamental para mantener la correcta hidratación y estructura de la piel”.

Triunfan los tratamientos antiaging basados en vitaminas e incluso en factores de regeneración de nuestra propia sangre.
Triunfan los tratamientos antiaging basados en vitaminas e incluso en factores de regeneración de nuestra propia sangre.Imaxtree

Bioestimulación con plasma rico en plaquetas

Otro de los tratamientos menos tradicionales que recomienda María Teresa Truchuelo es la bioestimulación con plasma rico en plaquetas, que según la misma “está teniendo gran auge, por sus excelentes resultados”. Si bien las vitaminas también se obtienen en laboratorio, el plasma rico en plaquetas se trata de un producto que se extrae del propio paciente. Tal y como relata la experta, el procedimiento “consiste en la extracción de sangre del paciente, que se centrifuga para quedarnos con las plaquetas”. De esta manera, las mismas son activadas “para que liberen factores plaquetarios, que son los que se inyectan en la piel y que serán los responsables de la estimulación de la fabricación de nuevas fibras de colágeno. Así, los propios factores estimulan a la dermis a regenerarse y con ello favorecemos el tensado y engrosamiento de la piel, combatiendo signos del envejecimiento.”

Se trata de un tratamiento conocido, sobre todo, en el entorno de la traumatología y la odontología, pero que cada día se utiliza más en la dermatología estética. Sus indicaciones, según Truchuelo, están pensadas tanto para pieles jóvenes, que empiezan a tener los primeros signos de envejecimiento, hasta para pieles más maduras, con piel más fina y con arrugas. “También es una alternativa para gente que busque un ‘efecto flash’ de luminosidad de manera rápida, así como para pieles muy deshidratadas”. Sin embargo, no se obtendría apenas respuesta en pieles “muy fotoenvejecidas, donde ya no existe reserva de colágeno y por mucho que intentemos estimular, hay poco margen de mejora”.

La principal ventaja de la bioestimulación con plasma rico en plaquetas es que, al ser un producto del propio cuerpo, es totalmente biocompatible, es decir, no produce alergias. “Además, los factores plaquetarios tienen una capacidad de inducción de colágeno y estimulación de dermis que no tienen las vitaminas y su estabilidad también es mayor”, apunta Truchuelo. La experta añade que, “de hecho, se está buscando incrementar aún más la estabilidad y acción de los factores plaquetarios mediante su inyección en fase de gel, más densa y, por tanto, formar así una red que permanezca más tiempo en la piel y de la cual se vayan liberando factores durante más tiempo”.

Lo que viene en el futuro

Precisamente, hablando de las nuevas aplicaciones que ya están por venir, frente a los tratamientos que ya están más extendidos, Marisa Manzano apunta a que una de las líneas más novedosas son los tratamientos con activadores de la telomerasa, que según la experta tratan de “alargar los telómeros cromosómicos”. Igualmente cita otras ideas como “los tratamientos láser que no afectan a la epidermis, pero tienen efecto en la dermis; los nuevos productos cosméticos con formulaciones más depuradas y efectivas; además de rellenos con mejores características reológicas”.

Otra aplicación en investigación es el tratamiento antiaging a través del uso de células madre, aunque todavía se trata de una técnica en desarrollo. Como explica Manzano, “la terapia celular consiste en el uso de determinadas células, como las células madre que, inyectadas en determinados tejidos, ayudan a curar o regenerar ciertas enfermedades”. Sin embargo, a nivel de rejuvenecimiento facial, lo que hay que entender es que normalmente “lo que se realiza es una extracción de grasa del paciente, para después volver a inyectarla”. Se da por hecho que en esa grasa ya hay células madre, pero para un tratamiento realmente eficaz, lo que habría que hacer es aumentar el número de células madre que existe en esa grasa reinyectada, por lo que habría que procesarla, “y es esa aplicación la que todavía está en desarrollo”.

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