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S MODA + AEG
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¿Por qué le tenemos miedo a las secadoras? Siete mitos sobre el electrodoméstico que puede simplificar tu colada

Con su última creación, una pareja de lavadora y secadora sincronizadas mediante una aplicación, la firma AEG derriba todas las falsas ideas que hay en torno a este electrodoméstico. La mejor forma de reducir el tiempo que dedicamos a la colada sin renunciar al cuidado de nuestra ropa.

AEG ha lanzado la Premium Edition de su serie 9000, la primera pareja conectada de lavadora y secadora, sincronizadas mediante una aplicación, que agilizan y automatizan el proceso de lavado y secado.
AEG ha lanzado la Premium Edition de su serie 9000, la primera pareja conectada de lavadora y secadora, sincronizadas mediante una aplicación, que agilizan y automatizan el proceso de lavado y secado.

La postal forma parte del paisaje cotidiano: la colada de algún vecino levitando sobre un patio interior o un rincón de nuestra propia casa tomado por ropa mojada. Sábanas, toallas, vaqueros, camisetas, ropa interior… Una estampa que puede traernos desde malos olores hasta disgustos por el cambio de tiempo. Y a pesar de todo, seguimos sin confiar en aquello que podría simplificar considerablemente nuestra vida o, al menos, nuestras tareas domésticas.

Según estudios elaborados por AEG, la popular firma de electrodomésticos, a los españoles les sigue costando encajar las secadoras en su vida. Tan solo un 19% disponen de una en casa, y aunque la cifra ha aumentado –del 15,6% en 2017 y el 16,5% en 2018–, la media sigue muy por debajo de la europea. Lo curioso es que todos aquellos que la tienen ponen más cargas semanales que en el resto de países: 3,8 en España frente a las 2,8 de los suecos. ¿Cuál es el origen entonces de esta animadversión? “Por nuestros estudios hemos detectado que tenemos muchas creencias sobre este electrodoméstico, mitos que nos hacen descartar su compra”, explica el director  de comunicación de la firma en España, Borja Cameron.

Es el momento de acabar con todas esas ideas preconcebidas.

Las secadoras no encogen la ropa (al menos, no todas)

Es quizá la idea más extendida. Cuando una prenda se somete a calor, presión o movimiento, se forman nudos en el tejido y, en consecuencia, se reduce en tamaño. Esto puede ocurrir tanto a la hora de lavarla como cuando la secamos, sobre todo si es delicada. Sin embargo, las secadoras de hoy en día tienen una tecnología más avanzada, por lo que esto ocurre solo en muy contadas ocasiones. ¿La clave? Dividir la colada según el material de las prendas. Las secadoras de AEG, por ejemplo, incorporan el sistema AbsoluteCare, que reduce la temperatura del secado en función del tejido.

Secar al aire libre también tiene su parte mala

En este caso no solo estamos condicionados a los cambios de tiempo –¿cuántas veces nos habremos echado las manos a la cabeza, acordándonos de nuestra ropa en el tendal justo cuando empezaba a llover?–, también a los efectos del sol sobre nuestras prendas. Del mismo modo que nos quemamos en la playa si nos excedemos, los rayos UVA también pueden desgastar el color de nuestra ropa o dejarla acartonada. Además, las prendas pueden deformarse según las tendamos, por no hablar de las marcas que dejan las pinzas y lo difíciles que son de borrar después.

Consume demasiada energía (y demasiado tiempo)

Una secadora consume al mes desde 1,52 € con trece cargas, según los datos desglosados por AEG. La firma acaba de lanzar la Premium Edition, la primera pareja conectada de lavadora y secadora de la serie 9000. Ambas se sincronizan mediante la app MyAEGCare y el usuario puede elegir entre el programa de secado que le recomienda en base al ciclo de lavado elegido. De este modo, la bomba de calor puede trabajar a menos temperatura, reduciendo considerablemente el gasto energético.

Otro de los errores que cometemos es la confusión que hay en torno a la palabra ‘ECO’. Nos solemos asustar cuando seleccionamos este modo y el temporizador revela más minutos de lo habitual. ¿Cómo puede ser ecológico un lavado o un secado que dura cerca de dos horas? Lo cierto es que este programa suele tener más duración, sí, pero un consumo de energía menor.

Unas prendas salen secas y otras, húmedas

Los tiempos cambian y, por suerte, la ciencia avanza. Frente a los resultados desiguales de estos primeros electrodomésticos, las nuevas secadoras están equipadas de tecnologías muy avanzadas. Las máquinas giran en varios sentidos, evitando que se enrolle o directamente, que entre en contacto con el tambor. También están equipadas con sensores, como el sistema FiberPro con tecnología 3DScam de AEG de la secadora conectada de AEG, que detecta la humedad del interior de las prendas, mientras la tecnología SensiDry ofrece un secado suave y eficiente.

Las etiquetas recomiendan alejar nuestras prendas de toda maquinaria

Las etiquetas están obsoletas. Es una denuncia habitual y no solo de los fabricantes de electrodomésticos. Todas nuestras prendas vienen con ese tipo de indicaciones –algunas casi del tamaño de un libro de instrucciones–, y sin embargo aún no hemos aprendido a descifrarlas bien. Los hábitos que promueven además son bastante cuestionables. La limpieza en seco por ejemplo, es un proceso en el que se necesitan muchos productos químicos, perjudiciales en la mayoría de los casos, para nuestra ropa y nuestro medioambiente. En este caso es necesario volver a apelar a los avances tecnológicos. Frente a esas etiquetas que recomiendan lavar a mano las prendas de punto o seda, los nuevos modelos de lavadoras y secadoras de AEG cuentan con tecnología SoftWater, que filtra el agua de impurezas, y ayuda a mantener el color y el tejido de nuestras prendas, cuidando al mismo tiempo del planeta.

No se pueden mezclar colores

Cuando se trata de secado, los colores no impactan. Es un proceso que hay que tener en cuenta cuando lavamos la colada. Sin embargo, con el lavado MyWash y MyDry  de la pareja Premium Edition de la serie 9000, se consigue un cuidado mejor en comparación con los programas tradicionales de algodón de otras lavadoras: menos cambios de color después de múltiples lavados, menor impacto en la apariencia del tejido y, sobre todo, en la aparición de pelotillas.

No tengo espacio suficiente en casa

Una mentira a medias. Es cierto que desde que las cadenas rápidas de decoración nos vendieron que podíamos vivir en pisos de 20 metros cuadrados, con muebles transformistas y una distribución del espacio similar al del Tetris, nuestros hogares –sobre todo en las grandes ciudades– se han reducido considerablemente. Pero lo cierto es que no necesitamos un cuarto específico de la colada para contar con este tipo de electrodomésticos. No tienen tampoco que colocarse una al lado de la otra, hay secadoras en torre o modelos 2 en 1 con muy buenos resultados. Otro punto fuerte a destacar es su estética. La pareja Premium Edition de AEG, gracias a un elegante acabado de aluminio, queda bien en cualquier espacio.

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